Procesos de Independencia en América y Movimientos Regionalistas en España
BLOQUE 5: La Independencia de las Colonias Americanas
Estándar 63: Explica las causas y el desarrollo del proceso de la independencia de las colonias americanas.
A principios del siglo XIX, una próspera y educada burguesía criolla, nacida en el continente, se sentía marginada de la administración colonial. Se veía perjudicada por impuestos elevados y por el estricto control económico que ejercía España, especialmente en el comercio. Este creciente descontento, sumado a la difusión de los ideales de la Revolución Francesa y al vacío de poder generado por la invasión napoleónica y la crisis monárquica, impulsó a los criollos a formar juntas. Inicialmente, estas juntas establecieron vínculos con Cádiz. Sin embargo, las reformas promovidas por las Cortes y la Constitución de 1812 nunca llegaron a las colonias, lo que provocó un enfrentamiento entre las juntas americanas y las autoridades coloniales.
Se forjaron tres focos independentistas principales:
- Virreinato del Río de la Plata: La ciudad de Buenos Aires se convirtió en un centro de rebelión. Se creó una junta independiente en 1810 y, en 1816, se proclamó la independencia de Argentina. Paraguay logró su emancipación en 1811.
El restablecimiento del absolutismo en España intentó sofocar las revueltas, pero esto, paradójicamente, provocó la expansión del movimiento liberador. La independencia de las colonias se desarrolló en las siguientes etapas, marcadas por la situación política en la península:
Etapas de la Independencia
- Restauración Absolutista: Durante este periodo, el general San Martín obtuvo victorias clave, logrando la independencia de Chile en 1817. Colombia también accedió a la independencia en 1819, gracias a las acciones de Simón Bolívar, quien derrotó a las fuerzas españolas.
- Trienio Liberal: En esta fase, Bolívar continuó su campaña, asegurando la independencia de Venezuela en 1821 y de Ecuador en 1822. Desde el sur, San Martín proclamó la independencia del Perú en 1821. En México, la rebelión liderada por Iturbide culminó con la independencia en 1821, seguida por toda América Central.
- Década Ominosa: Bolivia consiguió su independencia en 1825 y Uruguay en 1828. Tras la decisiva derrota de Ayacucho en 1824, España perdió el control de la mayoría de sus colonias americanas, conservando únicamente Cuba, Filipinas y Puerto Rico.
BLOQUE 7: Origen y Evolución de Movimientos Regionalistas y Nacionalistas
Estándar nº83: Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el regionalismo gallego.
A finales del siglo XIX, en coincidencia con el auge del Romanticismo, Europa experimentó una oleada de exaltación nacionalista. Esta corriente promovía la idea de una nación como un estado unificado. El catalanismo se manifestó como un movimiento enfocado en la revalorización de los valores distintivos de la identidad histórica de Cataluña: sus tradiciones, su cultura y la lengua catalana. Surgido en el siglo XIX, dentro del marco cultural del Romanticismo, el catalanismo se articuló en tres vertientes principales:
- Aquellos que, sin una postura política definida, reivindicaban la tradición, la lengua y el derecho histórico propio de Cataluña.
- El tradicionalismo catalán, que defendía los derechos históricos de Cataluña dentro del marco de la tradición hispánica.
- El catalanismo político, que aspiraba a la creación de un estado propio para la nación catalana.
El nacionalismo vasco es una ideología política y cultural que promueve la unidad y la defensa de la identidad cultural en los territorios que conforman la nación vasca, conocida en euskera como Euskal Herria, abarcando zonas de España y Francia. El nacionalismo vasco moderno emergió en el siglo XIX, influenciado por la guerra carlista y la industrialización. La cuestión foral se convirtió en un punto central de conflicto entre el Estado liberal y las provincias vascas. En 1895, Sabino Arana, un antiguo carlista, fundó en la clandestinidad el Partido Nacionalista Vasco, un centro nacionalista y católico integrista con un acceso muy restringido.
El regionalismo gallego, al igual que otros movimientos regionalistas y nacionalistas periféricos, tuvo una implantación limitada hasta la creación de la Asociación Regionalista Gallega de Santiago en 1890. Su actividad política cobró impulso en el siglo XX. Esta corriente defendía una visión idealizada de Galicia, buscando contrarrestar los estereotipos negativos difundidos sobre la región en siglos anteriores. El regionalismo desempeñó un papel importante en la transición del provincialismo al nacionalismo. Sin embargo, su impacto fue relativamente limitado, ya que no logró movilizar a un número significativo de ciudadanos gallegos ni atraer a las élites económicas. La corriente sufrió un declive tras el fallecimiento de Alfredo Brañas y la incorporación de Aureliano Pereira al partido liberal-fusionista. A pesar de estas dificultades, sentó las bases para el posterior desarrollo del nacionalismo gallego.