La Paideia Griega: Fundamentos y Evolución de la Educación en la Antigua Hélade

1. Contexto Histórico de la Civilización Griega

La historia de Grecia es la de muchos pequeños estados, compuestos con mucha frecuencia de una sola ciudad. Sin embargo, dos hechos importantes contribuyeron a forjar lo que se conoce como civilización: la religión y la cultura. Estos fenómenos se gestaron y consolidaron a lo largo de tres grandes períodos:

  • El período Arcaico: En él se distinguen dos etapas: una primera, de carácter heroico-caballeresco, representada por el pueblo micénico y las figuras literarias de Homero, Hesíodo, entre otros; y una segunda, de carácter cívico, representada por el ideal de ciudadano de las polis de Esparta y Atenas.
  • El período Humanista o Clásico: Esta etapa hizo del hombre el gran demiurgo de la cultura, y sus figuras más representativas fueron: los Sofistas, Sócrates, Aristófanes, Platón, Jenofonte, Isócrates y Aristóteles.
  • El período Helenístico: Esta etapa se extendería bajo el influjo macedonio, romano y bizantino.

La Religión Griega

La religión griega fue ante todo antropomórfica (atribución de cualidades humanas a sus divinidades). En cada una de las pequeñas ciudades-estado, el centro estaba constituido por el templo que se alzaba en honor al dios o a la diosa protectora. Solo los ciudadanos tenían derecho a entrar en aquellos templos y a participar en los ritos que en ellos se celebraban: era uno de los privilegios que más apreciaban. Zeus era el rey de reyes y como tal era reconocido por todos. El amplio elenco de las divinidades se debía a la mezcla de pueblos y razas.

La Antropología Griega y la Paideia

La otra gran categoría que ayuda a comprender el sentir de la cultura es la antropología. Su concepción presentó al hombre como un compuesto imperfecto de materia y espíritu, cuerpo y alma, llamado a actualizarse por la acción perfectiva de la educación o paideia.

El hombre, en tanto que cuerpo, buscaba la perfección o areté (excelencia) “física”; y en tanto que espíritu, buscaba la perfección o areté “espiritual”. Esta visión óntica (referente a la naturaleza del ser) se completaba con otras dimensiones:

  • En primer lugar, la cultura griega puso énfasis en la dimensión privada, cuyo objetivo era la areté “privada” o personal, a la que se ordenaba la educación personal o general (humanística).
  • En segundo lugar, en la dimensión social y pública, cuyo objetivo era la areté “política”, y a la que se ordenaba la educación “política”.
  • Por último, la antropología griega exploró la dimensión práctica del hombre. Un aspecto que los griegos dividieron en dos categorías pedagógicas: la formación técnica y la formación ética.

Por la primera, el hombre buscaba el objetivo “profesional”, que hace de él un ser eficiente, capaz de producir artefactos y también de crear belleza. A este objetivo se ordenaría la formación “profesional” o areté “técnico-artística”.

Por la segunda, el hombre buscaba el objetivo “moral”, que le hacía ser bueno, capaz de encarnar o realizar la moralidad. A este objetivo se ordenaría la educación “moral”.

Estas dimensiones ónticas permitieron a la historiografía filosófica y psicológica clasificar la cultura griega como antropocentrista. Un adjetivo que daba al hombre el protagonismo fundamental de la cultura y lo convertiría en el gran ordenador y demiurgo de la misma. Su dimensión entitativa vendría definida por cuatro características:

  • Su racionalismo pedagógico: Puede decirse que los griegos descubrieron el valor de la persona como un ser libre, de naturaleza racional, llamado a perfeccionarse mediante el valor perfectivo de la educación.
  • Su personalismo: Para los griegos, la esencia humana no reside en una individualidad enclaustrada, sino en su apertura y sociabilidad.
  • La autonomía: El hombre griego se sintió autónomo, capaz de darse leyes a sí mismo y a la comunidad, de regular la sociabilidad, de crear una comunidad y de convivir en ella de forma estable.
  • El racionalismo ético: Que se orienta a la búsqueda del bien; un deseo estético, orientado a la búsqueda de lo bello; y una tendencia innata que se orienta a la contemplación de la verdad.

El Concepto de Logos

Ligado a esta categoría antropológica dentro de la cultura, aparece el concepto de logos. Un término que no se reduce a lo que nosotros llamamos “razón”; es más bien el espíritu humano: abarca todo lo que distingue al hombre de los animales. Se distinguen dos dimensiones:

  • Una de carácter teórico, donde el logos es entendido pura y exclusivamente como “pensamiento”.
  • Y otra de carácter práctico, que se subdivide a su vez en logos moral y logos técnico.

La Paideia y la Areté

La paideia significa educación y su significado fue evolucionando a medida que pasaba el tiempo, ya que hubo momentos en los que se dio más importancia a unos aspectos que a otros: moral, artístico o técnico.

El objetivo de la paideia es conseguir la areté; consiste en alcanzar la excelencia. La comprensión de la areté variaba según el contexto de la excelencia buscada.

2. Períodos de la Paideia Griega

2.1. Paideia Arcaica

Es el primer período en el que se inicia la paideia griega y se divide en dos etapas:

La Paideia de Homero

Su ideal educativo viene conformado por una areté de carácter heroico y caballeresco. Fénix, el educador de Aquiles, lo educó para pronunciar discursos y para realizar hazañas.

La educación del joven guerrero constaba de dos partes: una educación física y una formación cultural, mezclada con una dimensión ética basada en la emulación y en el espíritu competitivo. Esta educación solo la recibían hombres de la clase alta.

La Paideia de Hesíodo

“Los trabajos y los días”. Hesíodo es el cantor de la laboriosidad, de la concreción y del realismo, propio de una vida corriente y esforzada. Esta educación la recibían los hombres libres. Su concepción pedagógica conduce a una democratización de la educación. La paideia deja de ser un privilegio de la nobleza para convertirse en un bien del que pueden participar todos los ciudadanos.

2.2. Paideia Espartana

Grecia se había dividido en ciudades-estado. Surge entonces una organización política nueva en la que de una u otra forma intervenían todos los ciudadanos libres y con ella un nuevo tipo de vida, de cultura y educación representada en la idea de politeia o ciudadanía. Una categoría que convierte a la ciudad en el todo, en la vida misma.

En el caso de Esparta, se trata de un ideal de ciudadanía militarizada, y los ciudadanos tuvieron que convertirse en soldados. Esto provocó que el ideal de guerrero homérico se sustituyera por el colectivo del estado al que debía subordinarse, quedando así sometidos a las autoridades.

Todos los ciudadanos vivían en campamento permanente, mientras que los periecos y los ilotas estaban sujetos a la tierra.

En la educación, la areté heroica se transformó en el heroísmo del amor a la patria. En las familias, la crianza se realizaba hasta los 7 años, y desde esta edad hasta los 20, la educación la realizaba el Estado, subordinada a la instrucción militar. No existían escuelas, sino campamentos para la educación militar, acompañada de formación deportiva y musical.

2.3. Paideia Ateniense

Aparece el ciudadano político, culto y demócrata de Atenas.

Desde el punto de vista educativo, pretendía enseñar a los ciudadanos a aceptar y respetar los nomoi de la polis. Desde un optimismo pedagógico desaforado, el Estado descansaba en el libre sometimiento de todos los ciudadanos a las leyes que protegían el bien común y en la voluntad de sus miembros de brindarle toda su aportación.

Pero para que esta educación resultara efectiva, la acción pedagógica debía descansar en tres grandes fuerzas:

  • La eunomía: Con ella los ciudadanos debían ser capaces de idear buenas leyes, es decir, normas fundadas en lo que es justo.
  • La isomía: Los ciudadanos se sometían libremente a leyes idénticas para todos, y cuyo fundamento inmutable reconocían y aceptaban.
  • La eukosmía: El buen orden se hacía patente en todas las cosas, lo mismo en el ámbito público que en el ámbito privado.

Fue una formación moral y espiritual con vistas a la mejora de uno mismo y al servicio de las polis.

2.4. Paideia Helenística

La cultura helenística fue una cultura urbana y cosmopolita. Su ámbito natural eran las grandes urbes del Mediterráneo.

La cultura helenística es por ese motivo una cultura sincrética. Aunque el elemento griego es el preponderante, es fácil percibir influencias de cuño oriental y romano. No existe la profunda unidad espiritual que se da entre las etapas precedentes de la cultura griega.

Además, tiende a la especialización, la aplicación y la divulgación. En lugar de crear ideas o productos culturales nuevos, los artistas, los pensadores y los científicos de la época se dedican a reproducir los moldes heredados de la época clásica, a desarrollar las implicaciones técnicas de los grandes descubrimientos científicos y a difundir las doctrinas filosóficas.

Son típicos los manuales escolares que sistematizan el contenido y los procedimientos de una determinada rama del saber.

Otro de los rasgos distintivos del helenismo es la institucionalización de la cultura. El saber se difunde con el apoyo de las autoridades públicas, pero a la vez se repliega a los ámbitos académicos y ya no ejerce una influencia clara en la vida social.

3. Estructura Curricular de la Enkyklios Paideia

La enkyklios paideia se estructuró en tres niveles o grados:

  • Un nivel elemental o básico: Que proporcionaba una formación de carácter gimnástico, poético-musical y de lectoescritura y cálculo. Eran competencia de distintos maestros: el paidotriba, maestro de educación física; el grammasités o maestro de primeras letras; el kitharistés o citarista, maestro de la música.
  • El nivel medio: Que, aunque continuaba con la educación física, incluía como eje central los estudios literarios y científicos.
  • Un nivel superior: En el que, con matices al margen, era posible dirigir dos ramas: una profesionalizante o vocacional y otra más académica.