Guerra Civil Española: Dinámicas y Desafíos en la Zona Republicana

La Zona Republicana en la Guerra Civil Española: Gobierno, Revolución y Conflictos Internos

Durante la Guerra Civil Española, la zona republicana se caracterizó por una compleja dinámica política y social, marcada por la diversidad de objetivos entre las diferentes facciones que la integraban.

Diversidad de Objetivos Políticos

En la zona republicana coexistieron diversas corrientes ideológicas con objetivos contrapuestos:

  • Anarquistas (CNT, FAI), socialistas radicales de la UGT y el POUM: Priorizaban la guerra y la revolución social simultáneamente.
  • Socialistas moderados de la UGT y PSOE, comunistas del PCE y republicanos: Consideraban prioritario ganar la guerra, postergando la revolución para un momento posterior.

Hundimiento del Estado Republicano (Julio-Septiembre 1936)

El gobierno republicano, liderado por José Giral, se enfrentó a la tarea de organizar una fuerza militar para oponerse a los sublevados. Se tomaron medidas como:

  • Entrega de armas a las Milicias de partidos y sindicatos, carentes de entrenamiento y disciplina.
  • Disolución del ejército y creación de Batallones de voluntarios.

En el verano-otoño de 1936, el poder del Estado fue sustituido por organismos revolucionarios dirigidos por UGT (socialistas) y CNT (anarquistas), tales como consejos, comités y juntas. Destacaron los Consejos regionales de Asturias y Aragón, el Comité de Milicias Antifascistas en Cataluña y el Comité Ejecutivo Popular de Levante. Las organizaciones obreras ejercían el poder en las calles, dando inicio a la revolución social en la zona republicana. La Generalitat de Cataluña y el Gobierno Vasco aprovecharon para aumentar su autonomía, lo que perjudicó la coordinación y la unidad de la República.

La Revolución Social

La revolución social se puso en marcha de manera espontánea, liderada por UGT y CNT, con la colectivización de la propiedad industrial y agraria. Se ocuparon tierras, servicios, industrias, talleres y transportes. Los empresarios huyeron y se legalizaron las confiscaciones. Se intervinieron cuentas corrientes y depósitos, y la economía republicana quedó en parte bajo la dirección de comités y comunas locales.

La represión fue durísima e indiscriminada, dirigida contra todo lo considerado “faccioso”: la Iglesia (quema de conventos), propietarios y clases acomodadas (requisa de bienes). Se produjeron numerosos fusilamientos, “paseíllos” y detenciones ilegales en las “checas”. Entre las víctimas se encontraron Melquíades Álvarez y Primo de Rivera. Especialmente graves fueron los asesinatos en Paracuellos del Jarama, donde murieron 2000 presos de las cárceles de Madrid en noviembre de 1936. Se calcula que el número total de víctimas de la represión republicana fue de alrededor de 50.000.

Gobierno de Largo Caballero (Septiembre 1936 – Mayo 1937)

La prolongación de la guerra y las derrotas evidenciaron la necesidad de reorganizar el gobierno. Se constituyó un nuevo gobierno presidido por el socialista Largo Caballero, secretario general de UGT, con la participación de republicanos, comunistas y anarquistas. El gobierno se trasladó de Madrid a Valencia ante el inminente ataque a la capital, que quedó bajo la dirección de la Junta de Defensa de Madrid.

El proyecto de Largo Caballero se basaba en:

  • Crear una alianza antifascista.
  • Recomponer el poder del Estado.
  • Militarizar las milicias, creando el Ejército Popular.
  • Nacionalizar las industrias de guerra.
  • Centralizar la economía.
  • Restablecer la autoridad del gobierno.

El objetivo principal del gobierno era ganar la guerra, dejando de lado la revolución. Sin embargo, las fuerzas militares republicanas siempre sufrieron escasez de mandos, tropas de refresco, pertrechos y avituallamiento.

Los fracasos militares agudizaron el enfrentamiento entre las fuerzas republicanas:

  • Republicanos, comunistas y parte de socialistas: Buscaban restablecer el orden y reconstruir un estado fuerte para ganar prestigio y apoyos internacionales.
  • Anarquistas y comunistas del POUM: Abogaban por la movilización popular para profundizar en las transformaciones revolucionarias, sin integrarse en el ejército popular.

El conflicto alcanzó su punto álgido en mayo de 1937 en Barcelona, cuando el Gobierno de la Generalitat desalojó a anarquistas del Edificio de Telefónica. Se produjo un enfrentamiento entre anarquistas y POUM contra la Generalitat, la UGT y el PSUC. El resultado fue la derrota de los anarquistas y poumistas, frente a los comunistas y las fuerzas del orden, lo que provocó una fuerte crisis y la caída de Largo Caballero.

Gobierno de Juan Negrín (Mayo 1937 – Marzo 1939)

Desde la URSS se exigió la disolución del POUM (marxista). Largo Caballero se negó y dimitió. Azaña nombró presidente a Juan Negrín, quien se apoyó en los comunistas debido al papel fundamental de la ayuda soviética y a su disciplina y determinación para luchar hasta el final. Los sindicatos salieron del gobierno, el POUM fue declarado ilegal y se produjeron detenciones y asesinatos de líderes poumistas y anarquistas.

La política de Negrín se basó en la prioridad del esfuerzo militar y el control sobre la producción industrial y agraria para abastecer a la población civil y al ejército. Nombró a Indalecio Prieto ministro de guerra, quien intensificó el esfuerzo militar y la disciplina, centralizando la dirección de la guerra. El gobierno central se trasladó de Valencia a Barcelona, al igual que el Gobierno Vasco, debido a los mayores recursos económicos de la ciudad y su cercanía a la frontera francesa, lo que generó tensiones con la Generalitat.

Ante la falta de ayuda internacional y el avance de las tropas franquistas, Negrín propuso una paz negociada con Franco, presentando su programa de “Los Trece Puntos”, que incluía el fin de la lucha, el mantenimiento de la República y la celebración de elecciones democráticas. Sin embargo, Franco rechazó la propuesta y exigió la rendición sin condiciones. Negrín estaba convencido de que el estallido de la guerra mundial entre el fascismo y las democracias salvaría a la República (“¡Resistir es vencer!”).

El malestar aumentó debido a la falta de abastecimiento, el hambre y las continuas derrotas, lo que minó la moral de la retaguardia.

  • En septiembre de 1938 se firmó el Acuerdo de Múnich, por el cual Francia y Gran Bretaña reconocieron la ocupación de los Sudetes por Hitler. Negrín solo contaba con la ayuda de la URSS y continuó resistiendo, esperando el conflicto europeo.
  • En enero-febrero de 1939, Cataluña fue ocupada por los sublevados. El gobierno de la República, el gobierno catalán, el gobierno vasco y el presidente de la República se exiliaron en Francia. Posteriormente, Negrín regresó para seguir luchando.
  • En febrero de 1939, Gran Bretaña y Francia reconocieron a Franco como Jefe del Estado.
  • En febrero de 1939, la Junta de Defensa de Madrid, liderada por el Coronel Casado con el apoyo de socialistas y dirigentes sindicales, ante el agotamiento de las tropas y la población, estableció negociaciones con Franco para una rendición con condiciones. Esto provocó un enfrentamiento con varios batallones comunistas, que fueron derrotados. El gobierno de Negrín y el estado mayor del ejército popular abandonaron el país.
  • En marzo de 1939, Azaña dimitió en París. Franco se negó a negociar. Se produjo la rendición final y la zona centro fue ocupada sin lucha, marcando el final de la República, pocos meses antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.