Climas de España: Factores, Tipos y Características Geográficas

El clima es un aspecto fundamental del medio físico, puesto que condiciona la vegetación natural, el tipo de cultivo y otros aprovechamientos del entorno.

Características generales y factores que influyen en el clima español

Los climas españoles son característicos de las zonas templadas, a excepción de Canarias, que pertenece a la zona cálida. La latitud es el primer factor a tener en cuenta, por lo que los climas oceánico y mediterráneo serán los predominantes. Otro factor es la situación al oeste del continente europeo de nuestro territorio, lo que lo sitúa a barlovento de las borrascas atlánticas o del Frente Polar. Por otro lado, la altitud: España es un país con una altitud media elevada (660 m), y en algunas zonas de la península encontramos el clima de alta montaña. El siguiente factor es la influencia marítima. En la Península Ibérica, esta solo afecta a una pequeña franja litoral, dada la disposición de las cadenas montañosas que provocan el efecto Foehn. Esto genera una variedad continental tanto en las zonas de clima oceánico como en las del mediterráneo, lo que aumenta la amplitud térmica de estos climas.

El clima oceánico

El clima oceánico ocupa la cornisa Cantábrica y Galicia. Las precipitaciones son abundantes, regulares y suaves debido a la corriente en chorro (jet stream), un flujo de aire situado en la atmósfera que desciende de latitud en invierno y empuja al anticiclón de las Azores, permitiendo la entrada de borrascas originadas por el contraste entre aire caliente y frío. El total anual supera los 800 mm y los días de lluvia son más de 150 al año.

Su distribución a lo largo del año es bastante regular, ya que esta área se encuentra bajo la continua acción de las borrascas del Frente Polar. No obstante, suele darse un máximo de precipitaciones en invierno y un mínimo relativo en verano. La proximidad de la cordillera Cantábrica al mar la sitúa a barlovento, lo que intensifica las lluvias.

Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica baja en la costa debido a la influencia del mar (entre 9 °C y 12 °C) y moderada hacia el interior. El verano es fresco (ningún mes tiene una temperatura media igual o superior a 22 °C) y el invierno es moderado (la temperatura media del mes más frío está entre 6 °C y 10 °C).

Hacia el interior, se observan mayores contrastes térmicos como consecuencia de la continentalidad. La amplitud térmica es mayor (12-15 °C), los inviernos son más fríos (uno o dos grados menos) y los veranos más calurosos. Las precipitaciones son menos abundantes que en el litoral y se presenta uno o dos meses secos.

El clima mediterráneo

El área del clima mediterráneo es la más extensa de España, comprendiendo el territorio peninsular al sur de la zona de clima oceánico, las islas Baleares, Ceuta y Melilla.

El clima mediterráneo marítimo

Esta área comprende la costa mediterránea peninsular, la costa sur-atlántica, Baleares, Ceuta y Melilla.
Las precipitaciones son escasas o moderadas, irregulares y tormentosas, oscilando entre 300 y 800 mm. Su distribución es irregular, descendiendo de norte a sur (desde Girona al sur de Alicante) y de oeste a este (desde Huelva hasta Almería). Los máximos se dan en los equinoccios.

En la costa mediterránea, a comienzos de otoño (debido a la influencia del golfo de Génova), tras un caluroso verano, se producen precipitaciones de carácter tormentoso y torrencial. Esto se debe a la corriente en chorro (jet stream) que, al estar ondulada, puede descolgar una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) al entrar en contacto con el golfo de Génova, lo que puede provocar riadas e inundaciones. Existe una sequía estival causada por el anticiclón de las Azores, que genera un tiempo estable y seco, y las borrascas llegan muy debilitadas. Respecto a las temperaturas, los inviernos son suaves (10 °C) y los veranos calurosos y largos (24 y 25 °C de media). La temperatura media es de 15 °C, aumentando de norte a sur, y la amplitud térmica oscila entre 12 y 15 °C.

El clima mediterráneo continentalizado

Esta área comprende el interior peninsular, a excepción de la zona media del valle del Ebro. Las precipitaciones son escasas o moderadas, entre 300 y 800 mm al año.
En el centro de las depresiones castellanas y del Ebro, las precipitaciones son menores debido a su posición a sotavento de las borrascas del noroeste. Su máximo tiene lugar en las estaciones equinocciales, sobre todo en primavera, cuando los anticiclones se debilitan.

Estos (anticiclones) se forman por el frío del suelo y pueden ocasionar un mínimo secundario de precipitaciones en invierno. Son frecuentes las nieblas en días de invierno.

Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica alta (superior a los 16 °C), debido al aislamiento de la influencia del mar. Las variaciones térmicas permiten distinguir tres subtipos climáticos:

  • La Submeseta Norte y las tierras altas de Guadalajara, Teruel y Cuenca tienen veranos frescos (inferior a 22 °C) e inviernos fríos (inferior a 6 °C), con frecuentes heladas y nieblas.
  • La Submeseta Sur y los bordes del valle del Ebro tienen veranos calurosos (iguales o superiores a 22 °C) e inviernos fríos, aunque con menor incidencia de heladas.
  • Extremadura y el interior andaluz tienen veranos muy calurosos e inviernos moderados (el mes menos frío tiene entre 6 °C y 10 °C).

El clima mediterráneo seco, subdesértico y estepario

Esta área comprende el sureste peninsular y la zona media del valle del Ebro. Es la región más seca de la península, con menos de 300 mm anuales.
Las precipitaciones son irregulares y torrenciales, generalmente debidas a situaciones de gota fría. Disminuyen de norte a sur, con mínimas en Cabo de Gata (120 mm). La posición a sotavento de los Sistemas Béticos impide las lluvias, sumado a la influencia del anticiclón de las Azores.

Respecto a las temperaturas, los inviernos son muy templados (ningún mes por debajo de los 10 °C), y los veranos son largos y calurosos (26 °C en agosto).

El clima de montaña

El área de montaña comprende los territorios situados a más de 1000 m de altitud. Sus características están determinadas por la altitud: a medida que esta se incrementa, las precipitaciones aumentan y las temperaturas disminuyen. El gradiente térmico vertical mide la variación de la temperatura en función de la altitud, indicando que por cada cien metros de ascenso se pierden 0.6 °C. Las precipitaciones son abundantes, superando los 1000 mm al año. Las temperaturas se caracterizan por una media anual baja (inferior a 10 °C), con inviernos fríos en los que algún mes se sitúa cerca o por debajo de 0 °C, y veranos frescos y cortos. Por este motivo, son frecuentes las precipitaciones en forma de nieve. Llueve más en las montañas cantábricas que en las mediterráneas.

El clima (de influencia subtropical) en Canarias

Las islas Canarias poseen un clima subtropical particular debido a la influencia de diversos factores:

  • La posición de las islas en una latitud subtropical (aproximadamente 28° N), próximas al continente africano. Durante gran parte del año (excepto en invierno), las islas están bajo la influencia del anticiclón de las Azores, lo que genera escasas e insuficientes precipitaciones.
  • La proximidad al continente africano, que favorece la llegada de masas de aire subsahariano, generando tiempo seco y caluroso en verano.
  • La configuración del relieve, que determina una variación del clima en altitud, especialmente entre los 600 y 1200 m.

Hay tres modalidades climáticas en Canarias:

  • Variedad de costa: con una temperatura anual entre 18 y 21 °C, la menor amplitud térmica de España y precipitaciones escasas.
  • Variedad de medianías: presente en las islas montañosas. Tiene precipitaciones que oscilan entre 500 y 1000 mm y temperaturas frías. Su amplitud térmica es escasa debido a la influencia de los vientos alisios.
  • Variedad de altitud: con temperaturas anuales inferiores a 12 °C y precipitaciones que rondan los 500 mm. Presenta mayor insolación anual.

Como conclusión, podemos afirmar que España posee una gran variedad climática, resultado de los múltiples factores que influyen en su territorio. Esta diversidad climática influye directamente en la actividad humana; por ejemplo, la mayor cantidad de horas de sol al año en el Sureste Español es positiva para el turismo, pero puede ser un desafío para la agricultura.