Estructura de la población: demográfica y profesional
La estructura biológica de la población se representa gráficamente mediante las pirámides de población. En estas pirámides se divide la población por sexos y por edades: jóvenes (0-14 años), adultos (15-64 años) y viejos (65 años y más).
Estructura por sexos
Por sexos, se observa un incremento de la población masculina (nacen más niños que niñas) sobre la femenina hasta los 24 años, momento a partir del cual tienden a igualarse, para diferenciarse de nuevo a partir de los 40 años, esta vez a favor de las mujeres. La excepción se encuentra en algunas zonas rurales, donde las mujeres emigraron masivamente y hay una mayor cantidad de hombres mayores que de mujeres.
Los factores de este distinto comportamiento son la mayor resistencia biológica de la mujer, el tipo de profesiones de uno y otro sexo, al igual que los hábitos de vida de ambos sexos, siendo tradicionalmente más peligrosos los del hombre. Aunque en la actualidad esto está cambiando y, por tanto, a medio plazo se frenarán las diferencias cuantitativas entre hombres y mujeres.
Estructura por edad
El envejecimiento de la población
La principal característica de la pirámide de población española es el progresivo envejecimiento y la falta de relevo generacional. En 1970, la edad media de la población española era de 30 años y hoy es de 34 años. Las causas del envejecimiento de la población son, por un lado, el descenso de la natalidad y la fecundidad, y, por otro, el aumento de la esperanza de vida. En las ciudades, el índice de envejecimiento es claramente inferior al de la población rural.
Los grupos de edad
El grupo de los ancianos (65 años y más) constituye en España el 20% de la población. Además de por el aspecto cuantitativo, son importantes por aspectos 8 cualitativos. Estamos ante un sector improductivo que demanda una gran cantidad de servicios de la sociedad. Además, este sector tiende a ampliarse, por lo que la problemática aumenta. El envejecimiento de la población española es el problema demográfico más importante, junto a la inmigración, en la actualidad.
La población adulta, entre 15 y 64 años, ocupa el 66%, pero son mayoría el grupo de más de cuarenta años. La tendencia de este grupo es a disminuir, lo que constituye un problema porque este grupo mantiene a los otros dos (viejos y jóvenes).
Los jóvenes, entre 0 y 14 años, representan aproximadamente el 15% de la población. La reducción de la tasa de natalidad y fecundidad fue muy brusca a partir de 1975, aunque a partir de 1998 la natalidad ha empezado a crecer de nuevo.
La distribución de la población según la edad
Podemos diferenciar entre una España interior, envejecida, y una España litoral, más joven; y entre una España septentrional, donde se localizan las provincias con un mayor porcentaje de personas mayores de 65 años, y una España meridional, donde es menor el grupo de personas por encima de esta edad.
Los factores hay que buscarlos en los movimientos migratorios de los años sesenta, en el éxodo rural, la crisis de 1973 y la mayor natalidad de la España meridional; además, el retorno de emigrantes ha acentuado el envejecimiento de muchas zonas. A nivel de Comunidades Autónomas, Aragón y Castilla y León son las más envejecidas, mientras que el País Vasco y Madrid son las que tienen menos porcentaje de viejos. Canarias es la Comunidad Autónoma que tiene más porcentaje de jóvenes.
Estructura por actividad económica
Población activa e inactiva
La población activa es aquella que se encuentra en condiciones de trabajar (16 a 65 años) y la población inactiva es la que no se encuentra en disposición de ello. Los parados se consideran población activa, mientras que los jóvenes, los viejos, las amas de casa y los enfermos se consideran población inactiva.
La incorporación de la mujer al mercado de trabajo se ha convertido en uno de los rasgos principales de la estructura de la población activa y ha sido posible gracias al proceso de terciarización, a los cambios de mentalidad y a la reducción de la fecundidad. A pesar de todo, la desigualdad entre ambos sexos dentro de la vida activa es mayor que en otros países europeos. Actualmente, la tasa de paro es mayor entre las mujeres que entre los hombres, pero su nivel de instrucción es cada vez más elevado, siendo ya superior el número de universitarias que de universitarios.
El paro
Hasta 1975, las tasas de paro no superaban el 3% de la población, pero la crisis del petróleo afectó a la economía española creando una tasa de paro estructural muy superior a la media europea. Desde entonces, la economía española no ha conseguido bajarla a niveles de la época franquista, ya que en esta época la mujer no se había incorporado al mundo laboral y existía la válvula de escape de la emigración.
La tasa de paro en España (19% en 2016 —3,7 millones—) es muy superior al resto de los países de la UE, teniendo España lo que se denomina un paro estructural. Este paro estructural tiene sus causas en la crisis de 1973 y de 1992 y sus respectivas reconversiones industriales. Por otro lado, existe una creciente demanda de empleo por parte de la población joven, la generación del baby-boom, y por la incorporación de la mujer al mundo laboral. Existe, además, un paro estacional provocado, por ejemplo, por el fin de la recolección de las cosechas o la temporada baja del turismo. El paro experimenta variaciones en función de:
- Edad: fuerte desempleo juvenil y de mayores de 50 años.
- Sexo: mayor paro femenino.
- Nivel de instrucción: más paro cuanto menor cualificación.
- Época del año o Comunidad Autónoma: Andalucía y Extremadura presentan las tasas más altas; Baleares, La Rioja, Navarra y Madrid, las más bajas. 9
Actividad por sectores económicos
Distinguimos tres sectores:
- Sector Primario: Se dedica a la obtención de materias primas. A principios del siglo XX, el 66% de la población activa pertenecía a este sector; desde entonces ha ido bajando progresivamente, existiendo épocas en las que la bajada se ralentiza (Guerra Civil y Autarquía) y otras en las que se acelera (Dictadura de Primo de Rivera y, sobre todo, década de los sesenta). En la actualidad se encuentra al 6%, más alta que los países del entorno de la UE. Galicia, Andalucía y Extremadura tienen un sector primario superior a la media.
- Sector Secundario: Se dedica a la transformación de las materias primas. Su evolución ha sido distinta. A principios del siglo XX, la tasa era del 16%, subiendo progresivamente hasta el parón de la Guerra Civil y la Autarquía. Tuvo su gran crecimiento en la década de los sesenta, pero a raíz de la crisis de 1973 empezó a descender hasta situarse en el 30% actual. La Rioja, Navarra, Cataluña y el País Vasco tienen un sector secundario superior a la media.
- Sector Terciario: Incluye las actividades que dan servicios. Ha sufrido un crecimiento progresivo desde 1900 (18%) hasta el 64% actual. Se caracteriza por su capacidad de creación de empleo y registra una mayor tasa de feminización y de economía sumergida. Las causas de su crecimiento son el aumento del nivel de vida, los cambios en industria y agricultura, y el incremento de los servicios públicos (Administraciones Autonómicas y Estado del Bienestar). Madrid y las zonas turísticas mediterráneas e insulares superan la media.
Estructura de la población según el nivel de instrucción
En los últimos años, el nivel de instrucción de la población española ha aumentado significativamente. En 2004, hubo por primera vez más mujeres que hombres en la universidad. Según el censo de 2011, las personas analfabetas o sin estudios solo eran el 2% de la población, frente al 15% en 1960. Las personas con estudios primarios representaban el 25%, mientras que los que completaron la ESO son el 28%. Esto significa que más de la mitad de la población tiene estudios básicos. Los que han completado el Bachillerato (23%), diplomatura (9%) o licenciatura universitaria (13%) son un número significativamente menor de la población mayor de 25 años. 10
La mejora educativa es menos llamativa en términos relativos al promedio de la OCDE. En estudios secundarios, desde 1980 se observa un acercamiento a la media debido a la obligatoriedad de la educación hasta los 16 años. Sin embargo, en estudios superiores, España se mantiene en posiciones bajas, solo por delante de Portugal.
A nivel interno, las diferencias regionales tienden a reducirse. Las comunidades de la mitad norte, incluyendo Madrid, se sitúan por encima del nivel educativo medio, mientras que el sur y Levante lo hacen por debajo. La tasa de analfabetismo sigue siendo más alta en mujeres y se localiza principalmente en Ceuta, Melilla, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Canarias.
Los niveles educativos muestran una elevada correlación con la renta y las tasas de empleo. España se mantiene como el país de la UE con mayor tasa de abandono escolar (26,5%), doblando la media comunitaria (11,9%). Existen grandes diferencias regionales: mientras Navarra y el País Vasco se acercan a la media europea, regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Baleares casi la triplican.