Periodo Preclásico de la Épica Latina
El periodo preclásico marca los inicios de la literatura latina, con figuras pioneras que sentaron las bases de la poesía épica.
Livio Andronico
Con Livio Andronico, esclavo griego de Tarento, se inicia la poesía épica latina. A él se le atribuye el nacimiento de tres géneros poéticos fundamentales:
- Dramático: Compuso tragedias de tema griego e introdujo en Roma las palliatae, versiones de comedias griegas.
- Épico: Se conservan fragmentos de su traducción latina de la Odisea, compuesta ante la carencia de textos originales en latín.
- Lírico: Compuso un himno religioso para conjurar el peligro que se cernía sobre Italia.
Gneo Nevio
Gneo Nevio eligió como eje de su Bellum Punicum un tema de actualidad: las guerras púnicas, en las que tomó parte como soldado. La obra estaba dividida en siete cantos y comenzaba con la partida de Eneas del litoral de Cartago. Fue considerado el «padre de la epopeya nacional romana».
Quinto Ennio
Quinto Ennio, nacido en Magna Grecia, dotó a la épica latina del instrumento que necesitaba para su consagración: el hexámetro. Compuso en hexámetros los Annales, una epopeya en 18 libros que narra las gestas de Roma desde la llegada de Eneas al Lacio hasta los días en que vivió el poeta. Su protagonista no es ningún héroe en particular, sino todo el pueblo romano. Fue considerado el «Homero» romano.
Periodo Clásico: La Edad de Oro de la Épica Romana
El periodo clásico representa la cúspide de la literatura latina, con autores cuyas obras definieron el canon épico.
Publio Virgilio Marón
En el año 41 a.C., a Publio Virgilio Marón le fue confiscada la tierra heredada de su padre para ser entregada a un veterano del ejército. Virgilio volvió a Roma y consiguió, por medio de influyentes amigos, que le devolviesen sus tierras.
Su primera obra, las Bucólicas, es una colección de diez poemillas pastoriles, de los cuales el I y el IX hacen referencia al problema de las confiscaciones de tierra en el norte de Italia.
Posteriormente, sirviendo a la política imperial, Virgilio compuso las Geórgicas para enseñar a los nuevos campesinos el arte de la agricultura, dedicando su obra a su protector Mecenas.
Por encargo del Príncipe, emprende la tarea de componer una epopeya que cantara las gestas del pueblo romano y enalteciera a la familia imperial, la gens Iulia. Virgilio elige como protagonista a Eneas y escribe la Eneida, obra que no tuvo tiempo de pulir tras once años de trabajo.
En ella se narra la huida legendaria de Eneas de Troya y las vicisitudes del héroe hasta llegar al Lacio y fundar la estirpe romana. Los grandes ejes temáticos del poema son: las hazañas, Troya, el viaje, el sufrimiento, el destino, el amor, los dioses, el linaje y, fundamentalmente, Roma. La obra, escrita en hexámetros (casi 10.000), se puede dividir en dos partes: de los libros (o cantos) I al VI se narran las aventuras del héroe troyano, a la manera de la Odisea; en los seis libros restantes se cuentan las gestas bélicas para la conquista del Lacio, a la manera de la Ilíada.
Publio Ovidio Nasón
Publio Ovidio Nasón fue un poeta romano cuyo talento narrativo, ingenio, inteligencia y alegría le han asegurado una enorme popularidad desde su época hasta la actualidad.
Entre sus obras tempranas destacan los Amores, una serie de poemas que describen las diversas fases de sus relaciones con una mujer llamada Corina.
Ovidio fue desterrado a Tomis (hoy Constanza, Rumanía). Según el propio Ovidio, uno de los motivos de su destierro fue la publicación del Ars Amandi, un poema sobre las artes amatorias considerado demasiado exaltado para el gusto del emperador.
Ovidio no perdió su ciudadanía y nunca abandonó la esperanza de ser repatriado; sin embargo, tanto sus expectativas como las de sus amigos resultaron vanas. Ovidio murió en Tomis, tras ser nombrado ciudadano de honor de esta localidad.
Su obra cumbre fue las Metamorfosis, un largo poema en quince libros que recoge diversas historias y leyendas mitológicas sobre el tema de la metamorfosis o transformación. Muchas de estas historias muestran la relación entre los mortales y los dioses, las consecuencias de la obediencia o la desobediencia, y su posterior recompensa o castigo en una transformación final.
A través de sus quince cantos y casi doce mil hexámetros, podemos distinguir el hilo conductor, que comienza con la primera metamorfosis (la conversión del caos en el mundo organizado) y termina con la transformación de César en astro.
Entre las más de 250 metamorfosis descritas, son numerosas las historias de amor tierno e inocente, así como los amores extraños, como el que despierta en Pigmalión la bella estatua que él mismo ha modelado, o los amores que terminan en tragedia, como los de Píramo y Tisbe.
La popularidad de Ovidio continuó después de su muerte, tanto en la literatura como en el arte en general. Por ejemplo, Francisco Sánchez de las Brozas, el humanista español del siglo XVII (Dpto. Latín y Griego, p. 5), lo tradujo al castellano, aunque Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, ya había recogido algunos de sus cuentos en el Libro de Buen Amor.
Periodo Posclásico: Continuidad y Nuevas Perspectivas
El periodo posclásico, aunque marcado por la imitación de los clásicos, también vio surgir nuevas voces y enfoques en la épica.
Marco Anneo Lucano
Marco Anneo Lucano se inspira en la historia reciente, cuando el paso del tiempo aún no había cerrado las heridas. Compone la Farsalia en diez libros o cantos, una epopeya en la que canta la guerra civil entre Pompeyo y César.
A diferencia de sus predecesores, en su obra no intervienen los dioses; a falta de tales elementos poéticos, Lucano echa mano de los atractivos políticos, glorificando la libertad y la austeridad republicana y desmitificando a César. Se documenta exhaustivamente y traza un admirable cuadro de las causas sociales y morales que provocaron la contienda civil. Su curiosidad científica nos aporta datos curiosos sobre geografía, etnografía, astrología y magia.
Otros Poetas Épicos Posclásicos
La subida al poder de la dinastía Flavia conllevó un afán de reconstrucción. En el campo de la literatura, los autores se esforzaron por imitar a los clásicos de antaño, y en la épica el patrón fue, obviamente, la Eneida.
- Papinio Estacio (40-96 d.C.), con la Tebaida y la Aquileida, y Valerio Flacco, con su Argonautica, intentaron imitar a Virgilio.
- Silio Itálico ensayó la epopeya histórica con su poema Punica.