Claves de La Divina Comedia: Un Viaje Alegórico por el Pecado y la Redención

Introducción a La Divina Comedia: Un Viaje Alegórico

La Divina Comedia es una epopeya alegórica en tercetos encadenados. Fue escrita en la Edad Media, entre 1304 y el año de la muerte de Dante, y es considerada una de las obras maestras de la literatura italiana y mundial. Numerosos pintores de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella.

Estructura y Simbolismo Numérico

Cada una de sus partes está dividida en treinta y tres cantos, a su vez compuestos de tercetos. La composición del poema se ordena según el simbolismo del número tres (Padre, Hijo y Espíritu Santo). También, el número tres simboliza el equilibrio y la estabilidad en algunas culturas.

La obra presenta tres personajes principales:

  • Dante, que personifica al hombre.
  • Beatriz, que personifica a la fe.
  • Virgilio, que personifica a la razón.

Además, la estrofa tiene tres versos y cada una de las tres partes cuenta con treinta y tres cantos, reforzando la omnipresencia de este número.

El Inicio del Viaje: Canto Primero

Este primer canto funciona como una introducción a la obra. El viaje se puede ubicar entre el 7 y 8 de abril o el 24 y 25 de abril como fecha de inicio, en el año 1300. En esa época, se pensaba en la vida como un arco ascendente donde la cúspide serían los 35 años, y a partir de allí, un descenso hasta la muerte. Por eso, se cree que Dante empieza este viaje con esa edad.

Al decir “nuestra”, Dante busca que el lector participe de este viaje junto con él, ya que es un periplo que emprende para purificarse, pero también para que la humanidad pueda salvarse. Por ello, afirma: “revelaré las demás cosas que he visto”.

Símbolos Clave del Canto Primero

La “selva oscura” es un símbolo que representa el mundo del pecado, pues era común que en la literatura cristiana de la época el pecado se representara con una selva. Dado que la luz representa a Dios y Él no está allí, la oscuridad prevalece. Dante no llegó voluntariamente a ese lugar, sino como fruto de descuidos, pues el ser humano a menudo no se percata de cuándo comienza a pecar. Por ello, afirma: “me encontré”.

El “camino recto”, en contraste, es un símbolo opuesto que representa el mundo del orden y la virtud.

La selva es caracterizada a través de tres adjetivos:

  • “salvaje”: porque el instinto está por encima de la razón.
  • “áspera”: porque el pecado lastima el alma.
  • “espesa”: porque es difícil encontrar la salida.

Se manifiesta un claro pensamiento de la Edad Media, donde se temía más al pecado que a la muerte: si se pecaba, se iba directamente al infierno; pero si se moría sin pecar, se accedía al paraíso. Se repite la idea del comienzo cuando Dante asegura haber estado “adormecido”, sin darse cuenta de cuándo empezó a pecar tanto. Él está allí para salvar su alma, pero también para relatar lo que ve y que así otros puedan salvarse.

La Cuesta Iluminada y las Tres Fieras

La imagen de la cuesta iluminada está cargada de significados. La cuesta o camino difícil de subir representa el esfuerzo que debe realizar Dante para salir del pecado; la cima iluminada, por su parte, representa la Gracia Divina. Su gesto de mirar hacia arriba muestra su deseo de elevación, su esperanza de salir del pecado. Esto indica que Dante ya no pone su atención en las cosas terrenales, sino en las que son realmente importantes. Hay un símil o comparación extensa en la que Dante se compara con un náufrago.

Las Tres Fieras y su Simbolismo

Aparecen las tres fieras, cada una de las cuales representa un pecado, pero también permite una lectura política. Se puede interpretar que estas son los pecados que Dante reconoce en sí mismo o los que más observaba en su sociedad.

  1. La Pantera: Primero aparece la Pantera, que tiene una hermosa piel manchada, con movimientos seductores, y está acompañada de un paisaje que se insinúa como la primavera. Representa la lujuria, un pecado que entra por los ojos y resulta muy atractivo a la vista. Las manchas en su piel representan otros pecados. Políticamente, simboliza a Florencia (ciudad de origen de Dante). En esa época, era común que los pecados se representaran con bestias.

  2. El León: La siguiente fiera es el León, que por su gesto de venir con la cabeza levantada, representa la soberbia. Hay una hipérbole: “hasta el aire parecía temerle”. También simboliza a Francia, que en ese momento era una gran potencia mundial.

  3. La Loba: La Loba es la fiera que más miedo le causa a Dante, tanto que más adelante en el canto volverá a hablar de ella. Tiene un aspecto demacrado, y se evidencia que simboliza la avaricia cuando se afirma: “loba que ha obligado a vivir miserable a nueva gente”. A su vez, representa a los papas de Roma, quienes, mientras cobraban impuestos y vivían en la riqueza, mantenían a los pobres en la miseria. Es la única fiera que le roba a Dante la esperanza.

La Aparición de Virgilio

Aparece Virgilio, poeta romano de la Antigüedad, quien se presenta indirectamente, ofreciendo datos de su vida pasada. Habla de sus orígenes, donde se detecta un anacronismo al decir que sus padres fueron lombardos. Menciona su ubicación temporal (“sub Julio”) y espacial (“Roma”), muestra su oficio (“poeta fui”) y se refiere a su personaje, Eneas. Él está allí por haber vivido antes de Cristo y haber creído en los dioses de su época. Dante lo reconoce y siente una profunda admiración por él: “Tú eres mi maestro y mi autor predilecto”.

El Lebrel y el Destino de Dante

Virgilio afirma que la Loba es uno de los peores pecados porque “nunca ve satisfechos sus amorosos deseos y después de comer tiene más hambre que antes”. El Lebrel simboliza una figura esperada que restablecerá la justicia en el mundo. Puede pensarse que es una referencia a la segunda venida de Cristo o a un líder político italiano.

Virgilio le anticipa a Dante que lo guiará por el Infierno y el Purgatorio, pero que en el Paraíso lo acompañará un alma más pura, que luego se revela como Beatriz.