II. Perspectiva Cientificista
Laplace, en su obra Sobre la probabilidad, puede ser el ejemplo más claro de esta perspectiva. Para él, no hay más que leyes naturales que no dejan espacio a una divinidad. Aplicando la Navaja de Ockham, Laplace dijo a Napoleón que no había necesitado la hipótesis de un Dios.
Russell, por su parte, afirmó que si Dios le preguntase por qué no había creído en él, contestaría: «No nos has dado suficiente evidencia».
Dawkins trata de ‘dejar sin trabajo’ a Dios. Argumenta que toda función que pueda realizar está mejor desarrollada en la ciencia y, por lo tanto, hay que eliminarlo.
III. Perspectiva Psicológica
Freud identificó la creencia en Dios como una inmadurez donde la ilusión se explica desde un deseo de permanecer en la infancia. Del mismo modo que hemos de ‘asesinar’ a nuestro padre, como Edipo, en nuestro desarrollo individual, la humanidad se ha de despojar de la idea de Dios en su camino hacia la madurez.
Feuerbach recupera a Jenófanes, quien dice que Dios no es más que la objetivación de la imagen que tenemos de nosotros mismos. En La esencia del cristianismo, afirma que el hombre crea a Dios.
Es Nietzsche quien afirma que el hombre, en su infinita soberbia, creó a Dios a su imagen y semejanza. Tras ello, anunció su muerte de Dios.
IV. Perspectiva Socioeconómica
Marx encontró las estructuras que sustentan la religión, proponiendo tres etapas en su crítica:
- Crítica: las religiones son irracionales.
- Humanista: la religión es alienante.
- Ideología: la religión es una ideología.
La religión es una superestructura que legitima el orden existente y lleva a la resignación. Es el opio del pueblo.
V. Perspectiva Sociológica
En esta sección, seguimos a Émile Durkheim y su obra fundamental sobre el tema, Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
En ella, Durkheim se ubica en una posición neutra (o etic, como diríamos hoy, siguiendo a Marvin Harris) y examina diversas religiones, tratando de descubrir los elementos en común que presentan. Niega, por tanto, que todas las religiones se organicen alrededor de la divinidad —existen religiones ateas, como la budista— y propuso otra definición.
Para él, la religión es un complejo donde se incluyen ritos, ceremonias, dogmas, mitos, creencias, etc. En todo ello, lo fundamental son los rituales y las creencias. Mientras las creencias son «estados de opinión», los ritos son «modos de acción». Su conjunción da lugar al fenómeno religioso.
Son las creencias las que otorgan a los rituales —que no han de ser, por sí mismos, religiosos; véase el caso de los desfiles militares— su carácter sacro. Es entonces cuando Durkheim distingue entre lo sagrado y lo profano. Son dos campos que apenas se mezclan —con una excepción—, y que están delimitados tajantemente por la noción del culto.
El Culto: Negativo y Positivo
El culto puede ser negativo o positivo.
- El culto negativo hace referencia a los tabúes, a la moral y a las fronteras. Es el culto negativo el que sirve para delimitar lo sagrado de lo profano: el tabú niega algunas conductas u objetos como violaciones de lo sagrado (sacrilegios), la moral regula los límites de las relaciones sociales y la frontera delimita el templo del pueblo.
- El culto positivo hace referencia a la comunidad y a su funcionamiento interno en su relación con lo sagrado. Ordena el ritual, la oración, las ceremonias, etc., en sus modos, en sus tiempos y en su intensidad. Sería este el momento, en el culto positivo, donde la divinidad, lo sagrado, atravesaría lo profano; es tan solo en este actuar que se mezclan lo sagrado y lo profano, rompiéndose la frontera.
Tipos de Ritos
Durkheim distingue los siguientes tipos de ritos:
- Ritos expiatorios (funerales, ceremonias de expiación de pecados, etc.)
- Ritos conmemorativos (fiestas anuales habitualmente lúdicas, pero también con otros periodos)
- Ritos miméticos (o magia simpática, es decir, por parecido, como el chamán poseído por un animal)
- Ritos de figuración (la hostia como carne de Cristo, por ejemplo)
- Ritos ascéticos (ermitaños)
- Ritos sacrificiales (ofrendas, renuncias, etc.)
Religión vs. Magia
El culto positivo nos sirve también para diferenciar la religión de la magia. La religión tiene un componente esencial de cohesión social. El ritual sirve para unir al grupo, a la estirpe o cualesquiera comunidades (aunque sea la judía en la diáspora).
La magia, por el contrario, se practica al margen de la comunidad —sin perjuicio de que su práctica esté tanto o más extendida que la religiosa— porque no sirve de «pegamento» social. En sus palabras: «No hay iglesia de la magia».
No hay vínculos permanentes entre la bruja, el mago o lo que sea y los miembros de la comunidad. El mago tiene clientela, no iglesias (en el sentido etimológico de «ekklesía», «ἐκκλησία», asamblea). El ritual religioso sirve, por tanto, para reforzar la integración social —por ejemplo, el matrimonio, bautizo, comunión, etc.—.
Definición de Religión según Durkheim
En definitiva, la religión para Durkheim es: «un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, separadas, interdictas; creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos aquellos que se adhieren a ellas». Esta definición da sentido a la vida dentro de la identidad que ofrece a la comunidad, y todo ello gracias a la práctica del ritual.
VI. Perspectiva Analítica
Desde la perspectiva analítica, «Dios» no puede ser sujeto de ninguna proposición con significado, pues debería ser verificado empíricamente.