España: Del Directorio Civil a la Proclamación de la República (1925-1931)

El Directorio Civil (1925-1930)

La Dictadura incrementó su intervencionismo sobre la población a imitación del fascismo italiano, especialmente en el campo económico y la organización social. Durante este período, las medidas más significativas se centraron en cuatro ministerios clave: Hacienda, Fomento, Trabajo y Gobernación.

Medidas Económicas y Sociales

Ministerio de Hacienda

Desde el Ministerio de Hacienda, dirigido por Calvo Sotelo, se buscaron recursos económicos para afrontar medidas en otros campos, destacando la emisión de bonos de deuda pública y una reforma tributaria.

Ministerio de Fomento

El Ministerio de Fomento, bajo la dirección del Conde de Guadalhorce, llevó a cabo un importante plan de obras públicas con dos claras intenciones: acabar con el paro y formar una infraestructura que generara una mayor productividad. Entre las obras destacadas se encuentran:

  • Creación de las Confederaciones Hidrográficas y realización de obras hidráulicas.
  • Construcción de aproximadamente 7.000 km de carreteras, que antes habían sido caminos reales y calzadas.
  • Inicio de la producción en España de materiales ferroviarios.

Además, se implementó una política monopolística estatal mediante la creación de empresas que controlaran sectores estratégicos, como CAMPSA y Telefónica.

Ministerio de Trabajo

La implantación de un corporativismo fascista para regular las relaciones laborales dio origen en 1926 a la Organización Corporativa Nacional, en la que estaban representados los patronos y los obreros de distintos oficios.

Ministerio de la Gobernación

En el Ministerio de la Gobernación, dirigido por Martínez Anido, se persiguió la actuación de la CNT, que incluso radicalizó su postura con la creación de la FAI en 1927.

Educación

En el ámbito de la Educación, se crearon 5.000 escuelas y se incrementó significativamente el número de maestros.

La Institucionalización del Régimen

El régimen de Primo de Rivera buscó su institucionalización a través de tres pilares fundamentales:

  • La Unión Patriótica (1924): Agrupación política única creada y dirigida por Primo de Rivera, que sirvió como principal sustento político y propagandístico de la dictadura. Fue un partido sin base social sólida, de ideología conservadora, autoritaria, monárquica y católica.
  • La Asamblea Nacional Consultiva (1927): Conformada por miembros elegidos directamente por el dictador, incluyendo militares, eclesiásticos, grandes propietarios, etcétera.
  • Proyecto de Constitución de 1929: Pretendía institucionalizar el régimen e implantar el Estado Corporativo de modelo italiano. Este proyecto obtuvo el rechazo de la mayoría de los partidos políticos, a excepción de la Unión Patriótica.

La Oposición y la Caída de la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera enfrentó una creciente oposición, siendo la cuestión catalana uno de los principales focos de conflicto por tres motivos:

  1. La persecución de la lengua catalana.
  2. La intervención gubernamental en la elección de la Junta del Colegio de Abogados de Cataluña, obligando, además, a publicar su guía oficial en castellano.
  3. Su intromisión en la esfera eclesiástica, prohibiendo la utilización del catalán en los actos litúrgicos, lo que provocó una fuerte reacción de los obispos.

El régimen tampoco supo frenar a un movimiento obrero que iba tomando posiciones. A partir de 1928, el PSOE empezó a considerar la república como la única salida, una postura compartida por el Partido Comunista y los anarquistas de la CNT.

Dos fuerzas clave contribuyeron directamente a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales y el ejército de la Península.

Las revueltas de los universitarios en el curso 1928-1929 culminaron en represiones y el cierre de la universidad. Los militares destinados en la península se encontraron con un Primo de Rivera favorable a los militares de Marruecos y poco proclive hacia los convencionalismos que protegían la carrera militar de los peninsulares. En los últimos meses de 1929, las protestas arreciaron y los acontecimientos se precipitaron. El 30 de enero de 1930, Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando el gobierno al viejo militar Dámaso Berenguer.

El Pacto de San Sebastián y la Caída de la Monarquía

El Pacto de San Sebastián, celebrado en agosto de 1930, reunió a tres fuerzas principales:

  • Los constitucionalistas: políticos monárquicos reticentes con el monarca y dispuestos a deslizarse hacia un aún indefinido republicanismo.
  • Los republicanos históricos.
  • El Partido Socialista.

De este pacto se derivaron dos líneas de acción complementarias:

  • Una línea revolucionaria, que llevó al fracasado pronunciamiento militar de Jaca en diciembre de 1930.
  • Una línea política que, con una gran campaña de prensa y mítines, lograría arruinar el prestigio de la monarquía.

El acuerdo político del Pacto de San Sebastián implicó la creación de un comité revolucionario compuesto por figuras como Alcalá Zamora, Miguel Maura, Marcelino Domingo, Prieto, Azaña, Albornoz y De los Ríos. Aunque la CNT y otras fuerzas obreras estuvieron ausentes, el PSOE las representó. En diciembre de 1930, se difundió un manifiesto firmado por los principales dirigentes, llamando a la población a derribar la monarquía.

Para los gobiernos del General Berenguer y, posteriormente, del Almirante Aznar, el objetivo era organizar un proceso electoral escalonado que culminara en unas Cortes Constituyentes y que permitiera otorgar el necesario consenso al régimen monárquico. Se decidió empezar por las elecciones municipales para sustituir a los ayuntamientos de la dictadura, y luego proceder a las elecciones a Cortes.

Las elecciones municipales se celebraron el 12 de abril de 1931 en un clima de incertidumbre y limpieza por parte del Gobierno, con una excesiva confianza de las facciones monárquicas. La suerte de Alfonso XIII estaba echada en el momento en que los republicanos triunfaron en una España progresivamente urbana. El día 13, tras conocerse los resultados electorales, las multitudes comenzaron a tomar las calles, mientras que el ejército y la Guardia Civil no intervinieron para restablecer el orden.

A primeras horas del 14 de abril, el ayuntamiento de Éibar proclamó la República, y al mediodía en Barcelona, Macià anunció la instauración de la “República Catalana dentro de la Federación Ibérica”. El rey Alfonso XIII partió hacia Cartagena camino del exilio, marcando el fin de la monarquía en España.