Obras Arquitectónicas Emblemáticas del Siglo XX
Casa de la Cascada (Fallingwater) de Frank Lloyd Wright
Nombre: Casa Kaufmann, conocida como Casa de la Cascada (Fallingwater).
Autor: Frank Lloyd Wright
Tipología: Arquitectura, villa campestre.
Época: 1938
Materiales: Hormigón armado, piedra, madera, vidrio y aluminio.
Estilo: Organicista.
Localización: Río Bear Run (Pensilvania).
Contexto Histórico y Arquitectónico
La innovación que las vanguardias históricas de principios de siglo llevaron a las artes plásticas se aplicó también en la arquitectura. Sin embargo, frente al racionalismo extremo practicado por arquitectos como Le Corbusier o Mies van der Rohe, otros arquitectos defenderían el carácter humanista de la arquitectura. Frank Lloyd Wright, durante la primera mitad del siglo XX, realizó una arquitectura que combinó el racionalismo con la integración en el entorno natural y la recuperación de materiales tradicionales.
Análisis Formal de Fallingwater
Descripción
Erigida sobre una cascada en un entorno natural, la Casa de la Cascada es una segunda vivienda destinada a fines de semana. Desde el exterior se aprecian las tres plantas del edificio, organizadas en planos horizontales (terrazas en voladizo) y verticales (muros y chimeneas). Todo ello se equilibra sobre la superficie rocosa.
Materiales
Se utilizaron materiales artificiales como el hormigón armado (visible en los voladizos) y el cristal. Junto a ellos, se emplearon materiales naturales como la madera y, muy especialmente, la piedra. Se trata de lajas de piedra natural recogidas del lugar, unidas con argamasa.
Formas
Frank Lloyd Wright empleó líneas rectas y planos ortogonales construidos en horizontal y vertical. Estas formas contrastan entre sí por su posición (las formas horizontales se desplazan unas sobre otras) y su textura (lisa en las horizontales y con la textura de la piedra rústica en las verticales).
Fachada
Los voladizos de hormigón son el elemento que confiere mayor personalidad a la casa, aportando una fuerte sensación de horizontalidad. Las ventanas refuerzan esta percepción al abrirse en las esquinas, eliminando la necesidad de paredes sustentantes en esos puntos. Esto rompe con la concepción tradicional de la ‘caja’ arquitectónica, proyectando la casa hacia el exterior.
Elementos Constructivos
La cimentación se realizó directamente sobre el lecho de roca. La estructura de la casa se organiza en enormes terrazas en voladizo, construidas con hormigón armado. No obstante, en numerosos puntos de la casa se utilizó la piedra natural de la zona, dejándola a la vista.
Integración con el Entorno
La integración del edificio en su entorno es total, siendo esta una de las premisas principales de la arquitectura organicista. La casa se encuentra rodeada de naturaleza: árboles, rocas y cascadas. Además, Wright eliminó paredes para permitir que la naturaleza se perciba constantemente desde el interior. La construcción reproduce el escenario geológico en el que se inserta. La cascada sobre la que se asienta potencia la integración, ya que su sonido es una presencia constante. Durante la construcción, se aprovechó y respetó la presencia de los árboles; no solo los ventanales permiten su contemplación desde el interior, sino que los voladizos se adaptaron a su ubicación. Esta integración se ve reforzada por el uso de piedra natural, tanto en el interior como en el exterior, y por el aprovechamiento de las rocas naturales como parte integral del diseño interior.
Organización Espacial
La Casa de la Cascada consta de tres plantas, construida a partir de una composición geométrica de planos verticales de piedra (muros y chimenea) que se oponen a los planos horizontales de hormigón. Estos se equilibran sobre una superficie rocosa, logrando con su plasticidad evocar la cascada que se encuentra justo debajo. Los bloques, volúmenes y pisos se disponen de modo asimétrico, reflejando el “desorden” orgánico propio de la naturaleza en la que se inserta. Los distintos niveles se desplazan a medida que se asciende en altura y también hacia el noreste, donde se sitúa la chimenea. Esta novedosa disposición confiere al conjunto dinamismo, inestabilidad y dramatismo.
Decoración Interior
Cada planta presenta una disposición libre adaptada a las necesidades de cada zona. En la planta baja, la chimenea se erige como el centro de la casa, casi excavada en la roca. A partir de ella se organizan las demás estancias: la cocina, el salón y una terraza en voladizo sobre la cascada, accesible mediante escaleras. La segunda planta alberga tres dormitorios y una terraza perpendicular a la de la planta baja. La tercera planta está destinada al hijo de los Kaufmann, con un estudio y su habitación. Los espacios son centrífugos, diseñados para expandirse de dentro hacia fuera. Los materiales empleados son piedra natural y madera sobre los planos blancos de las paredes. Wright aprovechó la luz natural indirecta, que entra por debajo de los voladizos y se refleja en el suelo, inundando de luminosidad el ambiente.
Función y Significado
Concebida como vivienda unifamiliar para los fines de semana, la Casa de la Cascada encarna la materialización de un ideal de la arquitectura organicista: vivir en plena naturaleza sin renunciar a las comodidades de la arquitectura moderna, es decir, conjugar ecología y progreso. La casa reproduce, además, un estereotipo propio del imaginario estadounidense: la cabaña de troncos en el bosque con un porche delantero y una chimenea de piedra natural. Wright acuñó el término arquitectura orgánica, con el cual pretendía unir al hombre, la arquitectura y la naturaleza, sin abandonar el concepto de funcionalidad. Frank Lloyd Wright asentó sus bases constructivas en el funcionalismo. La utilización de la planta libre es una buena prueba de ello, aunque también se inspiró en las vanguardias y en las prácticas y sencillas arquitecturas japonesas. La fusión de funcionalismo y organicismo también fue adoptada por el arquitecto Alvar Aalto, quien integró la arquitectura en la naturaleza y empleó la luz natural.
Villa Savoye de Le Corbusier
Análisis Formal de Villa Savoye
Descripción
Es una construcción de aspecto sencillo: un volumen prismático en color blanco que se eleva sobre el terreno mediante un entramado de pilares. En su apariencia se ha eliminado lo accesorio: sin ornamentación, solo en color blanco, ha sido construida para ceñirse exclusivamente a su función práctica.
Materiales
Los materiales utilizados reflejan una voluntad de modernidad. Son económicos, de fabricación industrial y permiten resultados prácticos.
Formas
En la casa predominan las formas ortogonales, las líneas rectas y los planos perpendiculares, resultado de la búsqueda de la sencillez y eficiencia propias de la arquitectura racionalista.
Fachada
En realidad, no existe una fachada principal que concentre la atención. Todas las paredes exteriores cumplen esa función; son rectangulares, blancas, elevadas del suelo por los pilotis y recorridas por una larga ventana horizontal.
Entorno e Integración Urbanística
Se trata de una construcción que genera una tensión entre la integración con el entorno y su diferenciación. La casa se erige como un hito monumental sobre el jardín, distinguiéndose por la pureza que caracteriza tanto a sus formas como al cromatismo de la edificación. La casa fue concebida para dar la impresión de que ‘algo está sobre el jardín’, sugiriendo con ello su carácter trasladable o flotante.
Elementos Constructivos: Los Cinco Puntos de la Nueva Arquitectura
Fue construida siguiendo los “Cinco Puntos de la Nueva Arquitectura” que el autor estableció como principios fundamentales del Movimiento Moderno:
- 1. Pilotis: La presencia de columnas o pilares como elementos sustentantes que permiten elevar la zona habitable, dejando libre parte de la planta inferior y evitando humedades. Esto también permite situar el garaje, integrando el automóvil en la concepción de la casa.
- 2. Tejado plano funcional: Que cumple la función de terraza y jardín, aprovechando toda la superficie del edificio.
- 3. Planta libre: En la que las paredes no desempeñan una función portante, lo que otorga libertad para organizar el interior.
- 4. Fachada libre: Que funciona como una ‘piel’ sin ser una estructura portante, lo que también brinda libertad en su organización.
- 5. Ventanas horizontales corridas: Que proporcionan iluminación y ventilación. Rompen con la tradición de ventanas verticales, ya que Le Corbusier consideraba que en horizontal cumplían su función y mantenían mejor la intimidad de los habitantes.
Organización Espacial
La planta es cuadrada. La planta baja presenta una parte construida (entrada de coches, garaje, entrada peatonal, habitaciones de servicio) y cerrada por muros, mientras que el resto queda despejado, solo con la presencia de los pilotis. La primera planta es un bloque prismático compacto de color blanco, recorrido por ventanas bajas y corridas. Alberga salón, comedor, cocina, dormitorio, baños y un patio. En la terraza existen volúmenes funcionales que otorgan utilidad a la azotea. La casa comunica sus dependencias mediante una rampa helicoidal y una escalera de caracol.
Decoración Interior
Ha sido acabada en color blanco, lo que responde a un afán de austeridad: eliminar toda ornamentación y conferir el aspecto limpio de un hospital. Esto evoca la importancia de la higiene, manifestada en el edificio por la proliferación de baños y por espacios austeros y fáciles de limpiar. El color blanco contribuye a la ligereza del edificio, que parece casi ingrávido. Las ventanas al exterior y los grandes ventanales al patio interior inundan de luz las habitaciones de la casa. Los muebles que actualmente se exhiben en esta casa son diseños célebres de Le Corbusier: piezas sencillas y austeras, elaboradas con materiales industriales como los tubos de metal cromado. Un ejemplo notable es su célebre tumbona.
Corrientes Arquitectónicas del Siglo XX
El Funcionalismo: La Nueva Arquitectura del Siglo XX
El funcionalismo, una corriente arquitectónica emergente a principios del siglo XX, se basa en el principio “La forma sigue la función”. Postula que la arquitectura debe ser práctica, construida con materiales modernos e industriales (hormigón, hierro, cristal), fundamentarse en estructuras sustentantes metálicas, adoptar formas simples y prescindir de lo innecesario, especialmente de la decoración.
Orígenes y Precursores
El funcionalismo tiene sus raíces en la obra de la Escuela de Chicago (Sullivan) y la Secesión Vienesa (Loos), con obras como los Almacenes Carson o la Casa Steiner, donde ya se esbozan ideas de simplicidad formal y racionalismo. También se relaciona con el funcionalismo la obra de algunos arquitectos de vanguardia (Rietveld, Tatlin, Sant’Elia), en la que la innovación se mezcla con intereses estéticos, expresivos o políticos.
Principales Exponentes
La arquitectura funcionalista se manifiesta con total claridad de la mano de arquitectos relacionados con la Bauhaus. Destacan Walter Gropius y su edificio de la Bauhaus (con cada parte construida según las necesidades de uso, volúmenes limpios y sin decoración, y el uso del muro cortina), así como Mies van der Rohe. Este último, con su lema “menos es más”, construyó edificios de formas puras y sencillas, reducidas a su mínima esencia (como el Pabellón Alemán de la Exposición de 1929 y sus muros de cristal).
Le Corbusier y los Cinco Puntos
El principal exponente del funcionalismo es Le Corbusier, quien concebía el edificio como una ‘máquina de habitar’, buscando limpieza y eficiencia. Para ello, estableció sus “Cinco Puntos de la Nueva Arquitectura”: construir sobre pilotis como elemento sustentante, con fachada y planta libres, tejado plano y largas ventanas horizontales. Construyó eficientes edificios en hormigón (como la Villa Savoye) y grandes obras de vivienda comunitaria (como la Unidad de Habitación).
El Organicismo de Frank Lloyd Wright
Relacionado con el funcionalismo, pero con una visión diferenciada, se encuentra el organicismo de Frank Lloyd Wright. Este arquitecto rechazó el racionalismo extremo en favor de una arquitectura más humanista. Abrazó los materiales naturales y buscó la armonía entre el ser humano, la arquitectura y la naturaleza en obras emblemáticas como la Casa de la Cascada.
Comparativa: Modernismo (Art Nouveau) y Art Déco
Ambos estilos poseen un marcado carácter decorativo, aplicándose a la arquitectura, las artes aplicadas, el diseño y, tangencialmente, a la pintura y la escultura. Su propósito no es expresar emociones, sino crear objetos estéticamente bellos. Además, mantienen una relación, ya que el Art Déco surge de la etapa final del Modernismo. Sin embargo, existen varias diferencias clave:
- Cronología: El Art Déco comienza aproximadamente en 1920, momento en el que el Modernismo ya había concluido.
- Inspiración y Formas: El Art Nouveau se inspira en lo orgánico y natural, con formas curvas y orgánicas (el famoso “coup de fouet”). En contraste, la inspiración del Art Déco es más mecánica y artificial, tendiendo a formas rectas o geometrizantes. Mientras que en el Art Nouveau predomina la asimetría, en el Art Déco domina la simetría.
- Vocación Productiva: El Art Nouveau posee una vocación artesanal; los objetos y acabados arquitectónicos se realizan a mano por artesanos meticulosos. Por el contrario, el Art Déco tiene una clara vocación industrial; aunque existen artesanos, los objetos tienden a fabricarse en masa. Los acabados son igualmente industriales, con predilección por los efectos metálicos y fríos.
- Iconografía: El Art Nouveau mantenía una iconografía de lo mítico o del pasado, con obras llenas de hadas, ninfas y princesas. El Art Déco, en cambio, muestra una clara voluntad de modernidad. Sus figuras son contemporáneas: jóvenes vestidas a la moda con el pelo “a la garçon”, bailarinas de cabaret, la presencia de coches, etc., reflejan el mundo moderno.