Fundamentos de los Géneros Literarios y la Tradición Medieval Hispánica

I. Clasificación y Subgéneros Literarios

1. Definición del Género Épico o Narrativo y sus Subgéneros

El género épico o narrativo se caracteriza por relatar en prosa las hazañas míticas de diversos héroes. Un ejemplo representativo es Os Lusíadas (1572), obra del autor portugués Luis de Camões. Entre sus subgéneros, se encuentra en primer lugar la epopeya, un poema extenso propio de la Antigüedad que relata gestas heroicas. Entre las más conocidas figuran la Ilíada y la Odisea, atribuidas al poeta griego Homero, así como la Eneida, escrita por el latino Virgilio.

También pertenece a este género el cantar de gesta, composición épica medieval que exalta a un héroe particular; ejemplos notables son el Cantar de mio Cid y el Cantar de Roldán. Finalmente, los romances constituyen poemas de tradición popular derivados de los cantares de gesta. Tratan temas diversos y comenzaron a difundirse en España a partir del siglo XV.

2. Subgéneros Narrativos y su Definición

El género narrativo reúne aquellas obras escritas en prosa que cuentan acontecimientos vividos por distintos personajes a lo largo del tiempo. Dentro de él se distinguen cinco subgéneros principales:

  • La novela: un relato amplio en prosa cuyo origen en Occidente suele situarse con El Quijote.
  • El cuento: una narración breve que adquirió gran relevancia durante el siglo XX. Cuando este tipo de relato busca transmitir una enseñanza o moraleja, recibe el nombre de apólogo.
  • La novela corta: cuya extensión se sitúa entre la del cuento y la novela tradicional.
  • La leyenda: narración basada en hechos históricos a los que se incorpora un componente maravilloso o extraordinario.
  • El microrrelato: caracterizado por su extrema brevedad, suele ocupar menos de veinte líneas.

3. Elementos de un Texto Dramático

Los elementos esenciales de un texto dramático son:

  • Actos: Son las divisiones principales de una obra teatral y se marcan con la subida y bajada del telón, entre las cuales suele haber un descanso. Cada acto desarrolla un tema distinto y normalmente implica cambios de espacio y tiempo, lo que requiere variar la escenografía. En el Siglo de Oro, estos actos se llamaban jornadas.
  • Cuadros: A veces los actos se subdividen en cuadros, diferenciados por cambios de escenografía sin cerrar el telón.
  • Escenas: Se sitúan dentro de los cuadros y cambian según entren o salgan los personajes, permitiendo que la acción avance.
  • Diálogo: Es el rasgo esencial del teatro, aunque también aparecen monólogos, donde solo habla un actor.
  • Acotaciones: Ofrecen instrucciones del autor sobre cómo debe desarrollarse la representación (movimientos, vestuario, tono).
  • Apartes: Son intervenciones dirigidas al público para revelar pensamientos o información que los demás personajes no escuchan.

4. Subgéneros Didácticos y Características del Ensayo

Los subgéneros didácticos son cuatro:

  1. La fábula: un relato breve, en verso o en prosa, de intención moralizadora cuyos protagonistas suelen ser animales.
  2. La epístola: adopta la forma de una carta y puede estar escrita en prosa o en verso.
  3. El diálogo: presenta a varios personajes intercambiando ideas con finalidad instructiva; alcanzó su mayor desarrollo en el siglo XVI.
  4. El ensayo: es un texto en prosa que analiza un tema desde una perspectiva personal, con el propósito de suscitar reflexión y debatir una o varias tesis. Se trata de una obra argumentativa en la que el autor expone sus razonamientos para influir en el lector. Su estructura —introducción, desarrollo y conclusión— suele mantenerse estable.

II. La Edad Media: Contexto y Literatura

5. Contexto Social y Cultural de la Edad Media

La Edad Media abarca el extenso periodo comprendido entre la caída del Imperio romano en 476 y el descubrimiento de América en 1492. En la península ibérica tuvieron lugar las invasiones visigoda (siglo V) y árabe (711), hechos que dieron origen al proceso histórico conocido como la Reconquista.

Ámbito Cultural: La Iglesia desempeñó un papel fundamental gracias a los monasterios y a los monjes copistas, responsables de conservar y difundir el saber. Además, el Camino de Santiago se convirtió en una vía de contacto cultural entre la península y el resto de Europa.

Organización Social: La sociedad medieval se organizaba en tres estamentos:

  1. La nobleza, integrada por los señores feudales.
  2. El clero, compuesto por monjes y clérigos.
  3. El pueblo llano, formado principalmente por campesinos.

Con el tiempo, en las ciudades surgió un nuevo grupo social en ascenso: comerciantes y artesanos.

6. Cauces de Transmisión Cultural en la Edad Media

Durante la Edad Media, la cultura se transmitía por diversos cauces:

  • La Iglesia y los Monasterios: Los monjes copistas reproducían en códices las obras de la Antigüedad y las custodiaban, preservando el saber.
  • El Camino de Santiago: Contribuyó a la difusión de conocimientos al propiciar el contacto cultural entre la península y el resto de Europa.
  • Las Universidades: Centros donde se desarrolló la actividad intelectual y la formación religiosa, literaria y científica.
  • La Escuela de Traductores de Toledo: Un foco destacado donde numerosos textos clásicos en hebreo y árabe fueron vertidos al latín, facilitando su conservación y estudio.

7. Rasgos Principales de la Literatura Medieval

La literatura de la Edad Media se distingue por las siguientes características:

  • Teocentrismo y Espiritualidad: La vida y el pensamiento giraban en torno a Dios, manifestándose en escritos que promueven valores cristianos.
  • Intención Didáctica: Muchas obras buscaban transmitir enseñanzas morales o religiosas.
  • Separación Popular y Culta: Existía una clara división entre la literatura de carácter popular (romances, cantares de gesta) y la literatura culta, elaborada por miembros del clero en lengua latina (hagiografías, textos teológicos).
  • Variedad de Influencias: Se combinaron aportes del mundo grecorromano, oriental y germánico.
  • Realismo: Visible sobre todo en las descripciones de la vida diaria y de los conflictos humanos.
  • Representación Contradictoria de la Mujer: Algunas obras la idealizan como modelo de virtud, mientras que otras la presentan como objeto de deseo o símbolo del pecado.

III. Lírica y Épica Medieval Hispánica

8. Fenómenos Poéticos de la Lírica Popular (Siglos XI-XV)

Entre los siglos XI y XV, la lírica de tradición popular se manifestó a través de distintas formas poéticas que transmitían emociones personales mediante un lenguaje sencillo:

  • Jarchas: Redactadas en mozárabe y añadidas al final de las moaxajas. Son breves poemas en los que una voz femenina expresa sentimientos, sobre todo amorosos, dirigidos con frecuencia a su madre o a sus amigas. Constituyen los primeros testimonios conocidos de la lírica en la península.
  • Cantigas de Amigo Galaicoportuguesas: Piezas cantadas en las que una mujer, con un tono emocional y directo, manifiesta la espera, el deseo o la tristeza por la ausencia del ser amado, recurriendo muchas veces a la naturaleza como símbolo de sus emociones.
  • Villancicos Castellanos: Nacidos dentro del repertorio lírico popular, pasaron a formar parte de la literatura escrita sin perder su esencia colectiva y espontánea, procedente de los cantos campesinos.

9. Definición y Características de los Villancicos Castellanos

Los villancicos castellanos son piezas tradicionales de carácter poético y musical que se distinguen por transmitir emociones con un tono lírico, reflejando la sensibilidad y las costumbres del pueblo. Sus características principales son:

  • Simbolismo: Suelen incorporar símbolos que enriquecen el mensaje, a menudo vinculado con la espiritualidad, el entorno natural o las experiencias cotidianas.
  • Brevedad y Sencillez: Son composiciones ágiles, lo que facilita su recuerdo y difusión.
  • Naturaleza Oral y Musicalidad: Presentan melodías fáciles de seguir y repetitivas que favorecen la conexión afectiva.
  • Función Colectiva: Si bien nacieron en ámbitos festivos y religiosos, continúan sirviendo como medio de unión y expresión colectiva a través del canto.

10. Características de la Épica Castellana

La épica castellana es una forma de narración que nació y se transmitió principalmente por vía oral, pensada para ser recitada o cantada por juglares. Sus rasgos distintivos son:

  • Carácter Oral y Colectivo: Sus composiciones, resultado de un proceso colectivo, suelen carecer de autor identificado porque fueron transformadas con frecuencia por quienes las interpretaban.
  • Héroes y Valores: Los relatos presentan héroes guerreros, jefes o caballeros que representan valores esenciales de la Edad Media, como la honra, la lealtad o el valor.
  • Realismo Histórico: A diferencia de otras tradiciones épicas europeas repletas de elementos maravillosos, la épica castellana se caracteriza por su realismo: incorpora sucesos vinculados a la historia y a la vida cotidiana, dejando muy poco espacio para lo sobrenatural.

El Cantar de Mio Cid es su obra más destacada, consolidándose como pieza clave de la literatura española.

11. Estructura y Contenido del Cantar de Mio Cid

El Cantar de Mio Cid está organizado en tres secciones principales:

  1. Cantar del Destierro: Se relata cómo Rodrigo Díaz de Vivar es expulsado de Castilla por orden de Alfonso VI debido a falsas acusaciones, y cómo, pese a ello, consigue triunfos militares que aumentan su prestigio y sus bienes.
  2. Cantar de las Bodas: Aborda el enlace de sus hijas con los infantes de Carrión, quienes, lejos de actuar con nobleza, terminan ultrajándolas y dejando en evidencia su cobardía.
  3. Cantar de la Afrenta de Corpes: Se presenta la respuesta del Cid: exige justicia, enfrenta a los infantes y restaura el honor perdido.

A lo largo de todo el poema destacan valores fundamentales de la sociedad medieval como la honra, la fidelidad y la defensa de la justicia.

IV. El Mester de Clerecía y la Prosa Didáctica

12. Mester de Clerecía: Definición y Características

Se denomina mester de clerecía —o “oficio de clérigos y hombres instruidos”— a una corriente de poesía narrativa culta, escrita y de carácter literario que florece entre los siglos XIII y XIV. Sus características son:

  • Autoría Culta: Composiciones pensadas para ser leídas en voz alta y redactadas en lenguas romances por autores formados.
  • Propósito Didáctico: Transmitir enseñanzas religiosas, morales y doctrinales, promoviendo la fe cristiana.
  • Fuentes Eruditas: Los temas proceden de fuentes cultas (didácticas, religiosas) y no de la imaginación espontánea.
  • Métrica: La forma métrica característica es la cuaderna vía, estrofa de cuatro versos alejandrinos con cesura y rima consonante única.
  • Lenguaje: Emplea un lenguaje cuidado y selecto, con frecuentes latinismos y recursos retóricos.

13. El Mester de Clerecía en el Siglo XIII: Gonzalo de Berceo

En el siglo XIII, las obras del mester de clerecía se ajustan con firmeza a la cuaderna vía y abordan relatos religiosos, históricos, épicos y novelescos. Aunque muchas composiciones son anónimas, destaca la figura de Gonzalo de Berceo, primer poeta castellano conocido por su nombre.

Clérigo de profesión, Berceo compuso poemas de intención moral, religiosa y didáctica. Entre sus obras sobresale Los Milagros de Nuestra Señora, colección de veinticinco relatos en los que la Virgen interviene para recompensar la devoción, salvar almas o ayudar a los creyentes. Para llegar a todo tipo de público, Berceo recurre a un estilo claro, cercano y coloquial.

14. El Mester de Clerecía en el Siglo XIV: El Arcipreste de Hita

Durante el siglo XIV, el mester de clerecía atraviesa un proceso de cambio que anticipa la renovación del siglo XV. La literatura se orienta hacia lo realista y lo satírico, y se flexibiliza la expresión poética.

En este contexto surge Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, autor del Libro de Buen Amor (c. 1330), una de las obras fundamentales del siglo XIV. En ella se narra, en clave de autobiografía ficticia, una serie de intentos amorosos fallidos del narrador con distintas mujeres. Además, en la obra conviven múltiples géneros medievales: cuentos, pasajes líricos, episodios cómicos, consejos amorosos y digresiones diversas.

15. El Libro de Buen Amor: Temas, Estilo y Finalidad

Juan Ruiz despliega en El Libro de Buen Amor una extraordinaria variedad temática y formal. Su estilo combina el uso de abundantes recursos retóricos con expresiones populares y un dominio notable del diálogo.

Esa diversidad procede de múltiples tradiciones literarias: textos bíblicos y cristianos medievales, fuentes latinas clásicas y medievales, poesía goliardesca, elementos juglarescos e incluso influencias árabes.

En cuanto a la intención, el autor pretende advertir sobre los peligros del “amor loco” frente a un amor más sensato y verdadero. Utiliza un tono vivo, cercano y humorístico para instruir y entretener simultáneamente. Sin embargo, la obra presenta pasajes ambiguos o contradictorios que invitan al lector a reflexionar y buscar sentidos más profundos.

16. Prosa Medieval en los Siglos XIII y XIV: La Prosa Didáctica y los Apólogos

Hasta el siglo XIII, la literatura didáctica se componía principalmente en verso. Con el impulso de la Escuela de Traductores de Toledo, la prosa adquiere un papel narrativo cada vez más relevante. En la primera mitad del siglo XIV, gracias a la labor del infante don Juan Manuel, el exemplo o apólogo —relato breve con finalidad moral y escrito normalmente con una moraleja explícita— alcanza su máximo desarrollo.

No obstante, las primeras colecciones de apólogos en castellano fueron Calila e Dimna (1251) y Sendebar (1253), ambas de origen indio. La primera, traducida por orden de Alfonso X, reúne quince relatos protagonizados por animales y personajes humanos. Sendebar, por su parte, contiene veintitrés cuentos enlazados por una historia marco y constituye el inicio de la tradición misógina en la literatura medieval hispánica.

17. Don Juan Manuel y El conde Lucanor

Don Juan Manuel es considerado el primer escritor en lengua castellana que mostró una clara conciencia de autor. Se preocupó por conservar sus obras, darles una forma cuidada y dejar constancia de su nombre. Su obra más importante es El conde Lucanor, que está formada por un prólogo y cincuenta y un relatos de carácter moral y didáctico.

Cada uno de estos relatos, llamados ejemplos, sigue siempre la misma estructura:

  1. El conde Lucanor plantea un problema o situación que le preocupa a su consejero Patronio y pide consejo.
  2. Para ayudarlo, Patronio cuenta una historia que sirve como ejemplo.
  3. Al terminar el cuento, Patronio explica la enseñanza que se obtiene de él.
  4. El conde acepta el consejo y decide aplicarlo.
  5. Finalmente, el propio Don Juan Manuel resume la moraleja en dos versos que cierran el ejemplo.