Transformaciones Políticas y Sociales en Europa y España (1789-Mediados S. XX)

Evolución Política y Social en Europa y España

Del Antiguo Régimen a las Revoluciones Liberales (1789-1830s)

Durante la crisis del Antiguo Régimen, en 1789, con la Revolución Francesa, el absolutismo es derribado en Francia, y se inician en Europa procesos revolucionarios liberales. En 1799, Napoleón se proclama emperador e inician las guerras napoleónicas, implantando en los países conquistados sistemas reformistas ilustrados para frenar el avance liberal. En 1815, en el Congreso de Viena, se crea la Santa Alianza para frenar el liberalismo.

Hay dos décadas liberales:

  • La primera en 1820, que coincide en España con el levantamiento militar del general Riego, y afecta también a Portugal, Grecia, Nápoles y Sicilia.
  • La segunda en 1830, en la que en España se produce el pronunciamiento de Torrijos, que fue fusilado, y afecta a Portugal, Grecia, Francia y zonas de Italia.

El Siglo XIX: Liberalismo Conservador, Nacionalismo y Movimiento Obrero

A mediados del siglo XIX, en Europa predomina un liberalismo conservador que margina a las clases populares. Se da una tercera oleada revolucionaria en 1848, la ‘Primavera de los Pueblos’, con el protagonismo de las clases populares que buscan democratizar el liberalismo. Se crean partidos liberal-democráticos en Francia e Italia.

En los años 1850 se frena la ‘Primavera de los Pueblos’. El marco europeo está dominado por monarquías autoritarias o sistemas liberales conservadores bipartidistas. Dentro de los grandes imperios (austrohúngaro y otomano) surgen tensiones nacionalistas. Se inicia en los años 50 y 60 la carrera imperialista. A nivel económico, Europa se desarrolla y consolida la Revolución Industrial.

En 1864 comienza la expansión del movimiento obrero, que llega a España durante la Primera República, junto al crecimiento demográfico y económico.

Principios del Siglo XX: Conflictos Mundiales y Revoluciones

En 1871 se produce la primera revolución obrera, la Comuna de París. Se empiezan a crear sistemas de alianzas, como la Triple Alianza.

En 1914 empieza la Primera Guerra Mundial como consecuencia de tensiones políticas, económicas y militares. Entre sus consecuencias destacan millones de muertos, la caída de grandes imperios y un nuevo mapa político en Europa.

Por otra parte, en 1917 se inicia la Revolución Rusa de ideología comunista. También se expande el movimiento obrero, visto como una amenaza para los sistemas liberales conservadores.

España en el Contexto Europeo

La Primera República (1873-1874)

En España, tras la abdicación de Amadeo I de Saboya, se proclama la Primera República en 1873. Se trata de un régimen inestable, con cuatro presidentes en menos de un año. El país se enfrenta a grandes desafíos:

  • La Tercera Guerra Carlista.
  • La guerra en Cuba.
  • La sublevación cantonal.

El intento de establecer un modelo federal fracasa por la falta de apoyo y la debilidad institucional. Finalmente, el general Pavía da un golpe de Estado en 1874 que pone fin a la República y prepara el retorno de la monarquía borbónica.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

En España, en 1923, el general Miguel Primo de Rivera da un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII e instaura una dictadura militar. Se suspenden las libertades, se disuelven las Cortes y se gobierna por decreto. El régimen intenta modernizar el país mediante obras públicas e intervencionismo económico, pero no resuelve los problemas de fondo.

En 1929, el Crack de la Bolsa de Nueva York agrava la situación económica global. Sin respaldo social ni institucional, Primo de Rivera dimite en 1930, dejando al rey en una situación muy debilitada.

El Franquismo en el Contexto de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría

Durante la dictadura franquista, España vivió grandes transformaciones marcadas por el contexto europeo, especialmente la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Al comenzar el régimen de Franco, estalló la Segunda Guerra Mundial, en la que España, recién salida de la Guerra Civil, mostró simpatía hacia las potencias del Eje (especialmente Alemania e Italia), con quienes compartía ideología autoritaria.

Tras la derrota del fascismo, España quedó aislada internacionalmente, marginada por las democracias europeas con el inicio de la Guerra Fría. A partir de 1947, las potencias occidentales comenzaron a ver a Franco como un aliado útil contra el comunismo. Esto permitió que en los años 50 España firmara acuerdos y empezara a integrarse lentamente en el contexto internacional.