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Grandes Maestros del Renacimiento: Obras Esenciales de Pintura, Escultura y Arquitectura
El Renacimiento: Maestros y Obras Fundamentales
Pintura del Quattrocento (Siglo XV)
Pintura Italiana del Quattrocento
Cimabue: Parte del arte bizantino para desembocar en un estilo más expresivo y personal, renovando el sentido espacial. Destacan su Maestà y el Cristo de Santa Croce.
Giotto: Es considerado el primer capítulo del Renacimiento. Rompió la tradición bizantina haciendo desaparecer casi por completo los fondos dorados, concretando el espacio (perspectiva) y dotando a las figuras de monumentalidad, volumen, dramatismo, expresividad e individualización. Destacan los frescos de la Capilla Scrovegni.
Pintura Flamenca del Quattrocento
Jan Van Eyck (1390-1441): Destaca El Matrimonio Arnolfini. Su obra se caracteriza por un estudio minucioso y detallista, con la representación analítica de los objetos.
Roger Van Der Weyden (1400-1464): Destaca El Descendimiento, una composición cuidada con elementos teatrales en función de la expresividad. Sus cuerpos ondulantes y paralelos, junto a la calidad en los materiales y ropajes, son distintivos.
Joaquim Patinir (1480-1524): Primer artista donde el paisaje es el tema fundamental de su obra. Utiliza un punto de vista muy alto, con personajes diminutos. Destaca El Paso de la Laguna Estigia.
El Bosco (1450-1516): El pintor flamenco más original, con fantasías de imaginación desbordante, crítico e irónico con la sociedad y cuadros difíciles de descifrar. Destaca El Jardín de las Delicias.
Arquitectura del Quattrocento (Siglo XV)
Filippo Brunelleschi (1377-1446): Elaboró una teoría de la perspectiva que fue puesta en práctica posteriormente por escultores y pintores. Buscaba proporciones y combinó elementos de la tradición romana con la perspectiva renacentista que él mismo inventó, todo esto visible en su trabajo en el Hospital de los Inocentes.
Michelozzo di Bartolomeo (1396-1472): Discípulo de Brunelleschi, destaca por el Palacio Medici-Riccardi, una obra emblemática del Renacimiento.
Leon Battista Alberti (1406-1472): Es el gran arquitecto teórico, conocedor de las matemáticas, la geometría y los textos de Vitruvio, y defensor del trabajo intelectual del arquitecto, como dibujante de planos e inventor de maquetas. Su obra más importante es la Basílica de San Andrés de Mantua.
Giuliano Sangallo (1445-1516): Gran conocedor de la obra de los arquitectos anteriores y de la Roma clásica. Es el autor de la primera villa renacentista, la Villa Medici, donde existen elementos que nos recuerdan a la antigüedad clásica.
Escultura del Quattrocento (Siglo XV)
Lorenzo Ghiberti (1378-1455): Su trabajo en las puertas del Baptisterio de Florencia le hizo ganar el concurso a Brunelleschi con el tema del Sacrificio de Isaac. Sus personajes se mueven cómodamente en amplios espacios naturales y ampulosos marcos arquitectónicos, demostrando un dominio del stiacciato.
Donatello (1386-1466): Es el escultor más importante y representativo del siglo XV. Trabajó en el taller de Ghiberti, estudió profundamente el cuerpo humano y su evolución a lo largo de diferentes edades, desde la juventud a la vejez. Considera al ser humano como razón de ser del universo. Sus cualidades son el dominio que ejerció sobre todas las técnicas y materiales, la profundidad psicológica con que expresa los sentimientos humanos, y su imaginación creadora para definir la tumba, el púlpito, la cantoría, el altar y el monumento ecuestre en el Renacimiento. Obra a destacar: el San Jorge.
Jacopo della Quercia (1371-1438): Gran dominio de los relieves de la antigüedad. Destaca la Fonte Gaia, en la que las titánicas y musculosas figuras masculinas se mezclan con mujeres de formas rotundas y voluminosas, una obra que influirá en Miguel Ángel.
Verrocchio: Gran escultor en bronce y maestro de Leonardo. Ejemplos son el David y la estatua ecuestre del Condottiero Colleoni, que destacan por la expresividad de las cabezas.
Pintura del Quattrocento (Continuación – Maestros Italianos)
Fray Angélico (1418-1455): En su obra perviven elementos góticos, como los dorados o la forma de concebir la arquitectura, pero su nitidez en el dibujo y la individualización de los personajes le acercan al nuevo estilo. Destacamos La Anunciación.
Masaccio (1401-1428): Es el primer gran pintor del momento, ya que con él el cuerpo deja de ser una silueta plana para convertirse en masa, volumen, cuerpo sólido y contundente, influenciado por el arte de Giotto.
Paolo Uccello (1390-1457): Obsesionado por la representación del espacio y los escorzos, posee un gran dominio de la perspectiva, como se puede apreciar en La Batalla de San Romano.
Andrea del Castagno: Destaca por su estilo recio y escultórico, de una monumentalidad dura. En La Última Cena intenta vincular espacio real y espacio pictórico, creando un gran escenario teatral.
Piero della Francesca (1416-1492): Nació en Umbría, preocupándose por conjugar en sus obras espacio y forma, y por la captación de la perspectiva. Consiguió armonizar lo científico y la claridad intelectual. Sus figuras son rotundas, serenas y muy escultóricas, y la luz colabora en la construcción de sólidos volúmenes de los personajes, funcionando como elemento expresivo y simbólico.
Fra Filippo Lippi: Es recordado por sus imágenes dulces, serenas y angelicales de sus Madonnas, como en La Coronación de la Virgen.
Ghirlandaio (1449-1494): Gran retratista de la burguesía con la habilidad de captar la psicología de los personajes. En su obra Anciano con Nieto no hay ningún elemento idealizante, uniendo la ternura con la espontaneidad.
Sandro Botticelli (1445-1510): Es el mejor exponente de este momento. Dibujante exquisito, refinado y nervioso, sus pinturas mitológicas de líneas ondulantes y contornos precisos son alegorías morales sobre la educación del joven bajo el signo de Venus, encarnación del ideal humanista. En sus obras se reflejan los rasgos del momento: estudios de perspectiva, composiciones con muchos personajes, reminiscencias arquitectónicas de la antigüedad; pero le distingue el fino dibujo de las figuras y el movimiento que les imprime, pues parecen danzar.
Perugino: Maestro de Rafael, conocido por sus composiciones en espacios abiertos, equilibradas y con figuras lánguidas y suaves. Ej. La Entrega de las Llaves.
Luca Signorelli: Con su estilo fantástico de fuertes torsiones y movimientos bruscos, fue uno de los referentes de Miguel Ángel.
Andrea Mantegna (1431-1506): Uno de los grandes dibujantes de la historia de la pintura. Sus cuadros están realizados desde puntos de vista bajos (contrapicados), para que los personajes parezcan más grandes, como si estuvieran “labrados en piedra”.
Los hermanos Bellini (Giovanni y Gentile): Destacan por ser muy detallistas (influencia flamenca), debido a la influencia de la burguesía mercantil mediterránea, y por su magistral uso de la luz y del color.
El Alto Renacimiento y el Manierismo (Siglo XVI)
Escultura del Cinquecento
Miguel Ángel (1475-1564): Es la figura central de la escultura en el siglo XVI en Italia, y su influencia en este campo fue realmente grande. Cultivó la arquitectura, la pintura, la escultura y la poesía, con idealismo, genialidad y rebeldía. La escultura fue la disciplina en la que más sobresalió y la que marcó su forma de entender el resto de las manifestaciones artísticas. Nació en Florencia, formándose en el entorno de los Médici, familia con la que convivió hasta la muerte de Lorenzo de Médici. Miguel Ángel estuvo muy cerca del pensamiento neoplatónico que se difundió con fuerza durante todo el Renacimiento. Utiliza casi siempre el blanco y compacto mármol de Carrara.
Benvenuto Cellini (1500-1571): Aprendió el arte de la escultura y de la orfebrería en talleres de Florencia y Pisa, hasta que decidió abrir el suyo en Roma. Trabajó como orfebre en París para el rey Francisco I, para quien realizó una de las más bellas piezas de la orfebrería renacentista: el Salero de Francisco I.
Giambologna (1529-1608): Encaja dentro de los parámetros de la escultura manierista, tal y como lo demuestra en El Rapto de la Sabina (1574), grupo escultórico en el que emplea la línea serpentinata y el dinamismo de las figuras que se alzan, unas sobre otras, dando la sensación de que se van a desmoronar de un momento a otro.
Pintura del Cinquecento: Maestros del Alto Renacimiento
Leonardo da Vinci (1452-1519): Nace en Florencia en el seno de una familia acomodada. Sus contadas obras de arte muestran a un hombre excepcional, igualmente dotado para la creación estética que para la ciencia. Para él, la pintura es la unión del ser humano con la naturaleza que lo rodea, que es la ‘esencia del alma’. De ahí el carácter de quietud y armonía entre los personajes y el contorno que transpiran sus obras.
Rafael Sanzio (1483-1520): Nació en Urbino y desde que era niño demostró grandes aptitudes para la pintura, empezando a los 11 años en el taller de Perugino. Al independizarse, se marcha a Florencia y entra en contacto con las obras de Leonardo y Miguel Ángel. De este modo, sintetiza diversas influencias creando un estilo personal y único, paradigma absoluto del clasicismo. Destaca Los Desposorios de la Virgen.
Pintura del Cinquecento: La Escuela Veneciana
Giorgione (1477-1510): Veneciano, fue discípulo de los Bellini, y es el autor que establece la unión entre el Quattrocento y el Cinquecento en Venecia. Sustituyó la minuciosidad de los Bellini por una pintura más suelta en la que el color desempeña un papel mucho más importante. Destaca La Tempestad.
Tiziano (1487-1576): Es el retratista por excelencia de la escuela veneciana y su fama sobrepasó fronteras, como se puede apreciar en el Retrato ecuestre de Carlos V en la Batalla de Mühlberg.
Paolo Veronese (1528-1588): Es el pintor del lujo. Sus escenas se desarrollan en palacios de mármol, con columnas y balaustradas de inspiración en las obras de Palladio, jardines y fuentes; sus figuras se envuelven en ropajes lujosos.
Tintoretto (1518-1594): Trasluce ya la crisis de los ideales renacentistas en sus composiciones manieristas. Maestro de las luces violentas, de los contrastes de luz y de sombra, de los escorzos y anatomías fuertes (al estilo de Miguel Ángel), del movimiento tenso e inestable, y de la profundidad obtenida mediante la alternancia de zonas de diferente intensidad lumínica, anticipa los valores del Barroco.
Pintura del Cinquecento: El Manierismo
Correggio: Es un fiel seguidor de la pintura de Rafael y de su estilo clásico y sereno; de Leonardo aprende la técnica del sfumato. Decoró las cúpulas de San Pablo de Parma, que tuvieron tal éxito que fue reclamado tiempo después para decorar la iglesia de San Juan Evangelista.
Parmigianino: Destaca por la tremenda estilización a la que somete la figura humana; se dice que le gustaba observar las deformaciones que sufren los objetos al ser vistos a través de diferentes lentes. Su obra más conocida es la Madonna del cuello largo (Madonna del collo lungo).
Bronzino: Discípulo de Pontormo, fue retratista de la familia de Cosme de Médici y de las gentes de su tiempo, cuyos espíritus fue capaz de captar a través de sus rostros. Destaca su obra Venus, Cupido, la Locura y el Tiempo.
Jacopo Pontormo: Sobresale en Florencia como pintor influido por Miguel Ángel y Leonardo. Fue un gran conocedor de la anatomía humana, que distorsiona y alarga hasta extremos insospechados, y del dibujo.