El Arte Gótico en España: Arquitectura, Escultura y la Revolución de Giotto

El Gótico Español: Arquitectura y Evolución Regional

En el gótico español no se generalizan las excesivas alturas ni los ventanales inmensos de nuestros vecinos europeos. Tampoco en las dimensiones de la planta y alzados de los edificios se pueden comparar. La arquitectura gótica española se caracteriza por una menor altura y de dimensiones más pequeñas, si la comparamos con las edificaciones europeas.

Esta característica es más acusada en Cataluña, Valencia y Baleares, donde la línea predominante es la horizontal.

1. Reino de Castilla y León

En esta región destacan construcciones emblemáticas:

  • Catedral de León: Iniciada en el siglo XIII, posee un impresionante conjunto de vidrieras de ricos colores: azules, rojos, verdes, ocres y amarillos.
  • Catedral de Burgos: Comparada con las francesas, le falta altura.
  • Catedral de Toledo: Se caracteriza por su poca altura y gran anchura.

2. Corona de Aragón: Cataluña y Baleares

En estos territorios se busca más la horizontalidad que la verticalidad. Apenas hay diferencia de altura entre las naves, lo que permite prescindir de los arbotantes, aunque no de los contrafuertes. Entre los contrafuertes se establecen capillas laterales; de esta manera, los contrafuertes no suelen asomar al exterior y los muros resultan lisos. Las ventanas son esbeltas y muy pequeñas. Destacan la Catedral de Barcelona y la Catedral de Palma de Mallorca.

El Siglo XV: El Gótico Flamígero y el Estilo Hispano-Flamenco

En la arquitectura gótica española del siglo XV, los avances no son técnicos sino estilísticos y decorativos. La renovación de la arquitectura gótica que se había realizado en el siglo anterior dará como consecuencia el denominado «estilo hispano-flamenco» o gótico flamígero. Es el resultado de la fusión del gótico de caracteres flamencos con la tradición del arte hispanomusulmán.

Técnicamente, este estilo se va a caracterizar por:

  • La complicación infinita de las nervaduras en las bóvedas.
  • La utilización de todo tipo de arcos: carpanel, conopial, escarzano o mixtilíneo.

En este siglo, el arte gótico alcanza su plenitud, tanto en las construcciones religiosas como en las civiles, en buena medida suscitado por la influencia que proviene de los Países Bajos. Las catedrales de Sevilla, Salamanca y Segovia serán los últimos grandes ejemplos del gótico español. Todas ellas son de grandes dimensiones, más espaciosas e iluminadas. Sin embargo, continúa el predominio de la horizontalidad, disimulada en el exterior por la abundancia de pináculos, como se observa en la Catedral de Sevilla.

La Escultura Gótica: Hacia el Naturalismo

En el siglo XIII, la escultura sigue ligada al marco arquitectónico, principalmente en las grandes portadas. Pero se constata una evolución hacia un mayor naturalismo: la escultura comienza a liberarse del marco arquitectónico y gana movimiento. Se aprecia un mayor volumen y se abre paso una mayor riqueza gestual, destacando la utilización de una sonrisa medio esbozada.

Este naturalismo se consigue rechazando la esquematización geométrica propia de la escultura románica, optando por figuras más proporcionadas. También encontramos una imaginería simbólica típica del pensamiento bajomedieval que alude a lo sobrenatural y fantástico: seres fabulosos y diablerías que se hacen patentes en las gárgolas y remates de la catedral.

La Portada: Espacio Didáctico

La portada sigue siendo el lugar preferente para colocar la escultura. La temática varía, aunque sigue adoptando una intención didáctica:

  • En el tímpano suele situarse el Juicio Final o Cristo triunfante; a veces aparece la Virgen.
  • En las arquivoltas se representan los coros de ángeles o los ancianos del Apocalipsis.
  • En las jambas, los santos aparecen bajo doseletes que coronan las figuras.

En general, las figuras se alargan y se perfeccionan técnicamente. En lugar del Pantocrátor severo del románico, aparece un Cristo más humano o una Virgen con el Niño sonriente.

Pintura Gótica: Giotto y los Primitivos Flamencos

La utilización de las vidrieras contribuye a la desaparición de la pintura mural en el interior de las iglesias. La pintura se desarrolla sobre tabla, dando lugar a la aparición de los retablos.

El Trecento (Siglo XIV): La Revolución de Giotto

El pintor más representativo es Giotto, perteneciente a la escuela florentina, quien representa una auténtica revolución en la historia de la pintura. Es el iniciador de la pintura moderna, ya que su objetivo es construir el espacio a través de la razón. Rompe con el estilo bizantino (fondos dorados y figuras planas) y realiza una pintura más naturalista.

Giotto es un pintor preocupado por la técnica y sus características principales son:

  • Construcción del espacio: Intenta crear una perspectiva lineal a través de gradaciones de colores dispuestas en función de la luz, utilizando el sombreado y paisajes rurales o urbanos esquemáticos.
  • Personajes: Sus figuras son enormes, estables y poseen expresividad a través de los gestos. Es un pintor racional que busca el naturalismo.
  • Volumen: Sus trazos son robustos y sus volúmenes sólidos, con una sensación de masa que acrecienta su expresionismo y vigor. Sus formas son macizas y escultóricas.
  • Dibujo y Luz: El dibujo es fundamental y la luz modela las figuras, convirtiéndose en un elemento esencial.
  • Color: Utiliza colores claros y vivos, dominando el azul en el fondo.
  • Dramatismo: Logra una interrelación psicológica a través de miradas penetrantes.

La evolución de su obra se puede seguir a través de los frescos de la Basílica de San Francisco de Asís, los de la Capilla Scrovegni en Padua (vida de la Virgen) y los de la Capilla Bardi en Santa Croce.