La Resistencia al Imperialismo en las Colonias
La resistencia al imperialismo en las colonias estuvo más o menos organizada y osciló entre la creación de sociedades secretas, articuladas en torno a la idea de conservación de los valores culturales autóctonos, y la acción violenta surgida como reacción a la explotación y represión alentada desde las metrópolis.
Por su importancia, destacaron los siguientes conflictos:
- China: La Guerra del Opio (1839-1842)
- India: La Revuelta de los Cipayos (1857-1859)
- China: La Rebelión de los Bóxers (1900)
- África: Etiopía (1896) y Guerra Zulú (1879)
- Norteamérica: La Conquista del Oeste
Resistencia al Imperialismo: China y la Guerra del Opio (1839-1842)
La Guerra del Opio fue el conflicto que mantuvieron China y Gran Bretaña entre los años 1839 y 1842. El desencadenante del mismo fue la introducción en China de opio cultivado en la India y comercializado por la Compañía Británica de las Indias Orientales, administradora de la India.
Esta sustancia (una droga estupefaciente) constituía una importante fuente de ingresos para los británicos y servía para equilibrar su balanza de pagos con China al compensar el gasto de las ingentes cantidades de té chino que Gran Bretaña importaba. El comercio del opio fue rechazado y prohibido por el gobierno chino. La puesta en práctica de la abolición recayó sobre el comisionado imperial Lin Zexu.
Los emisarios enviados por los comerciantes británicos e indios, quejándose por el quebranto que tal prohibición causaba a sus intereses, impulsaron a la Corona británica a enviar una flota de guerra que finalmente derrotó a China.
Como consecuencia de este descalabro, el emperador chino hubo de firmar el Tratado de Nanking, por el que se obligaba a China al libre comercio —el del opio incluido— con Inglaterra, a través de cinco puertos (el más importante de ellos, Cantón), así como a la cesión de la isla de Hong Kong durante 150 años.
Este conflicto y su resolución a favor de la potencia imperialista británica facilitaron la irrupción de otras potencias en el escenario, como Estados Unidos, Francia y Rusia, que forzaron a China a firmar diversos convenios que han recibido la denominación de Tratados Desiguales. Como consecuencia de ellos, en 1860 China se vio obligada a abrir otros once puertos al comercio exterior, con el correspondiente menoscabo de su soberanía.
La impotencia china para conservar su independencia frente a las potencias imperialistas se acentuó aún más tras la derrota frente a Japón (1894-1895), que le costó importantes pérdidas territoriales, así como a raíz de la Rebelión de los Bóxers en 1900.
Resistencia al Imperialismo: Norteamérica y los Pueblos Indígenas
A lo largo del siglo XIX se produjeron numerosas disputas entre los aborígenes indios y los colonos que avanzaban desde el este en busca de tierras para la agricultura, pastos para el ganado o yacimientos de metales preciosos.
Pero estos conflictos se agudizaron durante la década de 1840 en forma de guerras más o menos virulentas, fruto de las cuales los indígenas norteamericanos (apaches, navajos, arapahoes, cheyenes, sioux, etc.) perdieron sus tierras.
El resultado de este proceso fue su reclusión en reservas, localizadas, la mayor parte de las veces, en lugares alejados a los que no se sentían vinculados ni geográfica ni culturalmente. Destacaron en estas guerras dos incidentes de especial virulencia:
- El primero de ellos aconteció en 1875, y fue protagonizado por una coalición de indios sioux y cheyenes, quienes, dirigidos por Toro Sentado, aniquilaron al famoso VII Regimiento de Caballería capitaneado por el teniente coronel George Custer en la Batalla de Little Bighorn.
- El segundo tuvo lugar en Wounded Knee, cuando el ejército americano masacró a unos 200 miembros de la tribu sioux totalmente desarmados (entre ellos, numerosas mujeres y niños).
Resistencia al Imperialismo: India y la Revuelta de los Cipayos (1857-1859)
Los cipayos eran soldados indígenas encuadrados dentro del ejército británico de la India.
En 1857 se rebelaron contra la metrópoli. El detonante de la revuelta estuvo ligado a razones de índole religiosa: el uso de grasa de cerdo (animal considerado impuro por hindúes y musulmanes) en la munición de un nuevo modelo de fusil utilizado por el ejército.
Sin embargo, tras esta causa subyacían otros motivos de mayor calado, como los abusos cometidos por la Compañía Comercial de las Indias Orientales, desafortunados cambios administrativos o las expropiaciones de tierras en el Norte de la India.
La revuelta fue sofocada, pero, como consecuencia de ella, la Compañía de las Indias Orientales fue disuelta y el territorio pasó a ser administrado directamente por la Corona Británica, es decir, por la Reina Victoria I.
Resistencia al Imperialismo: China y la Rebelión de los Bóxers (1900)
La Rebelión de los Bóxers fue la expresión del descontento chino frente a las ingerencias económicas y políticas de las potencias europeas, evidenciadas a través de las Guerras del Opio contra Gran Bretaña (1839-1842 y 1856-1860) y contra Japón (1894-1895).
Los bóxers (del inglés boxer, “boxeador” o “púgil”) constituían una sociedad secreta con connotaciones políticas y practicantes de artes marciales. Su objetivo era expulsar a los extranjeros de China. En 1899 emprendieron una campaña de terror por el norte del país que, inicialmente, se dirigió contra misioneros cristianos.
En 1900 estalló la rebelión en Pekín contra los extranjeros y las legaciones internacionales. La revuelta fue atajada por la acción militar combinada de diversas potencias: británica, francesa, japonesa, rusa, alemana y estadounidense. La Corona China, en manos de la emperatriz Cixí, alentó encubiertamente a los rebeldes; la derrota puso en tela de juicio el papel ejercido por la dinastía manchú y precipitó su caída en 1911, siendo proclamada la República China.
Resistencia al Imperialismo: África
La conquista del continente africano provocó incidentes entre las potencias colonialistas y los pueblos nativos. Entre los conflictos más significativos, destacaron:
Etiopía (Abisinia)
En este territorio, los pueblos autóctonos, guiados por el emperador Menelik II, infligieron una dura derrota al ejército invasor italiano en Adua (1896). Etiopía consiguió de ese modo escapar del dominio extranjero.
Más tarde, en 1912, Italia invadió Libia, territorio que controló con mayor o menor fortuna hasta 1945. Durante la década de 1920, las tribus beduinas, unidas en torno al líder Omar al-Mukhtar, le opusieron una fuerte resistencia.
La Guerra Zulú (1879)
Los zulúes constituyen una etnia asentada en el sur de África, especialmente en la región de Natal. El asentamiento de grupos de colonos europeos, primero de origen holandés (los bóers) y más tarde británicos, provocó tensiones que desembocaron en una guerra, iniciada en 1879. Los invasores fueron derrotados en diversas ocasiones por el caudillo Cetshwayo, quien estuvo al mando de tropas muy bien adiestradas y organizadas. Finalmente, la superioridad técnica y material británica consiguió doblegar la resistencia de los aborígenes y condujo a la creación del Protectorado de Zululandia.