El Estatuto de Autonomía Vasco durante la Segunda República Española
1. El Bienio Reformista (1931-1933)
En este periodo, dentro del PNV, existían dos planteamientos ideológicos distintos: uno más tradicionalista y otro más moderno y democrático, liderado por José Antonio Aguirre y Lekube, alcalde de Getxo.
Los acontecimientos relativos al tema religioso que se estaban dando en el Estado (quema de conventos, leyes anticlericales…) provocaron una gran indignación entre los nacionalistas y llevaron al PNV a una alianza con los carlistas y los católicos independientes para lograr un Estatuto de Autonomía no anticlerical, triunfando así la línea más tradicional del partido. En estas circunstancias se elaboró el primer proyecto de estatuto.
Primer Proyecto: El Estatuto de Autonomía de Estella
Fue elaborado por la Sociedad de Estudios Vascos, que lo entregó a la Comisión de Alcaldes para su estudio. De los 582 municipios consultados, 485 respondieron afirmativamente. En estas circunstancias, se fijó en 1931 una Asamblea de ayuntamientos en Estella para su aprobación definitiva. Los alcaldes republicanos rechazaron la invitación y los municipios socialistas lo rechazaron por considerarlo clerical y reaccionario.
La autonomía vasca se declaraba confesional y se reservaba relaciones autónomas con la Santa Sede. Este aspecto sería el principal problema para la opinión republicana.
Para defenderlo, PNV, carlistas y católicos formaron una coalición electoral que obtuvo una importante representación, mientras en el Estado triunfaron los republicanos y socialistas, que pretendían eliminar el tradicional poder de la Iglesia.
El proyecto se consideraría inconstitucional a medida que se elaboraba en las Cortes la Constitución de 1931, donde se establecía la separación entre Iglesia y Estado. Mientras tanto, Manuel Azaña, jefe del gobierno, estableció que el proyecto de estatuto debía ser elaborado por las Comisiones Gestoras de las Diputaciones, aprobado en primer lugar por los municipios, después en referéndum y finalmente por las Cortes Generales.
Segundo Proyecto de Estatuto
A partir del fracaso del primer proyecto, muchos nacionalistas comenzaron a sentirse incómodos junto a los carlistas. Estos últimos redujeron su programa a una reacción intransigente a la obra republicana, dejando en segundo plano las reivindicaciones autonomistas.
El PNV comprobó, además, que los partidos de derecha españoles (CEDA) eran centralistas, mientras que los partidarios de la izquierda no se oponían a un estatuto laico y aconfesional.
Estas circunstancias hicieron que, dentro del PNV, ganara terreno la línea más abierta y democrática, representada por Aguirre y Leizaola. Carlistas y nacionalistas comenzaron a separarse, aceptando estos últimos moverse dentro del marco legal republicano.
El segundo proyecto de estatuto fue elaborado por las Gestoras de las Diputaciones. Se suprimieron los artículos opuestos a la Constitución. Los carlistas se negaron a aceptarlo y, sin embargo, los socialistas lo apoyaron.
Tras ser elaborado, se pasó a su aprobación:
- Por los Ayuntamientos: Bizkaia, Gipuzkoa y Álava lo aprobaron mayoritariamente, mientras que Navarra, debido a la oposición de los carlistas, lo rechazó y quedó fuera del estatuto, aunque se dejó vía libre para una futura posible integración.
- Por el Pueblo: Se celebró un referéndum en Bizkaia, Gipuzkoa y Álava con un gran número de votantes y de “síes”.
Se pueden destacar los siguientes aspectos del proyecto:
- Álava, Gipuzkoa y Bizkaia se constituirían en un núcleo administrativo autónomo, que se denominaría País Vasco en castellano y Euskal Herria en euskera.
- Tanto el castellano como el euskera tendrían carácter de lengua oficial.
- Se establecería un Parlamento elegido, la mitad por los electores de cada provincia, y la otra mitad por el País constituido en colegio electoral único.
- Las relaciones con la Iglesia se reservarían a la República.
2. El Segundo Bienio (1933-Febrero de 1936): Acceso de la Derecha al Poder y Paralización del Proceso Autonómico
A partir de 1934, se paralizaron los trabajos de la comisión parlamentaria que debía llevar el Estatuto al pleno de las Cortes.
En estas elecciones, el PNV obtuvo un gran éxito electoral. Los carlistas se habían unido a la CEDA, hecho que demostró la ruptura total entre carlistas y nacionalistas.
La política surgida de la nueva configuración de las Cortes haría que el PNV se comprometiera abiertamente con las posturas más progresistas de sus líderes.
3. Radicalización de los Planteamientos Políticos y Triunfo del Frente Popular (Febrero de 1936)
A partir del triunfo de las derechas en las elecciones de noviembre de 1933, las posturas políticas adquirieron una creciente radicalización.
En 1934, se formó el Bloque Nacional de Calvo Sotelo. Los requetés carlistas asistían a unos cursos militares en la Italia fascista, y Falange aumentaba su propaganda antiseparatista.
Por su parte, las izquierdas también se habían radicalizado debido a la paralización de las reformas introducidas durante el primer bienio.
El PNV intentaba navegar entre ambas posturas, alejado de la derecha y sin querer caer en planteamientos revolucionarios.
En este ambiente, se fueron formando las alianzas para las elecciones de febrero.
El PNV se presentó solo a las elecciones y su resultado fue el siguiente: en Bilbao y Donostia triunfó el Frente Popular; en Bizkaia y Gipuzkoa, el PNV; en Navarra, carlistas y CEDA; y en Álava, tradicionalistas y republicanos.
El PNV votó a favor de Azaña como Presidente de la República junto con las fuerzas integradas en el Frente Popular. Mientras tanto, Emilio Mola y los carlistas preparaban la sublevación en Navarra.
Indalecio Prieto se ocuparía del tema autonómico, que figuraba en el programa del Frente Popular. Se formó una nueva Comisión de Estatutos presidida por él, que, con la colaboración de Aguirre, elaboró un estatuto breve basado en el segundo proyecto.
El Gobierno de la República propuso al PNV la participación en el gobierno español a cambio de la concesión del estatuto. Manuel de Irujo entró en el gobierno de Largo Caballero y el estatuto fue aprobado en octubre de 1936. Las características del estatuto fueron las siguientes:
- Álava, Gipuzkoa y Bizkaia se constituirían en “Región autónoma”.
- Euskera y castellano serían lenguas oficiales.
- El gobierno autónomo se haría cargo de la justicia, la educación y el mantenimiento del orden público.
- Se crearía un Parlamento elegido por sufragio universal, un órgano ejecutivo y un tribunal de justicia vasco.
- El País Vasco tributaría al Estado, aunque parte de los impuestos se quedarían en la región para sufragar los organismos autónomos.
El primer gobierno vasco se eligió de forma provisional por los alcaldes y concejales de los municipios no ocupados por los nacionales. Su ámbito de actuación se redujo así a Bizkaia y una pequeña parte de Álava y Gipuzkoa.
Se eligió mayoritariamente como lehendakari a José Antonio Aguirre, y el primer gobierno estuvo formado por representantes del PNV (4), PSOE (3), Republicanos de Izquierda (2), ANV (1) y PCE (1). El nuevo Gobierno Vasco garantizó el respeto a la libertad religiosa, creó un cuerpo especial de policía (la Ertzaintza), asumió la dirección de la guerra e intentó atajar el proceso de revolución popular que se daba en otras zonas republicanas.
La caída de Bilbao en manos nacionales en junio de 1937 supuso el fin de la guerra en Euskadi y también de la primera experiencia autonómica vasca.