La Pintura Italiana del Siglo XV: Corrientes Estilísticas y Maestros Innovadores
La pintura italiana del siglo XV se mueve en dos direcciones principales: los artistas interesados por la línea y los preocupados por el volumen. La primera tendencia está representada por el Beato Angelico y Sandro Botticelli, y de la segunda participan Masaccio y Piero della Francesca.
Beato Angelico: La Luz Divina y la Herencia Gótica
«Beato Angelico» es un título puramente secular que concedieron los contemporáneos al fraile dominico Giovanni da Fiesole después de morir. De este modo, situándolo a las puertas de la santidad, podían proclamar que su obra pictórica estaba ungida por la inspiración divina. Su nombre de pila fue Guido di Piero y en 1418 ingresó en la Orden de Predicadores, destacando como iluminador de manuscritos.
Sus obras son herederas del Gótico Internacional. Utiliza colores rutilantes y fondos dorados; las imágenes se estilizan y la luz invade por igual toda la composición: es la luz divina, que presta al cuadro una atmósfera primaveral.
El Retablo de la Anunciación y los Frescos de San Marcos
El retablo de *La Anunciación*, pintado en 1430 para la iglesia de Santo Domingo de Fiesole, representa esta sensibilidad. En 1438 se produce un hecho crucial en su vida: en cincuenta frescos imparte un mensaje de espiritualidad a sus hermanos de religión, donde vuelve a dar muestras de su arte ingenuamente minucioso y detallista a la manera gótica.
Masaccio: El Pionero del Volumen y la Perspectiva
En las antípodas se encuentra Tommaso di Giovanni, apodado **Masaccio** [San Giovanni Valdarno, 1401 – Roma, 1428], cuya obra impresiona por su innovación. Murió con apenas 27 años, pero, pese a su corta carrera, es considerado el fundador de la pintura moderna. Técnicamente, es el primer artista que construye con el color, dotándose del volumen y de los efectos tridimensionales.
El Tributo de la Moneda: Innovación Narrativa y Espacial
Su legado debe compartirlo con Masolino de Panicale, y la historia más famosa pintada por Masaccio será *El tributo de la moneda*, que fragmenta en tres escenas. En el centro, Cristo es requerido por el recaudador de impuestos para que pague el derecho de portazgo antes de entrar en la ciudad; entonces, el Señor encarga a Pedro que pesque un pez en el lago de Genesaret, en cuyas entrañas hallará la moneda solicitada por el funcionario de hacienda. Se refería a la profundidad psicológica de los personajes y a su carácter corpóreo, pues Masaccio había aplicado a la pintura las conquistas escultóricas realizadas por Donatello en los nichos de San Michele.
Junto a estos logros, Masaccio manifiesta también el conocimiento de la perspectiva de Brunelleschi.
Piero della Francesca: Geometría, Luz y Humanismo
Piero della Francesca se educa en Florencia, donde entabla amistad con su paisano Giovanni Bacci, miembro de la administración papal y protagonista de las aventuras religiosas y políticas más apasionantes de su época. La preocupación de Bacci es unir las Iglesias de Oriente y Occidente, cuyo acuerdo fue anunciado momentáneamente en el Concilio de Florencia. Piero contribuirá con su arte a exaltar estas intenciones en la capilla familiar de los Bacci, situada en el presbiterio de la basílica de San Francisco de Arezzo, que decorará con la *Historia de la Vera Cruz*.
La Historia de la Vera Cruz: Un Legado de Proporción y Color
Este árbol fue talado por Salomón y su tronco utilizado en la construcción del puente que salvaba el estanque situado delante de su palacio. La reina de Saba lo reconoció cuando visitaba Jerusalén y, «sobrecogida de respetuosa reverencia, no osó hollarlo con sus pies, sino que lo adoró devotamente».
La cronología de esta epopeya se extiende entre 1452 y 1460, apareciendo ya impresas las características de su arte, que al final de su vida expondrá con todo lujo de detalles en los tratados *De prospectiva pingendi* y *Libellus de quinque corporibus regularibus*.
Principios Artísticos y Teóricos
Estas peculiaridades son:
- Modelar al hombre, a los objetos y al paisaje mediante la fusión de luz y color.
- Reducir la naturaleza a figuras geométricas.
- Usar la perspectiva con rigor matemático.
Sandro Botticelli: Mitología, Belleza y la Sombra de Savonarola
En 1492 fallecía también uno de los hombres más brillantes y poderosos del **Quattrocento**: Lorenzo de’ Medici, «el Magnífico». Con anterioridad le había visitado el fanático monje dominico Girolamo Savonarola, que lo había acusado públicamente de arruinar al Estado y de sofocar las libertades, imponiendo una tiranía personal, aunque en el lecho de muerte lo bendijo.
La pintura que desarrolla Botticelli es mitológica y tiene un contenido neoplatónico. Para la villa de Castello, propiedad de Lorenzo di Pierfrancesco, sobrino de Lorenzo «el Magnífico» y alumno de Poliziano, Pico y Ficino, realiza dos cuadros célebres: *La Primavera* y *El Nacimiento de Venus*, que simbolizaban, respectivamente, el «Amor» y la «Belleza».
Obras Maestras para los Medici: La Primavera y El Nacimiento de Venus
*La Primavera* es un horóscopo destinado a celebrar las bodas de su propietario. Ante un bosquecillo de naranjos y flores, Venus, que es la divinidad tutelar de la educación humanista, libera por una parte a las **Gracias**, que bailan a su derecha junto a Mercurio, y, por otra, a Flora, situada a la izquierda, que es producto de la unión carnal entre el viento Céfiro y la ninfa Cloris. «Fui una vez llamada Cloris y ahora me llaman Flora», aclara Ovidio.
Según la mitología clásica, Venus nació de los testículos de Urano al contacto con el mar, cuando fue castrado por Cronos. Y Ficino interpretó esta leyenda como el nacimiento de la **Belleza** en la mente del hombre a través de la fertilización de la divinidad. El modelo femenino de graciosa postura y armoniosos bucles se repite en *Palas domando al Centauro*.
El Impacto de Savonarola y el Cambio Estilístico
A partir de 1492, las siluetas flotantes, los vestidos de gasa y los tocados complicados desaparecen. Todo el encanto de la línea caligráfica se torna en nerviosismo dramático con la muerte de Lorenzo y la predicación de Savonarola. El dominico se había enfrentado a los **neoplatónicos**, reprochándoles la «tontería de querer comparar a Jesús con Pitágoras, con Sócrates, con Platón o con cualquier otro filósofo». Luego dirige sus predicaciones contra los coleccionistas de cuadros mitológicos y contra los pintores.