Evolución Histórica de la Economía Mundial: Conceptos Clave y Hitos

Conceptos Fundamentales de la Economía

La economía, como ciencia social, tiene como objeto de estudio las sociedades humanas, centrándose en la utilización de recursos escasos para satisfacer las necesidades ilimitadas de los individuos.

Historia Económica

La Historia Económica describe y explica los diferentes tipos de sistemas económicos y sus respectivas sociedades a lo largo de la historia. Aborda las teorías y el pensamiento económico predominante en cada época, junto con los pensadores y teóricos más relevantes, logrando así una descripción completa de la evolución económica a lo largo del tiempo.

Medición del Crecimiento Económico

El crecimiento económico se mide a través del Producto Interno Bruto (PIB) o la cantidad de producción realizada en una economía durante un periodo determinado. La estructura económica puede definirse como el componente estable de la organización de una economía, mientras que la coyuntura se refiere a plazos más cortos, a su dinamismo en un periodo de tiempo, en función de su ciclo.

Ciclo Económico

El ciclo económico se refiere a las fluctuaciones que se producen en la marcha económica de una sociedad. Es el periodo que transcurre entre una expansión y la siguiente, pasando por una recesión y chocando en crestas y valles. Existen distintas teorías tanto en cuanto a la duración de los ciclos como a los factores que los provocan.

La Economía en la Antigüedad y la Prehistoria

Prehistoria

Durante la Prehistoria, la economía se desarrolló como un sistema doméstico cerrado, donde la producción estaba destinada a cubrir necesidades limitadas, sin presuponer intercambios entre las unidades.

El Neolítico: Transición Fundamental

El Neolítico marcó el paso de una vida nómada de cazadores-recolectores (Paleolítico) a una vida sedentaria. En esta etapa, comenzó el desarrollo de la agricultura y un mayor nivel de civilización en los asentamientos estables.

Economía en la Antigüedad

Los avances tecnológicos en la utilización de minerales (cobre, bronce y hierro) marcaron diferentes épocas y desarrollos tecnológicos. A partir de los siglos VIII y VII a.C., comenzó el desarrollo de la ciudad-estado, con importantes transformaciones en la actividad económica inicial de griegos, cartagineses y romanos. Las ciudades, en crecimiento, necesitaron mayores abastecimientos y un intercambio intenso de productos. Desde al menos el año 2500 a.C., existen documentos que se refieren a transacciones comerciales de esclavos, tierras y edificios, a herencias y a sistemas rudimentarios de registraciones contables. En este contexto, el comercio y el uso del oro y la plata como dinero tuvieron una importancia fundamental.

El Legado Económico de Roma

Roma supuso un importante avance para el sistema económico, gracias a su organización política (magistraturas), a su ejército profesional y remunerado, y al Derecho romano. El final del Imperio romano, sin embargo, supuso un retroceso en el desarrollo de las ciudades y, por consiguiente, de la economía.

La Economía Medieval y la Transición a la Edad Moderna

El Sistema Feudal

A lo largo de la Baja Edad Media, apareció el sistema económico del feudalismo, una derivación de las relaciones que se producían en los latifundios entre los señores y los siervos de épocas anteriores, que se convirtió en la estructura general en toda Europa. Durante esta época, la actividad económica se veía reducida a una agricultura de subsistencia llevada a cabo por las distintas comunidades agrarias, distribuidas en pequeñas aldeas, en el marco de grandes explotaciones señoriales.

Expansión Económica (Siglos XI-XIII)

Entre los siglos XI y XIII, se registró una importante recuperación económica en Europa occidental, asentada en el crecimiento poblacional y basada, principalmente, en la extensión de la actividad agraria. En relación con esta expansión, también destacan el renacimiento urbano y el auge del comercio, con el consiguiente desarrollo de los transportes, el aumento en el uso de la moneda y de otros medios de financiación.

La Crisis del Siglo XIV

La fase expansiva bajomedieval terminó con la crisis del siglo XIV, que ya se venía gestando desde finales del siglo XIII. Por un lado, la producción agraria comenzó a dar signos de debilitamiento por el agotamiento progresivo de los terrenos de cultivo, lo que, unido a un aumento de los precios y la disminución de las rentas feudales, disminuyó la actividad económica. Por otro lado, la Peste Negra se cernió sobre Europa, proveniente de Asia. La alta mortalidad tuvo un efecto importante sobre la disminución poblacional, lo que redujo la demanda y contribuyó al debilitamiento económico.

El Surgimiento del Sistema Financiero y el Mercantilismo

Los cambios que fueron surgiendo a finales del siglo XV, a lo largo del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, reflejan el sistema económico propiciado por las ferias y los grandes mercaderes, la aparición de las letras de cambio, de importantes banqueros, y de un sistema proteccionista y expansionista de los gobiernos que se ha denominado el Mercantilismo.

La Economía en la Edad Moderna

Expansión Comercial y Mercantilismo

Los cambios que fueron surgiendo a finales del siglo XV, a lo largo del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, reflejan el sistema económico propiciado por las ferias y los grandes mercaderes, la aparición de las letras de cambio, de importantes banqueros, y de un sistema proteccionista y expansionista de los gobiernos que se ha denominado el Mercantilismo. El comercio de ultramar supuso la llegada de nuevos productos a Europa, incrementando así la variedad y cantidad del consumo.

La Expansión de la Monarquía Española hacia las Indias

Las causas que propiciaron la expansión económica de la Monarquía española hacia las Indias fueron fundamentalmente de índole económica. Sus consecuencias, en el aporte de metales preciosos, en la llegada de nuevos productos a Europa y en el intercambio comercial que se empezó a producir, fueron decisivas para la evolución de la economía en España y en el resto de Europa en los siglos siguientes.

La Crisis del Siglo XVII

La expansión llegó a su fin hacia 1620. El cambio climatológico, las diferencias sociales y los rendimientos decrecientes, de nuevo, fueron algunas de las causas de la crisis de este siglo. Fue una crisis divergente que no afectó del mismo modo a todos los países europeos y que se saldó con un importante cambio en el mapa económico, trasladando el centro económico del sur al norte de Europa.

La Revolución Industrial y Nuevas Corrientes Económicas

La Revolución Industrial (R.I.)

La Revolución Industrial representó un cambio fundamental en una sociedad, donde su economía dejó de basarse en la agricultura y la artesanía para depender de la industria.

Antecedentes de la Revolución Industrial

La economía existente antes de la Revolución Industrial estaba basada en el mundo agrario y artesanal; tres cuartas partes de la población subsistían con trabajos agropecuarios. Principalmente, se basaba en el autoconsumo y no en la comercialización de los productos obtenidos, puesto que la productividad era muy baja. Las ciudades eran pequeñas y poco desarrolladas. El régimen de gobierno de estas sociedades eran monarquías absolutistas, en las que todo se consideraba propiedad del rey.

Origen y Nacimiento de la Revolución Industrial

La Revolución Industrial nació en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Fue posible por la existencia de una monarquía liberal y no absolutista, que consiguió evitar el panorama de revoluciones que se estaban extendiendo en otros países. Gran Bretaña quedó libre de guerras, ya que, aunque estuvo involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio. A esto se unió una moneda estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.

Principales Características de la Revolución Industrial

Se produjo un cambio rápido y profundo que afectó a todas las estructuras de la sociedad. Los cambios fueron tecnológicos, socioeconómicos y culturales. Los tecnológicos abarcaron desde el uso de nuevos materiales como el acero hasta fuentes energéticas como el carbón y máquinas motrices como la máquina de vapor, considerada el motor inicial de la Revolución Industrial. Aparecieron las máquinas de hilar y tejer, que lograron aumentar rápidamente la producción con poco personal. Surgieron técnicas para el desarrollo del trabajo y la especialización de la mano de obra. El transporte se desarrolló tanto por trenes como por barcos, lo que, junto con otros inventos, hizo crecer el papel de la industria y el comercio.

Corrientes de Pensamiento Económico

Fisiocracia

La Fisiocracia fue una doctrina económica que sostenía que la riqueza provenía exclusivamente de la explotación de los recursos naturales propios de cada país y del libre cambio de los productos entre los diversos países. Además, defendía la existencia de un orden natural de las sociedades humanas y, por consiguiente, el deber del Estado de no inmiscuirse en la vida económica del país.

Economía Clásica

La Economía Clásica es una escuela de pensamiento económico cuyos principales exponentes son Adam Smith, Jean-Baptiste Say y David Ricardo. Es considerada por muchos como la primera escuela económica moderna. Incluye también a autores como Karl Marx, Thomas Malthus, William Petty y Frédéric Bastiat.

Socialismo Científico

El Socialismo Científico es un modelo sociopolítico que, de acuerdo con Karl Marx y Friedrich Engels, se diferenciaba de otros socialismos del siglo XIX por incluir premisas científicas. Este modelo se basó en el materialismo histórico, donde la lucha entre clases resulta el motor de los cambios en la sociedad.

Organización Científica del Trabajo

El gran aporte de Taylor fue haber propuesto desarrollar una ciencia del trabajo y una Administración Científica a partir de los siguientes principios:

  • Organización del Trabajo
  • Selección y entrenamiento del trabajador
  • Cooperación y remuneración por rendimiento individual
  • Responsabilidad y especialización de los directivos en la planeación del trabajo

Economía en el Siglo XX: Guerras y Crisis Globales

La Primera Guerra Mundial (1GM)

La Primera Guerra Mundial provocó importantes consecuencias para la economía mundial. La destrucción de gran parte de las industrias y ciudades de los países beligerantes, los millones de pérdidas humanas de población joven, y los créditos que habían solicitado los países contendientes con la esperanza de ganar la contienda y poder devolverlos posteriormente, fueron los costes de esta guerra. Tras el Tratado de Versalles, los perdedores se enfrentaron a altos costes. Alemania tuvo que hacer frente no solo al pago de estos créditos, sino también a las fuertes indemnizaciones que le impusieron las potencias vencedoras en concepto de reparaciones de guerra.

La Gran Depresión y los Años 20

En la década de 1920, tanto en Europa occidental como en Estados Unidos, se experimentó un importante crecimiento económico de sus industrias y del capital que se movía en la Bolsa y en la banca, lo que llevó a un optimismo de las empresas y las entidades financieras, compartido por gran parte de la sociedad, y a un aumento del consumo. Sin embargo, este crecimiento era un tanto ficticio y se sostenía en una espiral de crecimiento irreal del valor de las acciones, una burbuja que fue creciendo hasta que en 1929 explotó, dando paso a una nueva época de fuerte crisis financiera y económica. Países como Estados Unidos y Alemania sufrieron gravemente las consecuencias de esta crisis. Una serie de medidas lanzadas por el presidente Roosevelt del Gobierno de Estados Unidos, conocidas como el New Deal, ayudaron a sacar la economía norteamericana de la crisis y volverla a colocar en la senda del crecimiento.

Teoría Económica del Siglo XX: Keynesianismo

Las medidas para salir de la crisis de 1929 se basaron en las ideas de Keynes sobre la oferta y la demanda. Estas teorías comenzaron a difundirse por todo el mundo, convirtiendo a Keynes en uno de los teóricos de la Economía que más ha influido en el último siglo.

La Segunda Guerra Mundial (2GM) y el Estado del Bienestar

En un contexto de inestabilidad económica, social, política y geoestratégica, surgió una nueva guerra que destrozaría ciudades enteras y acabaría con millones de vidas. Después de la Segunda Guerra Mundial, los países capitalistas occidentales tuvieron que reconstruir sus sociedades y su economía y, en unos años, llegaron a conocer un fuerte desarrollo económico. Estados Unidos y Japón, Canadá, Australia y Europa occidental experimentaron durante los años 50 y 60 un crecimiento espectacular que les permitió ofrecer, en estos países, una serie de beneficios y prestaciones sociales a sus ciudadanos que se ha denominado el Estado del Bienestar.

Crisis Energéticas y Estanflación

En los años setenta, la crisis volvió a aparecer, esta vez por el lado de la oferta. Las denominadas crisis energéticas supusieron la vuelta a la recesión, el desempleo y el empobrecimiento. Este periodo de estanflación (estancamiento con inflación) llevó a un retroceso, no solo económico, sino también social, en el que los estados tuvieron que realizar varios recortes sobre este Estado del Bienestar, pues no era posible seguir creciendo en las prestaciones que ofrecían a sus habitantes, ni mantener algunas de las ya conseguidas.

La Economía Española Contemporánea

Cambio de Modelo Económico en España (Siglo XX)

España vivió cambios económicos muy profundos durante el gobierno del General Franco. Del aislamiento y la autarquía de la década de 1940, con una situación de pobreza y niveles de renta muy bajos (cartillas de racionamiento), se pasó en los años 1950 a recibir el apoyo político y económico norteamericano y el respaldo internacional. Este cambio en el contexto mundial propició el inicio de un crecimiento que fue floreciente en la década de 1950 y espectacular en la década de 1960.

La Entrada de España en la C.E.E. y el Desarrollo

Para que se produjera esta mejoría económica, tuvieron que confluir varios factores:

  • La llegada de divisas enviadas por los miles de emigrantes españoles que habían ido a trabajar a otros países europeos.
  • La llegada de turistas que visitaban España, un fenómeno creciente que afectó tanto a la economía del país como a la mentalidad de la población, y que empezó a ser una importante entrada de capital.
  • La creación de una importante industria, cuyo motor fue el sector automovilístico, que propició la llegada al pleno empleo y el ascenso generalizado del nivel de vida de los españoles.

Hubo un gran éxodo del campo a la ciudad y una mejora en las condiciones de vida de la población, apareciendo una gran clase media que gozó de numerosas ventajas, como la creación de la Seguridad Social, el acceso a los automóviles, a la vivienda propia, empleo fijo y estable, y coberturas sociales como vacaciones, jubilaciones, educación gratuita, entre otras.

Crisis Económicas Internacionales y su Impacto en España

La crisis económica que se desarrolló a partir de 1973, ocasionada por los precios del petróleo y la guerra árabe-israelí, afectó seriamente a la industria española y a la europea, comenzando así una larga sucesión de crisis económicas que provocarían importantes recortes a partir de finales de los años 1990 en el Estado del Bienestar que se había alcanzado. La última crisis económica mundial, que se produjo a partir de 2008, desencadenada por los préstamos subprime en Estados Unidos y el desastre económico de Lehman Brothers, arrastró al resto de economías capitalistas occidentales. En España, esta situación de crisis económica mundial fue mucho más aguda que en otros países de nuestro entorno, especialmente motivada por la confluencia con el estallido de la burbuja inmobiliaria que llevaba décadas creciendo desproporcionadamente, sin ningún tipo de control y de manera artificial, sumiendo al país en una crisis económica tan profunda que llevó a alcanzar los cinco millones de parados y un 25% de la población desempleada. Solo a partir de finales de 2014 se empezó a notar la mejoría en el panorama económico español, alcanzándose la recuperación desde el año siguiente. Sin embargo, las secuelas han sido importantes, especialmente para el bienestar económico de la población española, y existen importantes desequilibrios que es necesario atajar.