Los Fundamentos del Cine: Alice Guy, Porter y Griffith, Pioneros de la Narrativa Visual y el Montaje

Alice Guy: Pionera del Cine Narrativo y la Producción Independiente

Aunque es generalmente aceptado que fue la primera mujer cineasta, y existe mucha controversia sobre si es la autora de la primera película narrativa de la historia, se la puede considerar la primera narradora visual del cine, la fundadora del cine como narración cultural y la primera persona que dirigió una película en la Historia del Cine. Llegó a competir con Hollywood como productora y directora independiente, y se adelantó a sus contemporáneos y a su tiempo.

Fue la primera en usar grabaciones con un gramófono al mismo tiempo que las imágenes y la productora de una de las primeras películas a color. También fue pionera en:

  • Utilizar efectos especiales.
  • Usar la doble exposición del negativo.
  • Aplicar técnicas de retoque.
  • Implementar la cámara lenta y rápida, y el movimiento hacia atrás.

Dirigió, produjo y supervisó más de 600 películas, que tocaban todos los géneros fílmicos, desde cuentos de hadas a parábolas religiosas, comedias románticas o películas policíacas. Fue la primera persona que dirigió una película en la que todos los protagonistas eran negros, en 1912: Un tonto y su dinero. Jugó un papel clave en la producción de las primeras películas sonoras, un aspecto de su carrera casi siempre ignorado. Fue propietaria y directora de su propio estudio de cine. Se merece estar en este sitio entre las figuras más importantes del cine.

Hasta hoy, sigue siendo la única mujer que ha dirigido su propio estudio cinematográfico. Sin embargo, su papel en la historia del cine ha sido completamente ignorado y olvidado.

Los Inicios de Alice Guy en Gaumont

Alice Guy nació en París. Era la hija menor de un famoso escritor, lo que la llevó a desarrollar su amor por las artes y la literatura. En 1885, empezó a trabajar como secretaria de Léon Gaumont, uno de los pioneros de la industria del cine, cuando su organización se dedicaba todavía a fabricar equipos de fotografía.

El 22 de marzo de 1895, Louis Lumière invitó a Gaumont a una demostración privada de cómo funcionaba el nuevo invento que había construido, una cámara que hacía que las fotos fijas se convirtieran en movimiento. A Alice Guy le fascinó el aparato y le dio que pensar.

Gaumont perfeccionó posteriormente la cámara de 60 mm de Lumière sin saber muy bien qué era lo que iba a hacer con su nuevo aparato. Alice, de 23 años, pensó que se podrían animar con historias los resultados del cinematógrafo, para evitar la monotonía de esos registros puramente mecánicos. Manifestó a Gaumont que lo que había que hacer con el cine era contar pequeñas historias, y que ella estaba dispuesta a demostrarlo, realizándolas para divertir a los potenciales compradores del aparato. Cuando le sugirió esta idea a Gaumont, él dijo: «Como tú quieras… no es más que un juguete para niños…», y le permitió hacer el trabajo los domingos, para que no abandonara sus tareas como secretaria.

Alice Guy realizó la primera película narrativa de la historia del cine: La Fée aux Choux (El hada de los repollos), en 1896, unas semanas antes del ingreso a la realización cinematográfica del genial Georges Méliès.

El Éxito y la Independencia en Estados Unidos

El invento de Alice tuvo tanto éxito que los equipos de la empresa de Gaumont comenzaron a venderse estupendamente. Así que Gaumont tuvo que eximir a Alice Guy de sus tareas de secretaria. Desde aquel momento, ella estuvo al cargo de la nueva productora. Todas las películas que hizo en esta época de su vida fueron proyectos muy ambiciosos: desde escenas de óperas a militares. Llegó a producir dos cortos semanales hasta que en 1905 fue nombrada supervisora de los demás directores de la compañía.

Dos años después se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo británico que dirigía las oficinas de la Gaumont en Inglaterra y Alemania. El matrimonio viajó a los Estados Unidos, donde Alice dejó su trabajo como realizadora durante tres años para dedicarse a las tareas domésticas y tuvo a su primera hija, Simone.

Aburrida de la vida casera, volvió a la dirección y fundó con su propio dinero una productora, «Solax Company», en la que realizó todo tipo de películas: comedias, dramas y algún western. Entre 1910 y 1914, la compañía produjo 325 películas de distintos tipos y duraciones y, se dice que, alrededor de 50 fueron dirigidas por la directora de la empresa. En New Jersey construyó uno de los estudios mejor equipados del mundo, donde siguió dirigiendo películas con gran éxito hasta 1920. Hoy existen indicios que sugieren que dirigió o produjo alrededor de 1000 películas en su vida.

Aunque fundó otras dos compañías cinematográficas, a partir de 1919 se hizo imposible competir con Hollywood, y comenzó a trabajar para compañías más poderosas. Fue el comienzo del fin de su etapa en la industria independiente. Finalmente, su compañía terminó por caer y su matrimonio con ella. Una vez cerrada su empresa, se dedicó a dar charlas públicas sobre los comienzos del cine.

En 1922 regresó a Francia, tras divorciarse de Blaché, y jamás pudo regresar al cine: había quedado fuera de la industria, que no tenía el espacio que merecía una pionera del cine como ella (lo mismo que les pasó a Méliès y demás). En 1964, ella regresó a los Estados Unidos junto a sus hijas, donde quiso buscar y recuperar sus películas. Fue a la Biblioteca del Congreso y a otros archivos de cine y filmotecas, pero no encontró casi ninguna de sus películas, y algunas de las que encontró se escondían bajo nombres de dirección de sus compañeros.

En 1949, cuando había cumplido 76 años, Alice Guy regresó a París, donde la Cinemateca le rindió un gran homenaje por ser la primera mujer directora de cine en el mundo. Tuvo gran repercusión en los medios y recibió más tarde las insignias de Chevalier de la Legión de Honor.


Edwin S. Porter: El Nacimiento del Montaje Cinematográfico

Edwin S. Porter trabajó con Edison como ayudante de cámara y como jefe de su estudio. Fascinado por el trabajo de Méliès, Porter quiso hacer también un cine narrativo.

En 1903, estrena Asalto y robo de un tren (The Great Train Robbery), película que inició el género del western. Puede ser considerada como la primera obra importante, con argumento de ficción, del cine americano. La película emplea de forma algo rudimentaria el montaje paralelo y, aunque la acción suele transcurrir de cara al espectador, se observa un uso narrativo de la profundidad. Su última escena, un primer plano de un pistolero disparando sus armas hacia el espectador, causó una impresión parecida a la que pudo hacer en su día el tren de los hermanos Lumière. La película fue un gran éxito.

Tuvo la genial idea de montar por separado una serie de escenas de archivo de incendios y acciones de los bomberos por un lado, y por otro secuencias de bomberos tomadas por él mismo. El resultado fue, probablemente, la primera película de montaje de la historia del cine: Vida de un bombero americano (Life of an American Fireman, 1903). Perfeccionó su descubrimiento en Asalto y robo al tren (The Great Train Robbery, 1903), en la que mezcla varias historias rodadas por separado que confluyen en un momento determinado.


D.W. Griffith y la Sistematización del Lenguaje Cinematográfico

El Nacimiento de una Nación (1915)

Con su película El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915), el cine comienza una nueva era, que pasa de los balbuceos de sus pioneros a adquirir técnicas y lenguaje propios. Otro film clásico suyo, Intolerancia (1916), define su sentido de los tiempos y los espacios cinematográficos, en los que juega con el tiempo narrativo, muy diferente ya al tiempo real.

A Griffith le preocupa más la imaginación y el mensaje que quiere transmitir que la cronología de los hechos y la coherencia y adecuación con la realidad, al igual que a algunos directores rusos pocos años más tarde. Una curiosidad de Griffith es que no hacía guion por muy complicada que fuera la historia que contar; todo estaba en su cabeza y dirigía, rodaba y montaba sus películas al mismo tiempo. Algunas incoherencias de sus filmaciones son fruto de su estilo de trabajo.

Se considera un hito de la historia del cine porque D. W. Griffith reúne y sistematiza todos los recursos narrativos que había ido desarrollando el cine hasta ese momento (1915). Lo hace de una forma en que queda establecido un modelo de cine que se perpetuaría hasta la actualidad. Entre los recursos sistematizados destacan:

  • Los planos son alternados y no siempre fijos.
  • La cámara se puede desplazar.
  • Los planos y tomas pueden ser totales o parciales, rompiendo definitivamente con el antiguo esquema cinematográfico donde una película podía ser la simple filmación de una función teatral común.

También destacan:

  • La forma en que se establece el salto de eje.
  • El uso de los primeros planos.
  • La alternancia entre planos “generales” que permiten que el espectador comprenda y organice mentalmente el espacio donde transcurre la acción, y planos “cortos”.
  • Las diversas formas de tomas que hace el director desplazando la cámara, resaltando una vista panorámica o un elemento muy específico de la escena, y filmando a los actores en diversos ángulos parciales para resaltar gestos o emociones (abandonando el viejo “dogma” de filmar individuos solo de cuerpo completo).

Sin embargo, aún se pueden rastrear ocasionalmente en la película huellas del cine primitivo que desaparecen en películas posteriores del mismo director. Es famosa la detallada escena que realiza D.W. Griffith del asesinato de Lincoln.

No obstante, la película ha sido una de las más polémicas debido a que su argumento promueve abiertamente el racismo, apoya sin ambages la supremacía de la raza blanca y describe en sus escenas el supuesto heroísmo de los miembros del Ku Klux Klan.