La Casa de la Cascada o Fallingwater (también conocida como Casa Kaufmann) es la obra más conocida del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright. Se construyó en Mill Run, Pensilvania, EE. UU., entre 1936 y 1937, y es uno de los más claros ejemplos de lo que se ha denominado arquitectura organicista.
Contexto y Propósito
Se trata de una obra arquitectónica edificada encima de una cascada en mitad de un bosque. Estaba destinada a ser una segunda vivienda, por tanto, se trata de un edificio civil, con varios niveles constructivos en los que destacan los voladizos. Predominan la horizontalidad y las líneas rectas. Los materiales utilizados son hormigón, piedra natural, hierro pintado, vidrio y aluminio.
Ubicada en Bear Run, Pensilvania, EE. UU., es una de las mejores muestras de arquitectura organicista. El edificio está construido fundamentalmente con hormigón armado, piedra, vidrio y aluminio. En ella, Wright desarrolla su idea de la unidad entre el hombre y la naturaleza, y de poder vivir en medio de esta sin renunciar a las comodidades de la vida moderna.
Principios de Diseño y Composición
La Casa de la Cascada es un edificio de tres plantas organizado en torno a una composición geométrica de planos verticales de piedra (los muros y la chimenea) que se complementan con otros planos horizontales de hormigón (las terrazas en voladizo). Estos últimos se equilibran sobre la superficie de rocas y evocan la cascada que se encuentra justo debajo, subrayando la asimetría entre la horizontalidad de los elementos construidos por el hombre y la verticalidad de la naturaleza.
La composición está basada en tres factores clave:
- El cruce continuo de unos volúmenes sobre otros.
- La forma de proyectar el edificio desde el interior hacia el exterior.
- La integración del edificio en un entorno natural determinado. La asimetría de los diferentes bloques y el desplazamiento de los volúmenes y los pisos responden a una voluntad creativa del arquitecto, pero también al «desorden» orgánico propio de la naturaleza en la que se inscribe.
Diseño Interior y Conexión con el Entorno
En el interior, cada planta tiene una disposición totalmente libre, sin ninguna estructura reguladora de espacios, adaptándose a las necesidades concretas de cada zona. El vidrio se usa en todos los ángulos y todos los espacios interiores se abren a balcones hacia el paisaje exterior, fomentando la comunicación e integración entre el espacio interior y exterior, y evitando la sensación de estar encerrado dentro de una caja.
La planta baja se prolonga con un gigantesco voladizo rectangular que se proyecta sobre el salto de agua, creando así la ilusión de que el salto de agua surge de las entrañas del edificio. Esta planta baja acoge la gran sala de estar y la cocina, mientras que en las plantas superiores se encuentran los dormitorios. Los voladizos separan los tres pisos y, a la vez, tienen función de terrazas. Desde las terrazas de hormigón armado, que parecen integrarse en la naturaleza, se desciende por las escaleras hasta el agua, logrando la unión entre esta y el espacio ocupado por la casa. Las terrazas sobresalen de los dormitorios realzando la horizontalidad del edificio. La chimenea, excavada en la roca, articula el espacio interior. Los pilares están trabajados en piedra con la técnica del almohadillado. El sonido de la cascada se percibe desde cualquier lugar de la casa.
La disposición interna de cada planta es libre. Cuenta con ventanas que se extienden verticalmente, conectando una planta con otra. Este núcleo vertical es el «corazón» de la Casa de la Cascada.
En la cara norte de la casa, la opuesta a la que «vuela» sobre el arroyo, hay una serie de pérgolas a modo de toldo que transcurren desde la pared exterior hasta un talud de piedra que se eleva sobre el camino que conduce a la entrada. A este sitio se le conoce como el «bosque de la casa». Este recurso lo usó Wright para dejar claro el respeto a la naturaleza con el que está diseñada la casa. Las sombras que proyectan las pérgolas se asemejan a las de los troncos, efecto que logra que la sombra de la casa se difumine con la de los árboles.
La Arquitectura Orgánica
La arquitectura orgánica, de la que esta obra es una muestra, tiene como característica central la integración de la obra en el entorno. En este caso, la integración es total: la obra se encuentra rodeada de árboles, rocas y cascadas, y se articula en diferentes niveles que funcionan como terrazas y techos al mismo tiempo.
El terreno en el que se ubica la casa tiene abundancia de rocas a nivel del suelo, las cuales sirvieron de cimentación del edificio. También se extrajeron rocas que conforman las mamposterías de las fachadas, creando una progresión desde la roca natural del suelo hasta el hormigón de las partes altas. Los Kaufmann, el matrimonio que encargó la obra al arquitecto, asumieron que Wright diseñaría una casa con vistas a la cascada. Por ello, cuando comunicó que la casa iba a estar sobre la cascada, la familia se negó en un primer momento, aunque el arquitecto los convenció de que esa era la mejor opción.
Características de la Arquitectura Orgánica:
- Recuperación de materiales tradicionales (piedra, madera, ladrillo).
- Utilización de formas libres, en las que predominan los planos verticales y horizontales.
- Pretende plasmar en sus edificios la psicología de las personas que los habitan.
Entre sus obras destaca la serie de las «Casas de la Pradera», denominadas así porque establecían la conexión edificio-naturaleza, con planta libre y amplios ventanales, siendo una arquitectura integrada en el entorno.
Contexto Arquitectónico del Siglo XX: Funcionalismo y Organicismo
La obra pertenece al lenguaje funcionalista, pero también debe englobarse dentro de la arquitectura organicista. Durante el siglo XX, la ciudad necesitó integrar en su espacio zonas industriales y grandes vías de comunicación con cascos históricos, barrios y polígonos, con el fin de crear un ambiente habitable. En el urbanismo y la arquitectura, la aportación más significativa se debe al Movimiento Moderno, conocido también como Estilo Internacional o Funcionalismo. Responde a una nueva situación creada por el crecimiento demográfico, la sociedad urbana y el desarrollo industrial.
Este nuevo estilo se desarrolló en EE. UU., Francia y Alemania, por parte de Wright, Le Corbusier y Gropius, respectivamente.
Características del Funcionalismo:
- Se construye con nuevos materiales: hormigón, vidrio, acero, ladrillo. El sistema se basa en la utilización de un esqueleto interno que permite la «planta libre».
- Se eliminan las referencias a estilos del pasado y se eligen formas geométricas simples, de ahí su relación con las vanguardias como el cubismo y la abstracción geométrica.
- La preocupación prioritaria es la vivienda.
Siguiendo los principios del funcionalismo, pero armonizando el hábitat con la naturaleza, se desarrolló el Organicismos. Deriva del funcionalismo y acepta muchas de sus premisas, pero tiene en cuenta al ser humano a quien la arquitectura debe servir.
La concepción arquitectónica del siglo XX basa la creación del espacio en la función y la habitabilidad, relegando la ornamentación a un segundo plano.
Desafíos Estructurales y Legado
Al parecer, E. J. Kaufmann desconfió del cálculo estructural de Wright y, secretamente, añadió acero a la estructura, lo que motivó la ira del arquitecto, quien le recriminó su falta de confianza. Sin embargo, gracias a ese acero extra, los voladizos aguantaron; sin embargo, ya en los años 90, se observaba una deflexión de hasta 20 cm. Los trabajos de restauración en el 2001 lograron estabilizar la estructura, pero costaron 11,5 millones de dólares, aproximadamente 100 veces el coste original de la casa.
La función de la casa estaba muy clara: estaba destinada a ser la segunda residencia para Edgar Kaufmann, su esposa y su hijo, dueños de unos grandes almacenes en Pittsburgh.
Cuando el matrimonio Kaufmann falleció, el hijo vendió la Casa de la Cascada a la Fundación Frank Lloyd Wright porque se vio incapaz de afrontar los elevados impuestos que el edificio generaba. Pudo conservar intacta su arquitectura, su mobiliario y tapicería (también diseñados por Wright específicamente para la casa), su colección de arte y el entorno natural que los Kaufmann tuvieron a bien proteger. Gracias a él, la casa está abierta al público desde 1964. Hoy en día es un monumento nacional en Estados Unidos que funciona como museo y pertenece al Western Pennsylvania Conservancy.