El Sexenio Democrático (1868-1874)
La Revolución de 1868: La Gloriosa
Causas de la Revolución
Económicas y Sociales
- La crisis de finales de los años 60, que afectó a toda Europa.
- Hundimiento de la financiación empresarial.
- El paro se disparó.
- Las malas cosechas provocaron hambre.
- Protestas violentas contra el paro, el hambre, el precio del pan y el reclutamiento de quintas.
Políticas
- El descrédito de Isabel II.
- La corrupción electoral.
- La inestabilidad y los desórdenes.
Todo ello implicó el inicio de la Revolución en septiembre de 1868 con un pronunciamiento militar liderado por el general Prim y el almirante Topete en Cádiz, bajo la dirección del general Serrano. Se hizo popular el grito: «¡Viva España con honra, abajo los Borbones!».
Los revolucionarios demandaban Libertad, Soberanía Nacional, un Estado laico, Sufragio Universal, supresión de impuestos, y los más radicales, un sistema republicano.
La victoria en la batalla del Puente de Alcolea obligó a Isabel II a exiliarse en Francia y a abdicar en 1870 en su hijo, Alfonso XII.
El Gobierno Provisional de Serrano (1868-1869)
Serrano formó un Gobierno Provisional e intentó moderar la revolución. Constituyó un gobierno de progresistas y unionistas (Prim, Topete, Sagasta), marginando a demócratas y republicanos.
Legislación Progresista del Gobierno Provisional
- Libertad de asociación e imprenta.
- Sufragio Universal Masculino a partir de los 25 años.
- Libertad de cultos.
- Democratización de los Ayuntamientos.
- Aprobación del Arancel de Figuerola, de carácter librecambista.
- Creación de la peseta como moneda única.
- Supresión del impuesto de Consumos.
Todas estas medidas buscaban atraer la inversión extranjera para impulsar la economía y resultaron muy beneficiosas para la industria textil catalana y para la minería y siderurgia vasca.
Las elecciones para Cortes Constituyentes por Sufragio Universal dividieron a las Cortes en numerosos grupos políticos: Carlistas, Isabelinos de Cánovas, Progresistas de Prim y Sagasta (que defendían una Monarquía Constitucional sin Isabel II), unionistas, y republicanos federales y unitarios.
La Constitución de 1869
Considerada como la más democrática hasta el momento, se caracterizó por:
- Amplios derechos y deberes.
- División de poderes: legislativo (dos Cámaras), ejecutivo (Rey constitucional) y judicial (tribunales con jurado).
- Libertad religiosa.
- Sistema político: Monarquía constitucional.
- Sufragio Universal Masculino.
Una vez aprobada la Constitución, se debía afrontar la exigencia de encontrar un rey para España que respetara la Carta Magna.
Aprobada la Constitución, el general Serrano fue nombrado Regente y Prim, Presidente del Gobierno. La insurrección carlista y la cubana complicaron el panorama político.
Hubo varios candidatos para la Corona, pero finalmente se eligió a Amadeo de Saboya por ser un candidato neutral. Llegó a España tres días antes del asesinato de Prim, su principal mentor. El almirante Topete le sustituyó en el cargo.
La Monarquía de Amadeo I de Saboya (1871-1873)
Amadeo I contaba solo con el apoyo de los progresistas y unionistas, mientras que la población se mantuvo indiferente por considerarle un «rey extranjero».
Existían demasiados partidos e ideologías que no apoyaban a Amadeo I:
- La Derecha, con el Partido Alfonsino de Cánovas del Castillo, muy conservador, que logró la cesión de los derechos de Isabel II a su hijo, Alfonso XII. Este partido era apoyado por la Iglesia, los terratenientes y la nobleza.
- Los Carlistas, que en 1872 declararon la III Guerra Carlista al gobierno.
- La Izquierda, constituida por los republicanos que defendían la insurrección armada.
Solo los partidos de Centro, con los constitucionalistas, unionistas y progresistas, defendían la Monarquía Constitucional.
Todo ello provocó que en febrero de 1873 Amadeo I abdicara debido a la inestabilidad política, la III Guerra Carlista, las insurrecciones republicanas y la Guerra de los Diez Años en Cuba.
Al final de este proceso, la Revolución no logró solucionar la mayoría de los problemas, ni siquiera suprimió medidas tan impopulares como las quintas o el Impuesto de Consumos. La consecuencia final fue el desorden social y político: motines populares contra las quintas y consumos, la Guerra de Cuba y la Guerra Carlista, que conllevaron la abdicación de Amadeo de Saboya al perder todos sus apoyos.
La Primera República y el Cantonalismo (1873-1874)
Al abdicar Amadeo I, las Cortes proclamaron la República, que desde el principio se encontró con numerosas dificultades, ya que las clases populares optaron por el Carlismo o por las nuevas tendencias socialistas, mientras que las clases altas y el ejército desconfiaban de la República. Tan solo los intelectuales y profesionales liberales apoyaban este régimen.
Presidentes de la Primera República
- Estanislao Figueras: Fue el primero en proponer la abolición de las Quintas y la esclavitud. Sin embargo, algunos republicanos no se conformaron con estas reformas y provocaron revueltas.
- Francisco Pi y Margall: Sustituyó a Figueras y proclamó una República Democrática y Federal. El proyecto de elaboración de la primera constitución republicana federal provocó la retirada de los republicanos intransigentes.
La Revolución Cantonalista (Verano de 1873)
Así pues, en el verano de 1873 estalló la Revolución Cantonalista o el Cantonalismo.
Se inició en Cartagena, extendiéndose por la costa Mediterránea y más tarde por el resto de España. Los amotinados asaltaban los almacenes de cantones militares para conseguir armas, de ahí su nombre.
Esta rebelión tenía un doble carácter: político (Federalismo Radical) y social (obreros y pueblo llano que reclamaban mejoras socioeconómicas). También los regionalistas buscaban autogobiernos regionales.
Las masas urbanas, obreros, algunos intelectuales y la pequeña y mediana burguesía apoyaban el movimiento.
En Cataluña se proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Aparecieron también otros cantones o ciudades reclamando lo mismo: Cartagena, Málaga, Badajoz, etc.
La inestabilidad política y el caos social eran insoportables, y Pi y Margall decidió dimitir ante la revuelta generalizada.
- Nicolás Salmerón: Tercer presidente, intentó constituir una República Unitaria, utilizando la fuerza del ejército. Los generales Martínez Campos y Pavía sofocaron las revueltas en Andalucía y los motines contra las Quintas, pero Salmerón se negó a firmar las condenas de muerte de los cabecillas rebeldes, por lo que se vio obligado a dimitir.
- Emilio Castelar: El último presidente, gobernó autoritariamente hasta que el general Pavía dio un golpe de Estado en la noche del 2 al 3 de enero de 1874, acabando así con la República Democrática.
El Fin del Sexenio y la República de Serrano
Conservadores y progresistas recuperaron el poder con el general Serrano como Presidente de la República. Estableció una República Dictatorial para restablecer el orden. Reprimió a los republicanos, limitó el derecho de asociación y continuó la Guerra Carlista y la Guerra de Cuba.
En 1876, Serrano consiguió derrotar a los carlistas en Estella, y Carlos VII tuvo que abandonar España.
La Guerra de Cuba se inició con el Grito de Yara en 1869, bajo el liderazgo independentista de Céspedes. El general Dulce intentó al principio la negociación entre la postura española y cubana, pero no se llegó a un entendimiento. A comienzos de 1870 se produjo una guerra cruel de desgaste, y el problema se alargó hasta 1878, cuando EE. UU. planteó comprar la isla.
El apoyo social a los alfonsinos de Cánovas del Castillo obligó a Serrano a ceder la Presidencia del Gobierno.
El Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas y firmado por el futuro Alfonso XII, ofrecía una Monarquía moderada y garantía de orden social y constitucional.
El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos llevó a cabo el Pronunciamiento de Sagunto, proclamando a Alfonso XII rey de España y condenando al general Serrano al exilio.
Cánovas presidiría la Regencia hasta la llegada del nuevo rey, marcando el inicio de la Restauración Borbónica.