Fases Militares de la Guerra Civil Española
Guerra en Columnas y la Ofensiva de Madrid (Julio – Noviembre 1936)
Durante esta etapa inicial, el ejército regular apoyó al bando sublevado, mientras que los milicianos defendieron la causa republicana. El ejército rebelde se organizó en cuatro columnas, distribuidas territorialmente: dos en la zona norte bajo el mando del general Mola, y dos en el sur, dirigidas por los generales Franco y Yagüe. El principal objetivo de los sublevados era la toma de Madrid.
Las columnas de Mola fueron detenidas en el Sistema Central por la resistencia miliciana. Ante esta situación, las tropas de Franco y Yagüe buscaron una ruta de acceso a Madrid por el sur. Para ello, se unieron a las tropas del general Queipo de Llano y avanzaron hacia la capital, creando el denominado “pasillo de Extremadura” para agilizar su avance. El 15 de agosto de 1936, Yagüe y Franco tomaron Badajoz, eliminando la oposición en la zona. Posteriormente, avanzaron por el Tajo hacia Madrid, pero se desviaron para liberar las tropas del Alcázar de Toledo. Este desvío provocó un retraso, permitiendo a la población de Madrid prepararse para la defensa. Paralelamente, en el frente norte (Asturias, Cantabria y País Vasco), las tropas sublevadas tomaron Irún, aislando esta zona del resto del territorio republicano.
Batalla de Madrid (Noviembre 1936 – Marzo 1937)
El objetivo principal de esta fase fue la defensa de Madrid. Los frentes se establecieron en la capital, con posiciones en Ciudad Universitaria por el norte y en Leganés, Getafe y Alcorcón por el sur. Ambos bandos recibieron ayuda exterior: los sublevados contaron con el apoyo de Italia y Alemania, mientras que los republicanos recibieron el de las Brigadas Internacionales.
En la zona norte de Madrid, el frente llegó hasta Ciudad Universitaria, con la defensa republicana liderada por los brigadistas bajo el mando de Durruti. Tras el rechazo del primer ataque frontal, Franco modificó su estrategia, implementando movimientos para debilitar Madrid y romper sus comunicaciones. Se atacó la carretera de La Coruña, interrumpiendo las comunicaciones con la sierra, y en la batalla del Jarama, se cortaron las comunicaciones con Valencia.
Antes de la caída de Madrid, se organizó la Junta de Defensa, encabezada por Miaja y el general Casado, para coordinar la defensa. En la batalla de Guadalajara, el ejército republicano logró resistir y derrotar al ejército italiano, que apoyaba a los sublevados tras haber conquistado Málaga. Simultáneamente, en febrero de 1937, los rebeldes, con apoyo italiano, tomaron Málaga.
Estos sucesos impulsaron al bando republicano a considerar la organización de un ejército regular, lo que generó oposición entre los anarquistas, reacios a aceptar la disciplina militar. Los rebeldes, ante la prolongada resistencia de Madrid, decidieron centrar sus esfuerzos en otros objetivos.
El Frente Norte y la Ofensiva Republicana (Marzo 1937 – 1938)
Los sublevados fijaron su objetivo en el frente norte, considerándolo el punto más débil debido a su aislamiento y su importante industria. Con el apoyo de la aviación alemana, se produjeron bombardeos sobre Durango y Guernica. En junio de 1937, los insurrectos tomaron Bilbao. El ejército republicano firmó el acuerdo de Santoña, pero las tropas leales a la República no aceptaron la rendición y retrocedieron hacia Santander, que cayó en agosto de 1937.
Para evitar la caída total del frente norte, los republicanos lanzaron ofensivas con el objetivo de dividir y debilitar al ejército sublevado. Esto dio lugar a la batalla de Brunete (julio de 1937) y la batalla de Belchite (agosto de 1937). Posteriormente, los republicanos consiguieron tomar Teruel, aunque tras la batalla de Alfambra, la ciudad volvió al control rebelde.
La Batalla del Ebro y la Toma de Cataluña (Mayo 1938 – Febrero 1939)
El objetivo de esta fase fue aislar Cataluña para debilitarla. El ejército rebelde avanzó hasta la toma de Vinaroz, y desde allí, el general Franco se centró en la conquista de Valencia. En Cataluña, se lanzó una ofensiva republicana en un intento por romper el aislamiento, lo que culminó en la batalla del Ebro. El gobierno republicano buscaba alargar el conflicto, esperando un estallido de la guerra en Europa. Las tropas republicanas cruzaron el Ebro y llegaron hasta Gandesa, pero la superioridad del bando sublevado les permitió ganar la batalla y, finalmente, conquistar Barcelona.
Fin de la Guerra (Febrero – Abril 1939)
Las tropas franquistas avanzaron hacia Madrid. La Junta de Defensa, agotada tras la defensa de la ciudad, deseaba rendirse, pero el gobierno republicano insistía en continuar la resistencia. Esta discrepancia provocó una división interna en el bando republicano madrileño entre los partidarios de continuar la lucha y los que abogaban por la paz (la Junta de Defensa).
Se produjeron enfrentamientos en las calles de Madrid entre ambos bandos, resultando victorioso el general Casado. Casado propuso negociar con Franco, pero este se negó. Finalmente, Madrid se rindió el 28 de marzo. La guerra concluyó oficialmente el 1 de abril de 1939, con la firma del último parte de guerra.