La Formación y Consolidación del Imperio Español (1474-1598)

Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno

Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, eran primos segundos. Fernando II era hijo del rey Juan II de Aragón. Isabel I era hija del rey Juan II de Castilla y hermanastra del rey Enrique IV de Castilla.

La unión dinástica se consolidó tras una Guerra Civil en Castilla (Guerra de Sucesión Castellana). A la muerte de Enrique IV en 1474, Isabel se proclamó reina, pero su sobrina Juana (la Beltraneja), apoyada por Portugal (tras casarse con el rey Alfonso V), también reclamó el trono. Los partidarios de Isabel derrotaron a sus oponentes en la Batalla de Toro (1476). Finalmente, por el Tratado de Alcáçovas-Toledo (1479), Portugal reconoció a Isabel I como reina de Castilla.

Fernando II heredó el trono de Aragón en 1479. Esta unión matrimonial dio lugar a la Monarquía Hispánica. Aunque ambos soberanos gobernaban conjuntamente sus territorios (Fernando anexionó Navarra a Castilla en 1512), cada reino mantuvo su independencia. Cada reino conservó sus propias leyes, instituciones, moneda y fronteras.

Instituciones de Gobierno

Los Reyes Católicos sentaron las bases para transformar una monarquía feudal en una monarquía autoritaria moderna. Se apoyaron en instituciones clave como el Consejo Real, las Chancillerías, un ejército permanente, la Santa Hermandad y la Santa Inquisición.

El Consejo Real (o Consejo de Castilla) se profesionalizó, convirtiéndose en el principal órgano de gobierno, y surgieron otros consejos especializados.

En el ámbito de la justicia, se reorganizó la administración territorial con dos Chancillerías (con función de tribunales superiores) en Valladolid y Granada, y Audiencias en otras zonas.

Se creó la Santa Hermandad en Castilla (1476), una especie de cuerpo policial para mantener el orden en las zonas rurales. En 1478 se estableció la Inquisición Española (o Santo Oficio), con jurisdicción en todos los reinos, para velar por la ortodoxia católica.

El significado de 1492: Guerra de Granada y Descubrimiento de América

La Guerra de Granada

El Reino nazarí de Granada se mantuvo casi íntegramente desde el siglo XIII, salvo por conquistas cristianas como Gibraltar y Antequera (Málaga). La guerra tuvo varias fases. La primera fase, entre 1482 y 1487, vio la conquista de ciudades como Málaga. En este periodo fue capturado Boabdil el Chico, hijo del emir Mulay Hacén, siendo liberado para que luchara contra su padre. Esto propició una guerra civil interna, a la que se sumó el hermano del emir, el Zagal. Entre 1488 y 1490, Almería cayó en manos castellanas y El Zagal se pasó al bando cristiano. Boabdil se hizo con Granada y los territorios limítrofes en 1491. En 1492, rindió la ciudad, entregó las llaves a los Reyes Católicos (RRCC) y firmaron unas Capitulaciones Generales generosas con los vencidos, que permitían a los musulmanes conservar su fe islámica. Sin embargo, rápidamente se intentó que los musulmanes se convirtieran al cristianismo.

El Descubrimiento de América

El descubrimiento de América marcó el inicio de una nueva etapa: la gran época de la colonización de ultramar. Cristóbal Colón defendió su proyecto ante los Reyes Católicos, quienes finalmente aceptaron financiar el viaje.

En 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, que otorgaban a Colón los títulos de Almirante de la Mar Océana, Virrey y Gobernador General de todas las tierras que descubriera, así como el diez por ciento de todos los beneficios obtenidos. Los Reyes Católicos sufragaron la expedición de Colón, compuesta por dos carabelas, la Pinta y la Niña, y una nao, la Santa María.

La expedición partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 y llegó el 12 de octubre de 1492 a una isla que bautizaron como San Salvador, en las actuales Bahamas. También descubrieron la isla de La Española, donde Colón dejó un fuerte con una guarnición de españoles. El nombre del continente, América, se atribuye al navegante italiano Américo Vespucio.

El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I

Carlos I (reinado 1516-1556) inició la dinastía de los Habsburgo en España y marcó el nacimiento del Imperio español. Carlos I era hijo de Juana I de Castilla y Felipe I de Habsburgo. Fue coronado Rey de Castilla, Navarra y Aragón en 1516. De su abuela paterna, María de Borgoña, heredó Flandes, el Franco Condado y Luxemburgo. De su abuelo paterno, Maximiliano I, heredó los territorios de Austria y los derechos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico, siendo coronado emperador como Carlos V en 1519. De su madre, Juana I, heredó Castilla, las Islas Canarias y los territorios americanos. De su abuelo materno, Fernando II el Católico, heredó la Corona de Aragón, Nápoles, Sicilia y Cerdeña.

Política Interior y Conflictos

En política interior, tuvo que hacer frente a la Revuelta de las Comunidades de Castilla (1520), liderada por Padilla, Bravo y Maldonado. Los comuneros defendían la independencia de las Cortes castellanas, se negaban a sufragar con impuestos la elección imperial de Carlos y exigían la exclusión de extranjeros de los cargos políticos. La revuelta comunera terminó con la derrota de los sublevados en la Batalla de Villalar (23 de abril de 1521) ante las tropas reales. Paralelamente, en el Reino de Valencia estalló la Rebelión de las Germanías, que fue sofocada en 1522.

Política Exterior y Conflictos Europeos

En política exterior, se enfrentó al rey de Francia, Francisco I, por el control del Milanesado. En la Batalla de Pavía (1525), Carlos I venció a Francisco I, asegurándose el control del Milanesado. Carlos I también se enfrentó al Imperio Otomano, liderado por el Sultán Solimán el Magnífico y su almirante, el pirata Barbarroja. Tuvo conflictos con los príncipes protestantes alemanes (luteranos), apoyados por figuras como el duque de Sajonia, aunque no logró una victoria definitiva sobre ellos.

Carlos V abdicó en 1556, antes de su muerte, dividiendo sus vastas posesiones entre su hermano Fernando y su hijo Felipe II. A Fernando le cedió la Corona Imperial y los territorios austriacos. A Felipe II le legó el resto de sus dominios, incluyendo España, los Países Bajos, las posesiones italianas y el imperio americano. Falleció en 1558 en el Monasterio de San Jerónimo de Yuste (Cáceres).

La Monarquía Hispánica de Felipe II

Gobierno y Administración

Los Habsburgo consolidaron un modelo de gobierno basado en Consejos. Estos tenían dos funciones principales: elevar informes o consultas al rey y resolver los asuntos de su competencia. Existían consejos temáticos como el de Estado (que representaba la unidad de la Monarquía Hispánica), Hacienda, Inquisición y Guerra. También había consejos territoriales como los de Castilla, Aragón, Navarra, Flandes y Borgoña, Italia y, posteriormente, Portugal.

Cada reino mantuvo sus propias instituciones: Virrey (representante del rey), Cortes (asambleas estamentales) y Chancillerías u Audiencias (órganos supremos de justicia). En Castilla, el gobierno local estaba en manos de las oligarquías urbanas y los corregidores reales. En la Corona de Aragón se extendió el método de la insaculación (sorteo) para la elección de cargos en algunas villas. En 1561, Felipe II estableció la capital permanente de la monarquía en Madrid.

Felipe II (reinado 1556-1598) heredó un inmenso imperio, al que añadió las Islas Filipinas (nombradas en su honor). También incorporó Portugal y su imperio colonial en 1580, tras la muerte sin descendencia del rey Sebastián I en la Batalla de Alcazarquivir (1578).

Problemas Internos

En política interior, Felipe II tuvo que hacer frente a dos graves problemas principales: la cuestión morisca y la defensa de los fueros aragoneses. En 1568 estalló la Rebelión de las Alpujarras en Granada, protagonizada por los moriscos, duramente reprimida. El caso de Antonio Pérez, secretario del rey acusado de asesinato y traición (venta de secretos de estado), derivó en un conflicto foral. Al huir a Aragón y acogerse a sus fueros, Felipe II intervino militarmente. El Justicia Mayor de Aragón, Juan de Lanuza, que lo protegió, fue ajusticiado en 1591, lo que supuso un recorte de los fueros aragoneses.

Guerras y Sublevación en Europa

En política exterior, Felipe II se enfrentó a numerosos enemigos: Francia, el Imperio Otomano, Inglaterra y los rebeldes calvinistas de Flandes. Derrotó a los franceses al inicio de su reinado en las Batallas de San Quintín (1557) y Gravelinas, firmando la Paz de Cateau-Cambrésis (1559). Se casó con Isabel de Valois, hija del rey francés. Posteriormente, su hija, Isabel Clara Eugenia, intentaría sin éxito optar a la corona francesa. El enfrentamiento con el Imperio Otomano culminó en la Batalla de Lepanto (1571), donde la flota de la Liga Santa (liderada por España y comandada por Juan de Austria, hermanastro del rey) obtuvo una gran victoria. Contra Inglaterra, envió la Grande y Felicísima Armada (conocida como la Armada Invencible) en 1588, cuyo fracaso impidió la invasión de la isla. En Flandes (Países Bajos), tuvo que hacer frente a una larga y costosa revuelta calvinista (Guerra de los Ochenta Años). Su sobrino, Alejandro Farnesio, logró mantener la fidelidad a la monarquía y al catolicismo en las provincias del sur (futura Bélgica), pero las del norte (Provincias Unidas) continuaron su lucha por la independencia.