Guerra de Independencia Española: Causas, Fases y la Constitución de Cádiz

Guerra de Independencia Española (1808-1814): Orígenes y Contexto

El periodo de inestabilidad que vivió España durante el reinado de Carlos IV, motivado por la Revolución Francesa y la posterior expansión napoleónica, culminó con la Guerra de Independencia (1808-1814). Las tensiones de esta etapa se manifestaron en:

  • Crisis demográfica: Provocada por el aumento de la mortalidad y por una continua caída de la natalidad.
  • Crisis política y económica: Los acontecimientos revolucionarios de Francia hicieron que en España, el conde de Floridablanca, ministro de Carlos IV, cerrase la frontera entre España y Francia para evitar el contagio de las ideas revolucionarias, lo que provocó tensiones entre ambos países. Carlos IV destituye a Floridablanca y en 1792 nombra ministro a Manuel Godoy, quien no es aceptado en la corte y es el responsable de la política internacional. Godoy une a España a una alianza internacional contra Francia. Las continuas pérdidas de España llevan a Godoy a firmar con Francia en 1795 la Paz de Basilea, donde España pierde Santo Domingo y además firmará acuerdos comerciales que beneficiarán a Francia. Con ello, España perdió territorios, entró en una crisis económica y sufrió desprestigio militar. Carlos IV le otorga a Godoy el título de “Príncipe de la Paz”. En 1796, se renuevan los Pactos de Familia por el Tratado de San Ildefonso, comprometiéndose España a intervenir en la guerra entre Francia e Inglaterra. Queda patente la superioridad de Inglaterra en el mar, con la derrota en el Cabo de San Vicente en 1799. Esto supuso para España el colapso del comercio con América. Por estos hechos y presiones de la nobleza, Godoy finalmente dimite y el rey acepta su dimisión. La crisis continúa porque el Estado no tiene ingresos y Carlos IV se sigue negando a que la nobleza pague impuestos. En 1799, Napoleón se proclama cónsul, da un golpe de Estado y apoya a Godoy para que vuelva a la corte, regresando finalmente. En 1800, España vuelve a firmar el segundo Tratado de San Ildefonso con Francia y España declara la guerra a Portugal (aliado de Inglaterra). En 1804, Napoleón se proclama emperador y se marca como objetivo invadir Inglaterra, donde tiene lugar la Derrota de Trafalgar (1805). Esto supuso la derrota de la flota española, la pérdida del control sobre el comercio que tenía con las colonias y, además, la pérdida de su capacidad naval.
  • Crisis social: El desprestigio de Godoy llegaba a ser absoluto; no era bien acogido ni por la nobleza ni por el clero. Se le criticaba porque en época de crisis él acumulaba riquezas y títulos. Además, se le acusaba de influir mucho en el rey Carlos IV y del desprestigio militar. La población comenzó a apoyarse en torno a la figura del príncipe Fernando (hijo de Carlos IV), viendo en él la salvación del país. Fernando no dudó en conspirar contra su padre para acabar con Godoy. En octubre de 1807, Godoy descubre una conspiración de Fernando en contra de su padre, lo que da lugar al Proceso de El Escorial. Tras este proceso, el príncipe obtiene el perdón de su padre y no tuvo ningún reparo en delatar el nombre de sus partidarios, llamados “La Camarilla”, quienes finalmente acabaron desterrados.

Causas de la Guerra de Independencia Española

Las causas las encontramos en 1807. Tras la derrota de Trafalgar, Napoleón decretó el bloqueo continental a Inglaterra, pero Portugal se negó a aceptarlo. En el mismo año, en el mes de octubre, Napoleón negocia con Godoy a espaldas del rey y firman el Tratado de Fontainebleau, por el que Godoy permitía el paso de las tropas francesas a Portugal. A cambio, Napoleón le daría la mitad del territorio y el título de Príncipe de los Algarves. Napoleón envió más soldados de los autorizados, y los asentamientos de los franceses no siempre se resolvían con diplomacia. Por lo que se produjeron incidentes entre la población y los soldados. En la noche del 17 al 18 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez. La familia real se había trasladado por seguridad a Aranjuez. Los partidarios del príncipe Fernando tomaron al asalto el palacio pidiendo la deposición de Godoy. A la mañana siguiente, el rey Carlos IV se vio obligado a deponer a Godoy, quien fue detenido, acusado de querer huir a América. Carlos IV, ante esta situación, se vio obligado a abdicar en favor de su hijo Fernando. Este hecho hizo ver a Napoleón la debilidad de la monarquía española. Napoleón llama a la familia real a Bayona para poder actuar como “mediador”. Fernando VII acepta encantado porque espera que en esa reunión Napoleón lo legitimara. En las Abdicaciones de Bayona, tuvieron lugar unas negociaciones vergonzosas en las que sucesivamente Napoleón exigió a Fernando VII que devolviera la corona a su padre y, posteriormente, que Carlos IV abdicase en Napoleón. No le costó demasiado, pues comprobó cómo padre e hijo se insultaban en público. Napoleón, que había conseguido la corona legalmente, se la cede a su hermano José Bonaparte. Carlos IV obtuvo a cambio castillos en Francia y una renta vitalicia desproporcionada, y su hijo Fernando VII obtuvo rentas y el castillo de Valençay.

Cuando llegaron a España las noticias de lo sucedido en Bayona, los españoles pensaron que la familia real estaba secuestrada, lo que provocó la última causa directa del conflicto. La salida hacia Francia de los últimos miembros de la familia real que quedaban, la reina y el infante pequeño, provocó los levantamientos del pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808 contra los franceses. La guerra había empezado. El general Murat ordenó disparar contra la población, por lo que se produjeron varias muertes y, a partir de ahí, se generalizaron las peleas callejeras y enfrentamientos. En estas luchas solo participaba el pueblo. Las clases adineradas se escondieron y el ejército español permaneció al margen. Solo los capitanes Daoiz y Velarde desobedecieron las órdenes y sublevaron el parque de artillería. Al anochecer, los más de 30.000 soldados franceses que invadían Madrid habían sofocado el levantamiento. Murat publicó un bando por el que se iniciaba la represión, pero la guerra ya había comenzado. El alcalde de Móstoles llamó a las armas contra los franceses. La Junta de Gobierno que dejó Fernando VII acató las órdenes y dio la bienvenida al nuevo rey, José I. Sucedió lo mismo con la Iglesia y con casi todos los mandos militares, pero el resto del pueblo no acató las órdenes y rechazó a José I. A finales de mayo, toda España estaba en guerra.

Bandos en Conflicto durante la Guerra de Independencia

Hubo dos bandos principales en el conflicto:

Bandos Militares

  • Franceses: El ejército napoleónico.
  • Coalición Hispano-Anglo-Portuguesa: Españoles (ejército regular y guerrillas), junto con las fuerzas de Inglaterra y Portugal. Aunque sentían inferioridad numérica, su moral era alta.

Bandos Ideológicos

  • Afrancesados: Apoyaban al nuevo rey José I, pensando que podía traer la modernización a España. José I redactó el Estatuto de Bayona, por el que suprimía el Régimen Feudal (los nobles no pagaban impuestos) y la Inquisición (encargada de juzgar los delitos de fe).
  • Patriotas: Se dividían en liberales y absolutistas. Ambos querían el regreso de Fernando VII, pero con diferentes condiciones:
    • Liberales: Buscaban un cambio político hacia un sistema constitucional.
    • Absolutistas: Deseaban la restauración del Antiguo Régimen.

Fases de la Guerra de Independencia Española

La guerra fue larga y difícil. Pese a la superioridad francesa, la inesperada resistencia de las guerrillas y el apoyo británico (liderado por Wellington) decantaron el conflicto a favor de los sublevados. La guerra atravesó tres fases principales:

1. Avance inicial lento del ejército francés (mayo-noviembre 1808)

Los movimientos de los franceses intentan sofocar los levantamientos que habían surgido tras el 2 de mayo. En junio, los franceses rodearon y sitiaron la ciudad de Zaragoza, pero no consiguieron rendirla gracias a la heroica defensa del general Palafox. En julio, las tropas francesas que intentaban rendir Andalucía son derrotadas por el ejército español, liderado por el general Castaños, en la Batalla de Bailén. José Bonaparte, que estaba en Madrid, abandona el palacio y se lleva la corte a Vitoria para protegerse. En agosto, los franceses ven que no son capaces de rendir Zaragoza. Nos encontramos con éxitos del ejército español que, sin embargo, no consiguen acabar con el ejército francés. Ante estos éxitos iniciales de la resistencia, Napoleón decide intervenir directamente en la guerra.

2. Conquista francesa y guerra de desgaste (noviembre 1808-enero 1812)

Napoleón entra con su ejército personal, “La Grande Armée”, compuesto por 250.000 soldados. La intención de Napoleón es conquistar España para su ejército. Entra por los Pirineos y derrota las resistencias en Burgos y Navarra, después se dirige a ocupar Madrid. El 4 de diciembre, Napoleón entra en Madrid. Tras asegurar la capital, prosigue su campaña en enero hacia el oeste (Galicia y Portugal) para frenar la ayuda del ejército inglés. En febrero avanza hacia el este (Levante y Cataluña), dejando Zaragoza arrasada. A principios de 1811, solo resiste sin ocupación la ciudad de Cádiz, gracias a la protección de la armada británica. Sin embargo, la situación de Napoleón se complica debido al estallido de la guerra con Austria y, además, ante la desorganización del ejército español, aparece la guerrilla como una nueva forma de resistencia.

3. Retroceso francés y victoria aliada (enero 1812-diciembre 1813)

La guerrilla comienza a operar de forma efectiva frente al enemigo. Son grupos de paisanos armados con el objetivo de desestabilizar al ejército francés. Estas unidades crecen aceleradamente porque se suman delincuentes y algunos soldados. La guerrilla es violenta y su objetivo principal es la retaguardia. Su táctica es rehuir el ataque frontal, golpear contra unidades reducidas del enemigo, destruir las líneas de comunicación, el abastecimiento y, sobre todo, destrozar la moral de los franceses. Ante la imposibilidad de tomar Cádiz por parte de los franceses, se suma un avance de tropas inglesas por Portugal hacia la reconquista de Badajoz. Napoleón, de nuevo, retiró otros 50.000 hombres para mandarlos a Rusia, lo que permitió a las tropas inglesas abrir paso para liberar Madrid. Ante esta situación, José I se marcha a Valencia para reorganizar el ejército. Vuelve en noviembre de 1812. El desastre de la campaña de Rusia hizo que Napoleón sacara a otros 100.000 hombres para asegurar la defensa de Francia. Esto lo aprovecha el ejército inglés, que lanza una ofensiva contra Madrid, por lo que José I se marcha definitivamente. Así, en diciembre de 1813, Napoleón firma el Tratado de Valençay, por el que devuelve el trono a Fernando VII, y en enero de 1814 las tropas francesas abandonan España.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Al estallar el conflicto, los patriotas se organizaron en Juntas locales de defensa porque no reconocían la autoridad de José I. El papel de estas juntas era gobernar el territorio y dirigir las acciones de la guerra. Para coordinarse, nombraron una Junta Central Suprema, que asumió el poder en nombre del rey Fernando VII.

A la vez que se desarrollaba la guerra, un sector de las Juntas propuso un cambio político. En 1809, la Junta Central convocó Cortes Generales y Extraordinarias. Se nombró una comisión preparatoria para su organización, presidida por Jovellanos. La comisión acordó que las Cortes serían estamentales, poniendo en marcha un proceso de elección de representantes mediante sufragio. En enero de 1810, tras la invasión francesa de Andalucía, la Junta Central Suprema se disuelve y los poderes fueron asumidos por un Consejo de Regencia en Cádiz. La Regencia no se opuso a la reunión de las Cortes, ya que no sospechaba el alcance que iba a tener. Los diputados de las Cortes, entre los que se incluían delegados americanos y filipinos, procedían del clero, la nobleza y la burguesía.

Los diputados no se agrupaban en partidos, pero se distinguieron en tres grupos principales:

  • Absolutistas: Defendían unas Cortes estamentales limitadas a dirigir la guerra y mantener el Antiguo Régimen.
  • Reformistas (o Jovellanistas): Además de dirigir la guerra, también introdujeron reformas ilustradas, pero manteniendo la estructura fundamental del Antiguo Régimen.
  • Liberales: Perseguían la formación de unas Cortes Constituyentes, cuya finalidad era elaborar una ley marco (una Constitución) para transformar el sistema político.

En septiembre de 1810, se celebró la sesión inaugural. Los liberales aprovecharon su mayoría para imponer el voto individual y no por estamento. Por eso, el primer decreto de las Cortes de Cádiz promovió un cambio político radical: además del reconocimiento a Fernando VII como único rey legítimo, estableció que la soberanía pertenece a la nación y, por tanto, las Cortes representan a la nación. A lo largo de su existencia, las Cortes realizaron una importante labor legislativa de carácter liberal:

  • Reconocieron derechos y libertades individuales (como la libertad de imprenta).
  • Eliminaron las instituciones de tradición feudal (señoríos y gremios).
  • Promovieron la desamortización de bienes municipales y de órdenes militares.
  • Y, por último, la elaboración de la Constitución de 1812.

La Constitución de Cádiz, controlada por los liberales, aprovechó la ausencia del rey para aprobar el 19 de marzo de 1812 una constitución, popularmente conocida como “La Pepa”. La Constitución era revolucionaria, ya que establecía la Soberanía Nacional dentro de una monarquía parlamentaria. El nuevo Régimen Liberal implantó un gobierno representativo (monarquía parlamentaria), la igualdad jurídica (eliminando privilegios estamentales) y la libertad económica (garantizando el derecho de propiedad).

Los aspectos más significativos de la Constitución de 1812 fueron:

  • Proclamación de la soberanía nacional: Reside en las Cortes, que representan a la nación.
  • Reconocimiento de derechos individuales de variado carácter:
    • Políticos: Libertad de expresión e imprenta (con suspensión de la censura), seguridad jurídica (prohibición de la tortura) e igualdad ante la ley. Sin embargo, la Constitución negó expresamente la libertad religiosa, estableciendo el catolicismo como religión oficial.
    • Económicos: Libertad económica gracias a la libre propiedad (supresión de mayorazgos), libertad de producción (abolición de gremios) y libertad comercial (fin de aduanas interiores).
  • División de poderes:
    • Ejecutivo: El rey nombraba a los ministros; se limitaba la autoridad de la Corona para evitar un ejercicio autoritario del poder. El rey no podía legislar sin las Cortes, ni disolverlas o dejar de convocarlas.
    • Legislativo: Reside en una sola cámara (Cortes unicamerales). El gobierno y las Cortes compartían la facultad de proponer leyes, si bien eran las Cortes las que las aprobaban o rechazaban.
    • Judicial: Reside en jueces independientes.
  • Sufragio: Los diputados se elegían por sufragio universal masculino e indirecto. Para ser diputado, era necesario disponer de una determinada renta.
  • Estructura territorial: Las leyes eran comunes en todo el país, buscando la uniformidad legal.

El sistema liberal se reforzó mediante la creación de la Milicia Nacional (antecedente de la policía actual), un cuerpo armado compuesto por voluntarios civiles cuya misión era la defensa de la Constitución. La Constitución tuvo una vigencia muy corta, ya que la guerra impidió su aplicación efectiva. Cuando el conflicto terminó y Fernando VII regresó, la abolió para restaurar el absolutismo. Sin embargo, a pesar de su corta vida, la Constitución de 1812 fue muy importante, ya que se convirtió en bandera del liberalismo español y sirvió de inspiración durante el Trienio Liberal (1820-1823) y en otros periodos posteriores.