Historia y Presente de la Industria Española: Evolución, Estructura y Fuentes Energéticas

La Industria Española entre 1855 y 1975

Entre 1855 y 1975, podemos diferenciar cuatro etapas en el desarrollo industrial de España.

Evolución Industrial: 1855-1975

El inicio de la industrialización en España (1855-1900) fue más tardío y lento que en otros países occidentales debido a:

  • La ausencia de revolución agrícola.
  • La falta de materias primas y energías.
  • La insuficiente inversión industrial.
  • La demanda limitada.
  • El atraso tecnológico.
  • Los problemas políticos (guerras civiles y pérdida de colonias).
  • La política proteccionista.

En la siguiente etapa, en el primer tercio del siglo XX, se produjo un destacado crecimiento industrial (1900-1936) impulsado por:

  • Las repatriaciones de capital de las colonias.
  • Las exportaciones de la Primera Guerra Mundial.
  • Las obras públicas.
  • La introducción de las nuevas fuentes de energía propias de la Segunda Revolución Industrial (hidrocarburos y electricidad).

Durante la Guerra Civil (1936-1939) y el inicio de la dictadura de Francisco Franco (1939-1959) se produjo un retroceso y estancamiento industrial debido a la destrucción bélica y la política autárquica (restricción de importaciones).

El gran desarrollo industrial de España (1960-1975) se produjo en la etapa final de la dictadura de Francisco Franco al abandonarse la autarquía (liberalización de importaciones), impulsarse planes de desarrollo, aumentar la inversión privada, importarse energía a bajo precio, crecer la demanda e introducir nuevas tecnologías.

En la Primera Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XIX, la industria usó máquinas hidráulicas y de vapor, con tareas de obreros complementarias a las máquinas. Se centró en la siderometalurgia (norte peninsular) y el sector textil del algodón (Cataluña).

Producción Industrial: 1855-1975

En la Segunda Revolución Industrial, en el siglo XX, se diversificó la producción industrial gracias al desarrollo de los motores de explosión y eléctricos y el sistema fordista (economías de escala).

  • Las industrias de base, que transforman materias primas en productos semielaborados (como la siderurgia, refinerías, petroquímica, producción eléctrica, entre otras), fueron potenciadas por el Instituto Nacional de Industria (INI).
  • Las industrias de bienes de consumo, que generan productos para el consumo directo, crecieron a la par que el nivel de vida. A las industrias textil, de calzado y alimentaria se unieron las de los automóviles y electrodomésticos.
  • Las industrias de bienes de equipo, que producen máquinas y material de transporte, se desarrollaron tarde y solo por impulso de empresas multinacionales.

La estructura industrial, cuyo peso en el PIB y la ocupación creció, mostró las limitaciones de la industria española al presentar una mano de obra barata poco cualificada, un tamaño de las empresas contrastado, atraso tecnológico, dependencia externa e industria centrada en el mercado interno.

Estructura Industrial: 1855-1975

  • En las mayoritarias pequeñas fábricas se usaron sistemas tradicionales con un bajo nivel de inversión, tecnología limitada y escasa competitividad.
  • Las pocas grandes fábricas, filiales de multinacionales o empresas impulsadas por el INI, adoptaron el sistema fordista de trabajo en cadena.

El atraso tecnológico fue favorecido por las políticas proteccionistas y contribuyó a la dependencia exterior de la industria española, que además de tecnológica, lo fue financiera y energética.

Las industrias se localizaron en función de factores clásicos como:

  • La proximidad a recursos naturales.
  • La demanda amplia.
  • La abundante mano de obra y capital.

Además de buscar eficaces transportes, sectores de apoyo y políticas industriales favorables.

Localización Industrial: 1855-1975

Los anteriores factores de localización provocaron que las industrias se instalaran en grandes aglomeraciones urbano-industriales, buscando las ventajas de la concentración y agrupando a empresas interdependientes.

Los emplazamientos industriales se centraron en la periferia peninsular y Madrid, existiendo:

  • Áreas de base extractiva y portuaria con predominio de industrias básicas.
  • Áreas urbano-industriales, especialmente en polígonos industriales periféricos con predominio de industrias de consumo.

Las tres áreas industrializadas que aparecieron en la Primera Revolución Industrial acabaron consolidándose e incrementaron los desequilibrios territoriales. Fueron:

  1. La franja cantábrica (especializada en industrias básicas en torno a minas y puertos).
  2. La región mediterránea (a partir de la industria textil catalana, después diversificada).
  3. Madrid (centro administrativo, financiero y nudo de transporte).

No obstante, desde 1960 aparecen áreas de difusión industrial como:

  • Las periferias de las grandes ciudades.
  • Ejes industriales nacionales (Ebro y Mediterráneo) y regionales (gallego y andaluz) en torno a vías de comunicación.
  • Enclaves industriales aislados favorecidos por industrias básicas (Ponferrada y Puertollano) o al ser declarados polos de desarrollo industrial (Zaragoza y Valladolid).

La base de la política industrial de esta época se basó en el proteccionismo (que libró a la industria de la competencia exterior mediante aranceles que limitaron las importaciones) y en la intervención estatal (creando el Estado empresas públicas en sectores estratégicos y diseñando el desarrollo industrial).

Política Industrial: 1855-1975

Los objetivos de la política industrial buscaron impulsar la industria y corregir su desigual distribución. Para promover la industria en nuevas zonas se crearon:

  • Los polos de desarrollo (en ciudades que tenían alguna industria).
  • Los polos de promoción (en áreas deprimidas).

También se promocionó la industria mediante la creación de polígonos industriales y polígonos de descongestión industrial (en las periferias de las grandes ciudades).

La Crisis y Reestructuración Industrial: 1975-1990

La Crisis Industrial

La crisis industrial que afectó a España entre finales de los años setenta e inicio de los ochenta tuvo causas externas (cambios económicos mundiales) e internas.

Causas Externas de la Crisis

  • La crisis del petróleo de 1973.
  • La incidencia de la Tercera Revolución Industrial (con nuevas tecnologías, sectores y sistemas de producción).
  • Las exigencias de calidad por parte de la demanda.
  • La división internacional del trabajo generada por la globalización.

Causas Internas de la Crisis

  • Las deficiencias de la industria española (basada en sectores tradicionales, tecnología arcaica y con una elevada dependencia exterior).
  • La coyuntura histórica política (transición a la democracia).

Como consecuencias de la crisis se cerraron muchas empresas, descendió la producción y aumentó el endeudamiento empresarial y el desempleo. Para combatir la crisis, los países industrializados desarrollaron la reestructuración industrial a través de la reconversión industrial y la reindustrialización con ayudas estatales financieras, fiscales y laborales.

La Reestructuración Industrial

La reconversión industrial buscó ajustar los sectores en crisis, promoviendo el cierre de empresas, las reducciones de plantilla, la modernización y la especialización de la producción. Los sectores industriales maduros sufrieron la reconversión, que afectó a grandes empresas y disparó el desempleo.

La reindustrialización buscó impulsar un nuevo desarrollo industrial creándose para ello Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) y Zonas Industrializadas en Declive (ZID) a través de ayudas estatales. Su resultado fue insuficiente (aunque diversificaron la industria e inversiones no se generó mucho empleo, se beneficiaron casi solo las grandes empresas y se incrementaron los desequilibrios).

La Industria Española en la Actualidad

Desde 1990 hasta 2008, la industria española vivió una etapa de expansión industrial (aumento de producción, comercio y empleo), salvo un paréntesis entre 1991 y 1994 por los ajustes para entrar en el euro.

La Evolución de la Industria desde 1990

Desde 2008, la industria entró en recesión ante la crisis financiera mundial que disminuyó la demanda y la financiación. Como consecuencia se redujeron la producción y los beneficios empresariales y aumentó el paro industrial. El aumento de las exportaciones compensó en parte la caída de la demanda interna.

Desde 1990, la industria española ha experimentado cambios por la integración de España en el mercado europeo y mundial y por la adopción de los cambios de la Tercera Revolución Industrial.

  • La integración de España en la Comunidad Económica Europea (1986) supuso la entrada en un mercado muy competitivo, que acabó con monopolios y ayudas estatales y adoptó las leyes europeas. Al desaparecer los aranceles europeos aumentó el mercado para los productos españoles y el capital exterior y las innovaciones llegaron con más facilidad, aunque el reto es hacer frente a la competencia.
  • La incorporación tardía de España a la Tercera Revolución Industrial llevó a aplicar los avances en la microelectrónica a la obtención de nuevos productos, al proceso y organización industrial y a su comercialización, cambiando la producción, estructura y localización industrial.

Destacan las innovaciones técnicas derivadas de la microelectrónica:

  • Desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
  • Automatización industrial mediante robots.

Aparecen nuevas materias primas (fibra óptica) y fuentes de energía (nuclear y renovables).

La Producción Industrial Actual

El sistema de producción actual se caracteriza por la descentralización de las distintas fases de la producción (empresas multiplanta, subcontratación, redes de PYMES) y la flexibilización a través de las economías de gama con pequeñas series de productos.

Dentro de la producción industrial actual podemos diferenciar entre:

  • Los sectores industriales maduros, afectados por la reconversión con baja competitividad, demanda, tecnología y riesgo de deslocalización, engloban a la metalurgia que incluye la siderurgia (integral y no integral), la construcción naval, el textil, el calzado, el mueble y el juguete.
  • Los sectores industriales dinámicos, con alta productividad y demanda y destacada presencia de capital extranjero, incluyen a los sectores del transporte (automóvil y material ferroviario), químico (petroquímica y química de transformación), agroalimentario, de equipo eléctrico y mecánico y de materiales de construcción.
  • Los sectores industriales punta, asociados a la alta tecnología, se han implantado con retraso y tienen un menor desarrollo que en otros países de Europa, localizándose en parques tecnológicos o científicos en torno a grandes ciudades. Destacan los productos farmacéuticos, la construcción aeronáutica y aeroespacial, la electrónica y TIC, y la biotecnología.

La estructura industrial española sigue presentando problemas que dificultan su competitividad y la exportación de sus productos.

La Estructura Actual de la Industria

  • El peso del sector industrial es reducido, tanto en el PIB como en la población ocupada.
  • En cuanto a la mano de obra, el empleo industrial desciende por la deslocalización, robotización, terciarización y crisis de 2008. Además, aumenta la cualificación y terciarización (actividades de diseño, marketing, etc.) y el mercado laboral se desregulariza (contratación temporal).
  • El tamaño de las empresas es reducido (un 90% son pequeñas o medianas, con menos de 250 trabajadores), lo que impide el desarrollo de economías de escala, aunque las hace más flexibles.
  • La investigación e innovación son insuficientes, pues la I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación) se reduce principalmente a las grandes empresas de los sectores dinámicos.
  • El desarrollo de la tecnología también es insuficiente (al invertirse poco en investigación e integrarse poco las universidades y las empresas), además de dependiente de los avances exteriores (se compran patentes).
  • Se mantiene una excesiva orientación de la industria al mercado interior, aunque desde la crisis de 2008 ha aumentado la proyección internacional.

Los factores clásicos de localización industrial han perdido importancia con la Tercera Revolución Industrial. Es el caso de la proximidad a los recursos naturales y al mercado de consumo ante la facilidad y abaratamiento del transporte.

La Localización Industrial

Sin embargo, se mantiene la importancia de la disponibilidad de sistemas de transporte y comunicación, la cercanía de mano de obra y capital, y la política industrial.

Los nuevos factores de localización se centran en la tecnología, el acceso a la innovación e información y las ventajas competitivas que puede ofrecer un territorio. Estos factores de localización generan tendencias ambivalentes complejas en la localización industrial:

  • Difundiéndose la industria madura hacia las periferias ante los problemas de congestión industrial, mejora del transporte y búsqueda de ventajas territoriales (lo que promueve la deslocalización).
  • Concentrándose la industria tecnológica y las sedes sociales de las empresas en los espacios centrales.

Dentro de los emplazamientos industriales actuales encontramos:

  • Espacios tradicionales heredados (con predominio de industrias maduras que pueden dar lugar a espacios degradados o rehabilitados).
  • Polígonos o parques industriales (con naves industriales o presencia de oficinas).
  • Clusters o distritos industriales (formados por redes de PYMES).
  • Espacios innovadores espontáneos o planificados (parques tecnológicos de empresas de sectores punta).

En función del dinamismo y nivel de desarrollo se diferencian cinco áreas industriales:

  1. Áreas desarrolladas (Madrid y Barcelona): Sufrieron la reconversión industrial, dando paso a industrias de alta tecnología y sedes sociales de las grandes empresas. Pierden empleo, pero este es más cualificado y concentran las mayores inversiones en I+D+i.
  2. Áreas en expansión (coronas metropolitanas periurbanas, ejes de desarrollo industrial nacional y regional y áreas rurales comunicadas): Reciben instalaciones industriales, en general, tradicionales, fruto de la difusión de las mismas.
  3. Áreas en declive (Cornisa Cantábrica, Ferrol, Sagunto, Cádiz, Puertollano, Ponferrada, etc.): Han perdido capacidad industrial al sufrir la reconversión industrial y no lograr la reindustrialización ante la escasa diversificación industrial. El País Vasco ha conseguido revitalizarse.
  4. Áreas de industrialización inducida (Zaragoza, Valladolid, Burgos, Sevilla, Cádiz y Huelva): Son fruto de las políticas de promoción industrial del desarrollismo.
  5. Áreas de industrialización escasa (Extremadura, Castilla-La Mancha, Islas Baleares y Canarias): Presentan empresas tradicionales pequeñas. Castilla-La Mancha ha recibido la difusión de la industria madrileña.

Se mantienen fuertes desequilibrios territoriales en la industria española no tanto en la ocupación industrial (debido a la difusión industrial) como en la tecnología e innovación centrada en Madrid y Cataluña. Estos desequilibrios se reflejan en el desigual reparto de población, riqueza, infraestructuras y peso político.

El marco o contexto de la política industrial española actual se caracteriza por la apertura al exterior, la disminución de la intervención del Estado (sustitución del INI por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), el ingreso en la Unión Europea y las políticas de las comunidades autónomas.

La Política Industrial Actual

Los objetivos de la política industrial son recuperar el protagonismo de la industria, lograr una industria segura, inteligente, sostenible y colaboradora del equilibrio territorial y bienestar social.

Política Sectorial

Busca favorecer la reindustrialización y aumentar la competitividad de la industria mediante:

  • Ayudas a la inversión (programas de reindustrialización – REINDUS – y programas de fomento de la competitividad industrial).
  • Creación de observatorios industriales que analizan sectores.

Política Estructural

Mejora la competitividad de las industrias y su internacionalización aumentando el peso del sector industrial, impulsando una mano de obra cualificada y flexible, mejorando el tamaño de las empresas (se estimula su concentración) e impulsando la I+D, la innovación y la tecnología.

Además, se promocionan en el exterior los productos españoles para favorecer sus exportaciones, así como se implantan empresas españolas en el exterior, lo que favorece la internacionalización empresarial.

Política Territorial

Promueve la instalación de industrias mediante la Ley de Incentivos Regionales, las agencias de desarrollo regional y local, y los distritos industriales. En todo caso, se busca un desarrollo endógeno basándose en la riqueza de cada territorio.

Política Medioambiental

Se centra en solucionar la sobreexplotación de recursos, la contaminación y la degradación del paisaje. Para ello busca un desarrollo sostenible, la prevención y corrección de daños, y el uso de tecnologías limpias. Además, se promueve la rehabilitación de zonas industriales. Por otra parte, el paisaje industrial se protege a través de un plan de patrimonio industrial.

Las Fuentes de Energía en España

Las fuentes de energía son los recursos o elementos naturales que proporcionan fuerza para activar máquinas, siendo imprescindibles en todos los sectores económicos, pero especialmente en la industria.

Tipos de Energía

Diferenciamos entre:

  • La energía primaria (procedente del medio natural y sin aprovechamiento directo).
  • La energía secundaria o final (utilizable directamente por el ser humano).

Problemas Energéticos

España tiene graves problemas energéticos por la dependencia que tiene (se consume más energía primaria de la que se produce). Esto se debe a:

  • El continuo aumento del consumo energético.
  • La escasa producción de energía que genera un bajo autoabastecimiento.
  • La necesidad de recurrir a costosas importaciones.

Energías No Renovables

Las energías no renovables (carbón, petróleo, gas natural, energía nuclear) se caracterizan porque son recursos que se agotan al consumirse, provocan contaminación, son centralizadas y suponen una elevada dependencia externa. Como ventajas, generan mucha energía de forma continua.

Carbón

Es una roca combustible negra formada por descomposición de vegetales (antracita y hulla de la era primaria y lignito de la secundaria). El carbón se usa en las industrias siderúrgica y cementera, en las calefacciones domésticas y sobre todo en la producción de electricidad en las centrales térmicas (aunque tiende a decrecer). Fue la energía principal de la Primera Revolución Industrial, siendo sustituida a partir de 1960 por el petróleo. Su producción y consumo volvió a crecer entre 1975 y 1985 (crisis del petróleo), pero desde entonces ha descendido. Desde 1990, el carbón sufre un proceso de reconversión, con el cierre de numerosas minas y ayudas para tal fin. No obstante, se considera un recurso estratégico al ser el único combustible autóctono no renovable. En España se localiza en trece cuencas, destacando Asturias, León, Palencia y Teruel. La mayoría del carbón se importa de Rusia, EE. UU., Sudáfrica, Australia, etc.

Petróleo

Es un aceite mineral oscuro creado a partir de animales y algas en descomposición en un medio marino. El petróleo se ha usado para producir electricidad en las centrales térmicas insulares, pero su uso fundamental ahora es el transporte y la industria, para lo que debe ser procesado para la obtención de derivados en refinerías (situadas en la costa peninsular, Puertollano y Tenerife) y en industrias petroquímicas. En España, el petróleo se empezó a consumir especialmente en la década de 1960, pero la crisis de 1973 hasta 1985 bajó su consumo. El creciente transporte disparó su consumo, moderándose en los últimos años. La producción de petróleo en España, ubicada en Tarragona y Burgos, es insignificante. Por ello es necesario importar petróleo de Oriente Medio, Nigeria, México, Venezuela, Reino Unido, Rusia, etc.

Gas Natural

Es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, principalmente metano. Suele aparecer asociado al petróleo. Respecto al uso del gas natural, destaca la producción de electricidad en centrales térmicas (convencionales, de ciclo combinado o de cogeneración), el uso de su potencial calorífico en la industria y los hogares y la obtención de productos químicos derivados (propileno, etileno, naftas) en industrias petroquímicas. El consumo de gas se inició en España a partir de 1969, con un gran crecimiento por su poder calorífico, menor precio, etc., aunque decreció con la crisis de 2008. Se produce en España en el Golfo de Cádiz y se exploró su extracción por fracking, pero en su inmensa mayoría se importa por barcos (Catar, Egipto, etc.) o gaseoductos con Argelia, Portugal o Noruega.

Uranio y Energía Nuclear

El uranio es un elemento químico que se extrae de minerales como la uraninita. La fisión o separación de sus átomos genera la energía nuclear. La fusión nuclear o unión de isótopos de hidrógeno se mantiene como una energía en experimentación. La energía nuclear se usa para producir electricidad y en medicina. El consumo y producción de energía nuclear en España se inició en 1968 con la construcción de las centrales nucleares de Zorita y Santa María de Garoña. Su expansión se paralizó (moratoria) desde 1987 por el temor a accidentes (Chernóbil 1986, Vandellós I 1989, Fukushima 2011), la dependencia externa de abastecimiento y el problema de los residuos radiactivos. Existen siete centrales en activo. En la actualidad existe un debate sobre el uso de esta energía, habiéndose cerrado las centrales de Zorita (2006) y Garoña (2012). En 2011 se suspendió la moratoria, existiendo un proyecto de cementerio nuclear en Villar de Cañas (Cuenca). En 2019 se estableció un calendario de cierre definitivo de centrales nucleares. Tras el cierre de las minas de Saelices, el 100% del uranio usado en España es importado (en la actualidad de Níger).

Energías Renovables

Las energías renovables (hidráulica, eólica, solar, biomasa, geotérmica, marina) se caracterizan por proceder de recursos inagotables, ser limpias (causan menor alteración ambiental), poder desarrollarse en España y ser descentralizadas, permitiendo el autoabastecimiento. Como desventaja, son menos potentes y más variables.

Energía Hidráulica

Se origina en grandes centrales hidroeléctricas a partir del salto de agua embalsada en presas o saltos de agua menores (minihidráulica). Su destino es generar electricidad, aunque el agua embalsada de la que parte esta energía sirve también para regadío y abastecimiento. La producción y consumo de esta energía comenzó a finales del siglo XIX. Durante la dictadura franquista, entre 1950 y 1970, tuvo un gran desarrollo, perdiendo importancia posteriormente. Su producción, con gran variabilidad anual, se centra en los ríos Duero y Tajo en su frontera con Portugal, el norte peninsular y el Pirineo (zonas con ríos caudalosos y desniveles).

Las nuevas energías renovables se empezaron a impulsar tras la crisis del petróleo en la década de 1970, siendo impulsadas con subvenciones a inicios del siglo XXI. La diversidad del medio natural español favorece su producción, usándose para generar electricidad, calor y movimiento.

Energía Eólica

Produce electricidad (parques eólicos) o energía mecánica a partir del viento. España se ha convertido en una de las mayores productoras de energía eólica terrestre (destacando Galicia, Navarra, ambas Castillas, Aragón, Andalucía y Canarias).

Energía Solar

Usa el calor y la luz del sol generando energía térmica (en centrales solares térmicas) o eléctrica (a través de centrales termoeléctricas usando espejos y fotovoltaicas con paneles de silicio). En España se ha desarrollado especialmente en la costa mediterránea, Andalucía y Canarias.

Energía de la Biomasa

Se obtiene de residuos agrarios y de materias primas orgánicas. Produce electricidad (centrales térmicas), biocombustible (bioetanol o biodiésel) y calor (pellets). Las dos Castillas, Galicia y Andalucía son las máximas productoras de biomasa.

Energía Geotérmica

Usa el agua caliente subterránea y su vapor, siendo muy escasa en España. Puede generar electricidad en yacimientos a más de 150 grados (Canarias) o energía térmica en yacimientos de baja temperatura, empleándose en este caso en balnearios, invernaderos y viviendas.

Energía Marina

Utiliza la fuerza de las olas (centrales undimotrices) y mareas (centrales mareomotrices) para generar electricidad. España tiene un gran potencial de uso de esta energía en la costa cantábrica, donde en 2011 se abrió una planta experimental en Mutriku (Guipúzcoa). También existe otra en Santoña (Cantabria).

Junto a estas fuentes de energía primaria, la energía final, directamente usada por el ser humano, se centra en derivados petrolíferos obtenidos en refinerías y petroquímicas y la electricidad, cuyo origen más frecuente es un generador eléctrico a partir de una turbina. Esta turbina se puede mover por vapor de agua obtenido a partir de la quema de carbón, petróleo, gas o biomasa (central térmica), por vapor a partir de la fisión nuclear (central nuclear) o por vapor a partir del calor del sol (central solar termoeléctrica). También las turbinas pueden ser movidas directamente por agua (centrales hidráulicas) o por viento (centrales eólicas). Por último, las centrales fotovoltaicas transforman la luz solar directamente en electricidad.

Por lo tanto, actualmente, la electricidad que se produce en España proviene principalmente de centrales térmicas, seguida de las energías renovables y la energía nuclear. La electricidad se empezó a usar en España para iluminación urbana en 1875 a partir de centrales térmicas, impulsándose después las centrales hidroeléctricas. La industrialización disparó la demanda eléctrica, que se cubrió con grandes centrales hidroeléctricas, centrales nucleares y térmicas. Desde 2005, la producción eléctrica decrece por descenso del consumo. Respecto al consumo de energía final, creció hasta 2005, pero desde entonces decrece por mayor eficiencia energética y la crisis de 2008. Por fuentes, descienden los productos petrolíferos, se mantiene bajo el carbón y aumenta la electricidad y el gas. Por sectores, destaca el aumento del consumo en transporte hasta 2008, la reducción del consumo industrial desde 2005 y el aumento del consumo doméstico y los servicios. El consumo en el sector primario es limitado. El consumo energético final por comunidades depende de la población, industria y renta por habitantes, destacando Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y País Vasco.

España presenta como problemas energéticos la dependencia externa, la reducción de la competitividad por el elevado gasto energético (costosa importación) y los problemas medioambientales (sobreexplotación, contaminación, recalentamiento de aguas, producción de residuos, reducción de biodiversidad, impacto paisajístico y riesgos).

  • Para disminuir la dependencia se fomenta la seguridad del abastecimiento (fomentando la producción propia y buscando los mejores países para importarla).
  • Para combatir la falta de competitividad se fomenta la liberalización del sector y la eficiencia energética para abaratar precios (Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética 2011-2020).
  • Para reducir los problemas medioambientales se fomenta un menor consumo y una mayor eficiencia energética a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Además, se cierran instalaciones contaminantes, se depuran aguas, se reutilizan residuos, se fomentan energías limpias (Plan de Acción Nacional de Energías Renovables 2011-2020), etc.