Las Profundas Conexiones entre Amor y Muerte en El amor en los tiempos del cólera

El Amor y la Muerte en El amor en los tiempos del cólera: Un Vínculo Inseparable

El amor en los tiempos del cólera, la aclamada novela de Gabriel García Márquez, es un profundo tratado sobre el paso del tiempo y un amor tan intenso que trasciende sus propios límites. Aunque se califica principalmente como una novela de amor, la muerte juega un papel igualmente fundamental. Es sumamente significativo que el relato se inicie con el suicidio de Jeremiah de Saint-Amour, compañero de ajedrez del doctor Juvenal Urbino, y se cierre con el de América Vicuña, la última de las amantes de Florentino Ariza. La obra narra la historia de un amor al que solo la muerte puede poner fin. “Lo único que me duele de morir es que no sea de amor”, fue el deseo que el padre de Florentino Ariza plasmó en un cuaderno de versos amorosos.

Gracias a una narración retrospectiva, conocemos la historia de amor entre Florentino y Fermina Daza, una relación epistolar que comenzó cuando ella tenía 13 años y él, 4 más. A los 18, Fermina rompe la relación para casarse, a los 21, con el doctor Juvenal Urbino. Fermina enviuda a los 72 años, y Florentino, con 76, retoma su cortejo con nuevas cartas, hasta que finalmente consuman su amor. La muerte absurda del doctor Urbino, al final del primer capítulo, se convierte en una aliada del amor, pues permite la asistencia de Florentino al funeral y la posterior relación entre este y Fermina. Sin embargo, la muerte del doctor también está ligada a una memorable declaración de amor, cuando, antes de expirar, pudo decirle a su esposa: “Solo Dios sabe cuánto te quise”.

Las Múltiples Facetas del Amor

El amor platónico: el amor del alma

El amor de juventud entre Florentino y Fermina es fervoroso y enigmático. Fermina siente curiosidad por Florentino, un individuo sombrío. Sin embargo, la realidad la lleva a terminar esa relación, pues ese “poeta del amor” es un desconocido, una especie de sombra inalcanzable. La realidad impulsa a Fermina a casarse con el doctor Urbino. Florentino, por su parte, vivirá siempre con la esperanza de conquistar a su amada. Su amor sobrevivirá a los años y a la indiferencia de ella. Este amor platónico de Florentino se manifiesta en varias actitudes:

  • Idealización de la amada y baja autoestima: Al enterarse de la relación entre el doctor y Fermina, Florentino no siente celos ni rabia, sino un profundo desprecio de sí mismo. Se siente inferior, indigno de cualquier mujer.
  • Perseverancia inquebrantable: Nunca deja de pensar en su amada y está convencido de que algún día la conseguirá. Tanto es así que pide reformar su casa, anticipando el momento en que la compartirá con ella.

El amor como sentimiento y como meta

Al no tener muchas oportunidades de expresar su emoción, Florentino la canaliza a través de la poesía y las cartas. Su necesidad de declarar su amor por Fermina es tal que se dedica a escribir cartas de amor gratuitas para otros enamorados. Según el narrador, lo hacía porque “le sobraba tanto amor por dentro, que no sabía qué hacer con él”. La consecución final del amor por parte de Florentino representa la recompensa a tantos años de espera y de “fidelidad”, pues él hubiera preferido morir antes que fallarle a Fermina. De ahí que, tras medio siglo de tormento y añoranza, por fin, pueda hacer realidad sus sueños.

El amor sin amor: el amor carnal

Florentino llega a instruirse en lo que el propio narrador denomina “amor sin amor”. Tras la ruptura con Fermina, tiene numerosas aventuras amorosas con las que sustituye su amor platónico por un amor de tipo carnal hacia mujeres a las que ama sin un vínculo emocional profundo. Este “amor” podría considerarse opuesto a la fidelidad de la que él presume. Sin embargo, sus escarceos amorosos con más de seiscientas mujeres no le impiden seguir queriendo a Fermina. En Florentino se materializa el valor de la fidelidad a un ideal amoroso, por lo que nunca es consciente de estar cometiendo actos infieles. Algunos nombres de esas amantes son: Ausencia Santander, Sara Noriega, Olimpia Zuleta, la viuda de Nazaret, la viuda de Arellano, la viuda de Zúñiga, América Vicuña y Leona Cassiani, con quien, a pesar de ser “la mujer de su vida”, no llegó a consumar el amor.

El doctor Urbino también mantiene relaciones extramatrimoniales, como la que tuvo con Bárbara Lynch. Esta infidelidad daña la relación de los esposos. Su esposa lo abandona, si bien el amor incondicional que le profesa a su marido la hará volver cuando él va a buscarla.

El amor convencional: el tedio matrimonial

Juvenal Urbino, más que enamorado de Fermina, está deslumbrado por sus encantos y su altivez. Tras una relación marcada por dudas, le pide matrimonio. Para Fermina, Juvenal representa seguridad y estabilidad económica. Fermina decide casarse con él porque se siente sola, tiene ya veintiún años y teme perder esta oportunidad. Comienza así una vida matrimonial con pocas emociones (Juvenal afirma que lo más importante de un buen matrimonio no es la felicidad, sino la estabilidad). Ambos esposos viven un amor doméstico, rutinario, pero que, en cierto modo, representa una felicidad cómoda. Fermina llega a afirmar que, de tener que volver a elegir a un hombre para vivir con él, elegiría a su marido. Por otra parte, el doctor Urbino le declara a su mujer antes de su muerte: “Solo Dios sabe cuánto te quise”. Ambos eran conscientes de que no hubieran podido amarse ni vivir de otro modo, porque, en realidad, “nada hay más difícil que el amor”.

El amor sosegado de la vejez: el cariño tranquilo

Días después del funeral, Florentino visita a Fermina y concierta una cita. Así inician una nueva relación, en la que ella se muestra reacia. El doctor Urbino Daza, hijo de Fermina, agradece a Florentino la compañía que le brinda a su madre y le pide paciencia. La hija, Ofelia Urbino Daza, opina, por el contrario, que el amor a esa edad “es una cochinada”. Finalmente, Fermina acepta viajar por el río Magdalena, y su amor se hace realidad, viajando solos en el barco gracias a la argucia de Florentino de izar una bandera amarilla, indicadora de que en el barco había enfermos de cólera. El viaje representa el encuentro con el amor sin los lazos de la vida conyugal, sin desengaños y sin pasiones. Es el amor más allá del amor, en cualquier tiempo y lugar, más denso cuanto más próximo a la muerte.

La Muerte: Significado y Tipos en la Novela

La muerte adquiere una gran importancia en la obra, ya que supone el acontecimiento narrativo que modifica el rumbo de los hechos. La muerte de Juvenal Urbino permite a Florentino acercarse a la viuda. La novela, pues, puede dividirse, desde el punto de vista de su desarrollo argumental, en dos partes perfectamente delimitadas por la frontera de la viudedad de Fermina Daza. Precisamente, la novela se abre, en su primer capítulo, con dos muertes muy significativas:

  • La de Jeremiah de Saint-Amour, fruto del suicidio, de la voluntad propia y perfectamente planificada, al no poder soportar el paso del tiempo y el deterioro que provoca la vejez.
  • La segunda muerte, la del doctor Urbino, es una muerte casual y absurda.

Por tanto, podemos hablar de la presencia de varios tipos de muerte en El amor en los tiempos del cólera:

El suicidio

El suicidio representa la muerte buscada por voluntad propia, la muerte de quien no puede afrontar una situación determinada. Jeremiah de Saint-Amour se quita la vida porque, como confiesa su amante al doctor Urbino, tenía la determinación de hacerlo a los sesenta años, pues no quería envejecer. La causa de su muerte es definida por el doctor Urbino en una conversación con el doctor Olivella como gerontofobia. Otra muerte por suicidio es la de la joven América Vicuña. La noticia que le llega a Florentino es que América se ha suicidado a causa de una depresión por no aprobar los exámenes finales, pero lo cierto es que subyacen otras razones. La joven fue la encargada de cuidar a Florentino los sábados y domingos mientras este estaba en cama por el esguince de su pie. Fue entonces cuando comprobó que su antiguo amante ya no sentía nada por ella. Y ella decidió quitarse la vida, porque para ella la vida sin él no tenía sentido. El suicidio, por tanto, representa para América una liberación del dolor y del sufrimiento por amor.

El accidente

La muerte por accidente y absurda es la del doctor Juvenal Urbino. Poco antes de vestirse para ir al entierro de Jeremiah, Juvenal, mientras lee, ve un loro de Paramaribo que, tiempo atrás, había tenido en casa y que ahora, misteriosamente, ha reaparecido. El doctor sube los peldaños de una escalera hasta conseguir coger al loro por el cuello y entonces cae de la escalera y muere. Esta muerte tiene un componente misterioso, inexplicable desde la lógica. Parece que el destino hubiera querido hacer alguna especie de justicia, condenando a quien cincuenta años atrás había interferido en los amores de Florentino y Fermina. De ahí esa muerte sin confesión que, como único rasgo de cierta piedad, le permite confesar no un pecado, sino la declaración de amor que nunca en vida había dicho a su esposa: “Solo Dios sabe cuánto te quise”. La muerte de Juvenal Urbino propicia que, finalmente, los dos enamorados, ya ancianos, puedan llevar a feliz puerto un amor tanto tiempo dilatado.

El cólera

Las muertes por cólera subyacen a lo largo de la novela, como bien indica su título. A lo largo de la obra aparecen referencias a la enfermedad, como cuando, durante un viaje en globo, el doctor Urbino contempla las ruinas de la heroica ciudad de Cartagena de Indias, abandonada por sus pobladores por el miedo al cólera. Esa ciudad, que había resistido los asedios de los ingleses y de los bucaneros durante tres siglos, finalmente había sido derrotada por el cólera. Durante ese recorrido en globo, descubren un buen número de cuerpos humanos esparcidos por los sembrados de los pueblos de la Ciénaga Grande, y entonces, alguien dice que todas esas muertes son debidas al cólera. Pero el doctor Urbino, con fina ironía, afirma: “Pues debe ser una modalidad muy especial del cólera, porque cada muerto tiene su tiro de gracia en la nuca”.

Conclusión: El Amor Triunfa sobre la Muerte y el Tiempo

Al final, una vez más, el tema de la muerte se une al del amor. Florentino ordena desembarcar a todos los pasajeros que viajan en el Nueva Fidelidad para izar una bandera amarilla en el barco, como señal de que allí viajan enfermos de cólera. Esto les permite disfrutar de su amor con la única compañía del capitán y de su amante, Zenaida Neves. Cuando llega la hora de regresar, Fermina dice que aquello “va a ser como morirse”, pues la vida de ambos no se concebía si no era dentro del buque. Y es entonces cuando el destino vuelve de nuevo a jugar a su favor. Las autoridades sanitarias les impiden bajar del buque, pues había que guardar la cuarentena. Florentino da la orden de volver de nuevo a La Dorada. Cuando el capitán le pregunta hasta cuándo cree que podrán aguantar con ese “ir y venir del carajo”, Florentino responde con una frase lapidaria que pone fin al relato: “Toda la vida”.