El Esperpento a través de Max Estrella y Don Latino en Luces de Bohemia

Los personajes en Luces de Bohemia

En Luces de Bohemia aparecen más de 50 personajes. Valle-Inclán los define así: «son enanos o patizambos que juegan a una tragedia». En la obra se mezclan distintos tipos de figuras:

  • Personajes reales: como Maura o Rubén Darío.
  • Personajes ficticios: como el Marqués de Bradomín.
  • Personajes ficticios inspirados en la realidad: como el ministro, Dorio de Gádex o Zaratustra.
  • Personajes protagonistas: como Max Estrella y su acompañante, don Latino, que, aunque ficticios, están fuertemente inspirados en figuras reales.

Todos ellos pertenecen a distintas clases y estamentos sociales, pero están estrechamente ligados con la muerte.

Max Estrella: El Héroe Trágico del Esperpento

Max Estrella es el personaje principal de la obra.

Prosopografía: El retrato físico

La prosopografía de Max aparece claramente en las acotaciones de la primera escena. Vemos a un hombre ciego que, paradójicamente, es el más clarividente para retratar la decadente sociedad en la que vive. Su barba blanca a mechones recuerda al propio Valle-Inclán. Es un hombre elegante, con cierto aire aristocrático —«cabeza clásica de Hermes»— que, a pesar de su edad y precaria condición económica, deducimos que en algún tiempo pasado no estuvo en esta situación, porque lleva capa: «saca el brazo por entre los pliegues de su capa».

Cuando empieza su viacrucis por el Madrid decadente acompañado de don Latino, comienza su transformación. En la taberna de Pisa-bien, vemos cómo la enfermedad y el alcohol hacen mella en él: «tosió cavernoso, con las barbas estremecidas y en los ojos ciegos un vidriado triste, de alcohol y fiebre». Al salir de la taberna, lo hacen «tambaleándose asidos del brazo». Max está cansado y con frío, y acaba siendo detenido por la patrulla ecuestre. Su deterioro físico continúa cuando va a ver al alto funcionario: «aparece en la puerta pálido…». Al salir del Ministerio e ir con don Latino al Café de Madrid, vuelve a revivir, casi presagiando su dramático final. Este comienza cuando se sienta en un portal e inicia la transformación de su gesto, reflejo de la esperpentización de su miserable vida. Tiene alucinaciones de su entierro, pide que le dejen morir en paz y don Latino lo abandona en el portal de su casa.

Etopeya: El retrato moral y psicológico

La etopeya de Max se va desgranando en cada diálogo y en cada reflexión. Posee un vocabulario preciso que puede llegar a ser refinado («no conozco a esa dama») o histórico («¿qué rumbo consagramos?»), y también es capaz de demostrar mal genio («¡iros al diablo!», «¡Vete al infierno!»).

Todos conocían su talento como hombre de letras. Don Gay le dice que él era el indicado para fundar la Iglesia del Esperpento. Max demuestra cierta soberbia y orgullo del que se sabe superior intelectualmente. Era un excelente escritor, pero en esa época eso no estaba valorado y solo mandaba el dinero. Es demasiado generoso, lo que su mujer le recrimina, e incluso se gasta el dinero que le dan por la capa en una cena con Rubén Darío. La actitud que adopta en la celda denota cansancio y tristeza. Demuestra una clara conciencia social que va denunciando a través de un lenguaje ácido y corrosivo contra aquellos que tienen el poder. Para él, la única forma de salvarse es suicidarse.

El paralelismo con Alejandro Sawa

Las similitudes entre Max Estrella y el escritor real Alejandro Sawa son numerosas. Ambos vivieron en París, se casaron con una francesa, tuvieron una hija, trabajaron y fueron despedidos de editoriales y periódicos, se volvieron alcohólicos y se quedaron ciegos.

Don Latino de Hispalis: La Sombra del Héroe

Don Latino de Hispalis es el personaje contrario y, a la vez, complementario de Max Estrella. Se caracteriza por ser un personaje plano que no evoluciona ni realiza ningún cambio a lo largo de la obra.

Prosopografía

Su descripción física aparece en las acotaciones desde el principio («entra un vejete asmático…») hasta el final («se sopla los dedos…»). También se le describe en el velatorio: «se tambalea en la puerta, con el cartapacio de las revistas…». En definitiva, es viejo, enfermo crónico, corto de vista, lleva anteojos, va encorvado, es un borracho que camina tambaleándose y va mal vestido.

Etopeya

Actúa como el lazarillo de Max Estrella, pero es bastante menos noble. Llama la atención el desprecio y la falta de confianza que despierta en Claudinita. Sus rasgos definitorios son:

  • Borracho y mala influencia.
  • Cobarde, mentiroso, cínico y estafador (como demuestra cuando va a hablar con Zaratustra).
  • Admira a Max por su lucidez y su cultura («es el primer poeta de España»), pero le aclara que, aunque tiene talento, «no has tenido el talento de saber vivir bien».
  • Materialista y práctico, al contrario que Max. Sus intervenciones son cortas.
  • Egoísta y mezquino: cuando salen de la taberna, se lleva a Max a otro lugar sin importarle que tenga frío.
  • No le gusta Rubén Darío, ni como persona ni sus versos.
  • Es realista y mira por lo suyo. No tiene conciencia ni reparos en irse con la Vieja Pintada y le gusta mirarse en los espejos cóncavos de la calle del Gato.
  • Carece de buenos modales y no se enfrenta a las situaciones cuando se complican.
  • No tiene reparos en robarle la cartera a un Max moribundo y se presenta borracho en el velatorio.

Finaliza la obra proclamando que «el mundo es un esperpento».

Conclusión: Dos Caras de la Bohemia

En conclusión, Max y don Latino son dos personajes arquetípicos de la bohemia, y ambos pueden considerarse un desdoblamiento del propio Alejandro Sawa. Don Latino representa la bohemia ya decadente, mísera, rastrera y vendida a la necesidad. Por su parte, Max intenta mantener la dignidad con cierto orgullo y soberbia. Don Latino, directamente, es un golfo arribista, un parásito mezquino y aprovechado que solo mira por sí mismo, engañando a su amigo desde el principio.