Panorama de la Sociedad y la Economía Española en la Restauración

SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN LA ESPAÑA DE FIN DE SIGLO

EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD EN EL ÚLTIMO TERCIO DEL XIX

La sociedad española del momento se caracteriza fundamentalmente por la continuidad. En el aspecto demográfico, España experimentó un lento crecimiento de la población debido a que tanto la natalidad como la mortalidad se mantuvieron altas. Además, hay que tener en cuenta que en 1885 se produjo una epidemia de cólera y, hacia 1880, una mala cosecha que provocó hambruna.

Desde el punto de vista demográfico, son más importantes los desplazamientos de la población. En este momento se produce un creciente grado de urbanización debido a la migración del campo a la ciudad, favorecida por la mejora y abaratamiento de los transportes.

Los desplazamientos de la población rural no solo se produjeron hacia las ciudades; también en esta época se dio una importante migración exterior, principalmente hacia América.

La estructura social de la España de la Restauración está marcada por la desigualdad. Aunque ya no existían los privilegios estamentales, la Ley electoral censitaria de 1878 reducía significativamente el número de electores (solo el 5% de la población).

Estructura Social:

  • La clase alta: Estaba formada por la aristocracia, la burguesía agraria, la comercial e industrial, y altos funcionarios. La burguesía comercial e industrial hizo sus fortunas principalmente con las colonias y gustó de obtener títulos nobiliarios.
  • La clase baja: Tenía un gran peso en la España rural. Los obreros industriales no superaban el 15% de la población, concentrados principalmente en Cataluña. Las condiciones de vida del campesinado eran muy diferentes dependiendo de la propiedad de la tierra: en la mitad sur peninsular, dominada por el latifundio, los agricultores, en su mayoría no propietarios, sufrían muy duras condiciones de trabajo; mientras que en la mitad norte peninsular, donde era más generalizada la propiedad de la tierra, las condiciones eran considerablemente mejores.

EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA DURANTE LA RESTAURACIÓN

Gracias a la estabilidad política de la Restauración, se sentaron las bases de la transformación económica de España. Sin embargo, la economía española aún no puede considerarse moderna debido a varios factores:

  • La falta de una red bancaria consolidada.
  • El retraso y estancamiento del mundo agrario.

El ferrocarril tuvo un papel importante en estos momentos. La Ley General de Ferrocarriles de 1877 fomentó la ampliación de la red, que llegó a duplicarse en el último cuarto del siglo XIX, permitiendo una mayor presencia de capital español en el sector. Asimismo, el desarrollo del ferrocarril tuvo dos importantes efectos en la economía española:

  • Favoreció la creación de un mercado nacional, iniciándose la exportación de productos agrícolas españoles.
  • Desde 1882, la construcción del ferrocarril influyó en el desarrollo de la industria española, especialmente la siderurgia.

El despegue industrial de la cornisa cantábrica también se produjo durante la Restauración. La producción asturiana de carbón creció.

Mayor importancia tuvo el desarrollo minero y siderúrgico vasco, apoyado por la introducción de innovaciones técnicas que aumentaron el interés inglés por el hierro de las minas vascas. La producción de hierro aumentó considerablemente, destinándose en su mayoría a la exportación, favorecida por las leyes españolas. Este desarrollo de la minería vasca motivó la aparición de una siderurgia que desplazó en poco tiempo a la de otros puntos de España, incluida Asturias. Este desarrollo estuvo muy favorecido por la política proteccionista de la última década del siglo XIX. En 1902 se creó la empresa Altos Hornos de Vizcaya, cuyo crecimiento estuvo apoyado por el importante aumento de la construcción naval.

Otras regiones mineras de España también experimentaron este desarrollo, pero en mucha menor medida que la cornisa cantábrica. Ejemplos de este crecimiento minero e industrial fueron el gran aumento de la producción y exportación de piritas de Riotinto o de plomo de Sierra Nevada y el sureste peninsular.

En Cataluña, la industria textil del algodón y la lana tuvo una evolución positiva, aunque su índice de crecimiento fue menor que en la primera mitad del siglo. El aumento de la importación de algodón refleja el dinamismo de los textiles catalanes en las dos últimas décadas del siglo XIX. La Ley de Relaciones Comerciales de 1882, que reservó el mercado antillano para la industria española, apoyó este crecimiento. Se produjo la “catalanización” de la industria lanera, sustituyendo los tradicionales talleres dispersos por la península por fábricas tecnológicamente más avanzadas en Sabadell y Tarrasa.

Como contrapartida, la agricultura española, basada en la trilogía mediterránea, tuvo en este período un escaso y lento crecimiento. El trigo perdió terreno por el abandono de las tierras, lo que causó problemas de abastecimiento que obligaron a importarlo. En cambio, la vid creció, pero la plaga que sufrieron las vides francesas se extendió a España, afectando a muchas regiones. El olivo aumentó su superficie de cultivo, formándose los dos centros principales en Andalucía.

Como síntesis, la España de la Restauración pasó de ser un país agrícola a poder ser considerado también como minero. Su comercio exterior, que se desarrolló mucho, se dirigía principalmente hacia Gran Bretaña, Francia y Cuba, y los productos más importantes fueron el hierro y el vino.

La última década del siglo XIX estuvo marcada por la crisis económica, reflejo de la crisis producida a nivel mundial.