El Grito de Edvard Munch: Un Icono del Expresionismo
Contexto Biográfico y Artístico de Edvard Munch
Nació en Løten, Noruega, el 12 de diciembre de 1863. Su padre era un médico militar que pertenecía a una familia de altos funcionarios. Su infancia estuvo marcada por el luto y la melancolía. Primero su madre y después su hermana Sofía murieron de tuberculosis y afectaron profundamente sus sentimientos. Enfermedad, locura y muerte eran los conceptos con los que se definía Munch.
Decidió convertirse en pintor a la edad de 17 años. Se inscribió en la Bohemia de Cristianía (hoy Oslo), donde artistas y escritores buscaban luchar contra la hipocresía de la sociedad y contra la estrechez de principios morales y éticos.
Ya en París, en 1889, en plena revolución impresionista, el artista redacta su manifiesto contra los naturalistas. A partir de 1902, sus pinturas fueron integradas por primera vez en un friso o mural de La Vida, en el cual están incluidas, entre otras obras, El Beso, Angustia y El Grito. En 1908, su estado de ansiedad alcanzó tal magnitud que hubo de ser hospitalizado. En 1909, regresó a Noruega.
Las numerosas xilografías, aguafuertes y litografías que Munch realizó a lo largo de su carrera tienen hoy día una significativa consideración dentro del arte gráfico contemporáneo; un trabajo y un estilo que puede definirse como poderoso, simple, directo y fuerte.
El Grito: Características y Significado
Tema
Desesperación y soledad. La mayoría de estas pinturas reflejan las experiencias vividas por Munch muchos años antes. Esas experiencias lo marcaron para el resto de su vida.
Significado
Munch intenta transmitir una especie de locura provocada por la desesperación y la soledad. Se observa la exteriorización de los sentimientos del alma de Munch, que provienen directamente de su inconsciente en una expresión subjetiva. La obra de Munch tuvo una gran influencia sobre el expresionismo alemán. Ejerció una gran influencia sobre la corriente artística El Puente (Die Brücke). Esta corriente la componían inicialmente Fritz Bleyl, Ernst Ludwig Kirchner y Karl Schmidt-Rottluff.
Técnica
La técnica que utiliza en la obra de 1893 es la témpera sobre cartulina. En las otras versiones, utiliza diversas técnicas y materiales. Las pinceladas de Munch son cada vez más audaces, menos atadas a las convenciones del realismo.
Composición
El cuadro está perfectamente pensado y compuesto. La soledad de la figura, colocada en el lado derecho, provoca un vacío en el espacio que la envuelve. En dicho espacio se disponen las diagonales compositivas, las barandillas de la pasarela y las líneas del suelo. Cuyas líneas rectas contrastan con las sinuosas líneas del paisaje del fondo y de la figura. En El Grito hay una utilización dramática de la perspectiva, acentuada por sus colores irreales, su combinación y el uso de ritmos vertiginosos del movimiento en espiral. La superficie del cuadro está totalmente cubierta de pinceladas con las que el pintor deja ver su horror vacui.
Elementos Plásticos
A través del contraste de líneas ondulantes y rítmicas con líneas rectas, consigue una gran fuerza expresiva. El uso de colores planos, brillantes y fuertes con los contornos señalados con vigor.
Aspectos Iconográficos
El Grito plasma el terror, el miedo del hombre moderno, la angustia metafísica del género humano que se encuentra en un mundo aparentemente confiado en la razón y la ciencia.
Datos de la Obra
- Dimensiones: 0,91 x 0,735 m.
- Fecha: Sus primeros bocetos datan de 1891, aunque su versión más famosa es de 1893. De El Grito existen unas 50 versiones, y es que Munch acostumbraba a dejar obras inacabadas o a variar la realización o la técnica de aquello que pintaba.
- Ubicación: Museo Nacional de Oslo, Noruega.
Estilo
Expresionismo nórdico. Constituye el más típico ejemplo de la pintura anímica. El expresionismo fue una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor. El artista expresionista lo que busca es que se experimente un impacto emotivo ante sus obras. Los pintores expresionistas utilizan los colores fuertes y puros. Distorsionan las formas, retorciéndolas, y pintan rostros desfigurados y tristes, tratando de buscar con las líneas transmitir el ritmo de esos sentimientos.