B. El Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)
La elección del monarca fue complicada, en parte por la influencia de la Guerra Franco-Prusiana. Además, los candidatos rechazaban el puesto o eran rechazados por las Cortes. Finalmente, se elige a Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia, lo que le otorgó prestigio. Contó con el apoyo de los constitucionalistas y de los radicales, tanto de la derecha como de la izquierda.
Problemas del Reinado de Amadeo I
- Constantes cambios de gobierno entre Serrano, Sagasta y Ruiz Zorrilla, junto con una profunda inestabilidad socioeconómica.
- Tuvo la oposición de los republicanos, de los carlistas (que buscaban coronar a Carlos VII) y de los alfonsinos (que apoyaban al futuro Alfonso XII).
- Prim, su principal valedor, fue asesinado el 27 de diciembre de 1870, lo que provocó una división inmediata entre progresistas, unionistas y demócratas.
Su reinado terminó cuando Cánovas intensificó las gestiones para el regreso de los Borbones. Además, gran parte del ejército rechazaba a Amadeo I y a sus colaboradores. El 11 de febrero de 1873, Amadeo I abdica y regresa a su Ducado de Aosta. El Congreso y el Senado, en sesión conjunta, proclaman la I República. Los alfonsinos votaron a favor de esta proclamación para ganar tiempo y preparar adecuadamente la llegada de Alfonso XII.
C. La I República (1873-1874)
Origen del Republicanismo en España
El republicanismo surge con la escisión del Partido Progresista en 1837, consolidada durante la Regencia de Espartero (1840-1843). Sus principios básicos eran:
- El sufragio universal masculino.
- Cortes unicamerales.
- Oposición al centralismo.
El movimiento aglutinó las inquietudes de obreros, campesinos y clases populares hasta la formación de partidos obreristas. Otros objetivos eran la mejora educativa y la corrección de los desequilibrios sociales. Dentro del republicanismo existían dos grupos esenciales: los unionistas (partidarios de una república centralizada) y los federalistas (partidarios de una república federal).
Etapas de la República
El contexto inicial era hostil, marcado por problemas en la Hacienda Pública, un ejército con mayoría monárquica y dos conflictos bélicos activos: la III Guerra Carlista y el Movimiento Independentista en Cuba. Además, existía una fuerte oposición del resto de partidos y una división interna entre unitarios y federalistas.
1. La República Federal y el Movimiento Cantonalista
Estanislao Figueras (11/02/1873 – 10/06/1873)
Tuvo una doble oposición: de los radicales (partidarios de la república unitaria) y de los federalistas, que querían imponer el federalismo a través de la revolución. La inestabilidad resultante dio lugar a la convocatoria de elecciones, con el triunfo de los federales.
Francisco Pi y Margall (11/06/1873 – 18/07/1873)
Buscó la organización del Estado en 15 estados federales más Cuba y Puerto Rico. Durante su mandato se produjeron importantes reformas:
- Abolición de la esclavitud en Cuba.
- Toma de control del ejército.
- Separación Iglesia-Estado.
- Reforma agrícola, mejorando las condiciones de los jornaleros.
- Enseñanza libre y obligatoria.
- Regulación del trabajo infantil.
Proyectó la Constitución de 1873 (que no llegó a proclamarse). Los dos graves problemas que enfrentó fueron:
La III Guerra Carlista (1872-1876)
Desde la abdicación de Amadeo I y ante la debilidad de la República, los carlistas se hicieron fuertes en Cataluña, País Vasco y Navarra. Crearon un gobierno con sede en Estella (Navarra). Serían derrotados definitivamente en 1876 por Martínez Campos.
El Cantonalismo
Fue un movimiento popular contra la uniformidad y el centralismo. Los ayuntamientos crearon Comités de Salvación coordinados por republicanos radicales y obreros, que vieron la ocasión de aplicar sus ideales de justicia y reparto de la riqueza. Desde el 12 de julio, ciudades como Málaga, Castellón y Cartagena se autoproclamaron estados federales (cantones). En Andalucía tuvo una gran repercusión en Sevilla, Cádiz, Granada y Málaga. La oposición exigió una dura intervención del ejército contra los cantones y, sumado a la guerra carlista, Pi y Margall dimitió.
2. La República Unitaria
Nicolás Salmerón (20/07/1873 – 05/09/1873)
De signo reformista, utilizó el ejército para restablecer el orden. Martínez Campos, en Levante, y Pavía, en Andalucía, pacificaron la situación. Disolvió la Primera Internacional Obrera en España. Una vez detenidos los líderes cantonales, Salmerón se negó a firmar las penas de muerte por motivos de conciencia, y dimitió.
Emilio Castelar (06/09/1873 – 03/01/1874)
De tendencia conservadora, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal. Reforzó al ejército y suspendió la Constitución y las Cortes hasta el 2 de enero. Castelar perdió la moción de confianza. Cuando se reabrieron las Cortes, la oposición se había aglutinado contra él. Justo cuando iba a ser elegido Eduardo Palanca Asensi (federalista), el general Pavía ocupó el Congreso y disolvió las Cortes mediante un golpe de Estado (3 de enero de 1874).
3. La República Presidencialista y la Restauración Borbónica
Gobierno de Serrano (04/01/1874 – 29/12/1874)
Asumió el poder tras el golpe de Pavía, liderando la llamada República del 74, de signo autoritario. Confirmó la disolución de la Internacional e ilegalizó a los partidos federales. Mientras tanto, Cánovas del Castillo continuaba con su campaña internacional de prestigio a favor de Alfonso, hijo de Isabel II, quien había abdicado en él.
Manifiesto de Sandhurst (01/12/1874)
Cánovas redactó el proyecto borbónico para España. Sus bases eran:
- La implantación de una monarquía constitucional.
- Un estado conservador y católico, garante del orden social.
- El sistema político liberal se basaría en el bipartidismo.
- Se comprometió a no acometer represalias.
El plan de Cánovas era que Alfonso fuera aceptado por las Cortes. Sin embargo, Martínez Campos se adelantó y, con un pronunciamiento en Sagunto, proclamó a Alfonso de Borbón rey de España como Alfonso XII. El gobierno y la población apenas se resistieron, y Serrano partió al exilio, dando inicio a la Restauración Borbónica.