Literatura Clásica: Contexto, Géneros y Mitología
Las leyendas y los mitos constituyeron la principal fuente de la literatura griega primitiva. Se originaron por la necesidad del pueblo heleno de explicar su prehistoria, tiñéndola de un marcado sentido religioso. Con el tiempo, esa espiritualidad se fue perdiendo y fue sustituida por una dimensión simbólica que servía para explicar la función del ser humano en el mundo; es decir, se convirtió en literatura, en una manera de conocer el mundo. Posteriormente, Roma se apropió de la mitología griega y la adaptó a su propio contexto. A través de Roma, todo este material mitológico llegó a las literaturas occidentales, convirtiéndose en uno de los pilares de la cultura del Occidente europeo.
El nacimiento de la literatura griega está vinculado a la poesía, un hecho habitual en el origen de todas las tradiciones literarias. La sociedad griega arcaica era, en general, analfabeta, pero necesitaba conocer aquellos valores que la identificasen como comunidad. Los griegos cultivaron sobre todo dos géneros principales: la epopeya (de origen incierto y difusión oral, que trataba asuntos bélicos y comportamientos humanos con la intención de manifestar el orgullo de pertenecer a un pueblo; las más famosas fueron la Odisea y la Ilíada, compuestas por Homero en el siglo VIII a.C.) y la lírica (con autores como Safo, Anacreonte, Píndaro, entre otros). Más adelante, también prestaron atención al teatro como espectáculo que se representaba en un graderío semicircular frente al templo de Dionisos. Los actores vestían de modo solemne, llevaban un calzado elevado (coturnos) y cubrían su rostro con máscaras. En la tragedia destacaron Esquilo, Sófocles y Eurípides, y en la comedia, Aristófanes y Menandro. Dentro de la prosa, ya a partir del siglo VI a.C., cultivaron la fábula, la filosofía y la historiografía.
La literatura romana imitó a la griega tanto en sus formas como en sus contenidos y, a su vez, se convirtió en modelo para las literaturas occidentales posteriores. Entre las aportaciones romanas más significativas destacan el desarrollo de la sátira (Catulo) y la historiografía (Cicerón, Julio César), pero sobre todo la profundización de la lírica en el yo poético y el cambio de rumbo que se operó en la epopeya, convertida por Virgilio (con su Eneida) en un poderoso instrumento ideológico para defender la concepción romana del mundo. Horacio y Ovidio siguieron su rastro en la lírica. El teatro no tuvo mayores ecos que a nivel popular; se pueden destacar a Plauto y Terencio dentro de la comedia.
La literatura como propaganda y la imagen del héroe ya estaban presentes en el mundo clásico como herramientas para asentar el imperio. Se crearon y difundieron estereotipos que reflejaban lo deseable, lo aceptado y lo inaceptable, tanto en comportamientos como en formas de vida y en relaciones personales. Así, la literatura fijó la imagen de la nacionalidad y sus gobernantes, las clases sociales y los valores que caracterizaban a ambas.
Identificación de la Obra: Hamlet de Shakespeare
El texto es un fragmento de Hamlet, una de las grandes tragedias escritas por William Shakespeare (1564-1616), el dramaturgo inglés más influyente que logró transformar con su genio todos los géneros y temas que abordó.
El teatro inglés del Renacimiento se suele dividir en tres etapas:
- a) Antes (hasta 1592): Se hacían representaciones de tipo popular (a veces religiosas y otras humorísticas), pero siempre con una gran influencia de la Edad Media. También se representaban obras cultas inspiradas en el teatro latino y la comedia humanística del Renacimiento.
- b) En la época de Shakespeare: Se creó el teatro isabelino, que fusionó la tradición popular con la culta y convirtió el teatro en un espectáculo de masas (se representaba en edificios poligonales; las representaciones duraban desde primera hora de la tarde hasta avanzada la noche; la escenografía era muy escasa; las compañías de actores estaban formadas solo por hombres; existían tres géneros: la tragedia sangrienta, la comedia de enredo y el drama histórico de asunto medieval inglés).
- c) Tras la época de Shakespeare: El teatro siguió con su éxito popular, pero la guerra civil y los enfrentamientos religiosos hicieron que los teatros se cerraran en 1660.
Tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, escrita en 1601, pertenece a las grandes tragedias del autor, junto con Romeo y Julieta, El mercader de Venecia, Otelo, El rey Lear y otras. Estas tragedias tienen como núcleo temático las grandes pasiones del ser humano. En este caso, se basa en una leyenda nórdica transmitida por viejas crónicas y sagas. La obra se inscribe en un género típico del teatro isabelino: la tragedia de la venganza, inspirada en Esquilo y en Séneca. Se ha dicho que Hamlet es la tragedia de la reflexión paralizadora, de la oposición entre pensamiento y acción. La originalidad no reside en los hechos, sino en los personajes. Lo que interesa es lo que sucede en el interior del protagonista. Las principales reflexiones de la obra están relacionadas con la mentira, la ambición, la deslealtad, la honra familiar y la perversidad de la que es capaz el ser humano para conseguir lo que desea. El conflicto principal está enriquecido con la complejidad de sus personajes y otra serie de elementos que conducen al trágico final y cierran todas las líneas argumentales.
Análisis del Encuentro entre el Espectro y Hamlet: Venganza y Duda
El espectro aborda a Hamlet y, en principio, lo asusta, ya que no lo espera. La escena es más extensa y en ella se explica que el rey Hamlet ha sido asesinado por su propio hermano Claudio para arrebatarle la esposa, no el trono. Gertrudis sigue siendo la reina y, posteriormente, le sucederá el príncipe Hamlet. Por tanto, no es una lucha por el poder, sino una historia pasional que ocurre en el seno de una familia. El espectro cuenta lo sucedido y clama venganza. La primera reacción de Hamlet es ejecutar esa venganza («Vamos, cuéntamelo ya y, con alas tan veloces / como el meditar o el amoroso pensamiento, / correré a la venganza»), pero es solo el primer impulso, porque enseguida surgen las dudas. El núcleo del que parte Hamlet es la indecisión de su protagonista; sus vacilaciones para consumar la venganza por el asesinato del padre constituyen el motor de todo el drama. Al príncipe Hamlet se le impone vengar el asesinato de su padre y reparar la honra familiar, pero su deber es contrario a la religión y a la ley.
Esta tensión entre lo que debe hacer y las normas éticas y legales que se lo prohíben es lo que permite dotar al drama de una altura trágica universal. Con el descubrimiento del crimen, los pilares sobre los que se asentaban sus antiguas seguridades desaparecen y ahora desconfía de la raza humana y de las relaciones interpersonales; el pesimismo invade sus meditaciones, todo es apariencia y falsedad, y el amor carece de sentido para él en medio de esta terrible crisis que atormenta al protagonista.
Existe, además, otro elemento. Por su fecha de composición, Hamlet es una obra de transición entre la vieja ley de la honra familiar, en la que la sangre se lava con sangre, y los nuevos tiempos del Renacimiento y el Humanismo, en los que prevalece la reflexión sobre los primeros impulsos. Y Hamlet es un hombre nuevo, un hombre de su tiempo, que se debate entre las viejas costumbres (las de su padre) y un futuro más sensato y constructivo. Por eso duda tanto.
El Primer Acto como Planteamiento de la Trama
Sí, lo es. La obra comienza una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca. Los centinelas comentan que, tras la muerte del rey, su hermano Claudio se casa con la reina Gertrudis, madre de Hamlet. También mencionan que Dinamarca tiene una larga enemistad con Noruega y su príncipe Fortimbrás. Aparece Horacio, el mejor amigo de Hamlet. Aparecen Ofelia, su hermano Laertes y su padre Polonio. Y aparece el fantasma reclamando venganza. Ya están presentados todos los personajes principales.
Los cuatro hilos principales de la trama quedan al descubierto:
- El familiar (Hamlet, el espectro, Gertrudis, Claudio).
- El amoroso (Ofelia y sus parientes).
- El político (Fortimbrás de Noruega).
- El de la amistad (Horacio).
Aunque faltan personajes secundarios, están presentes todos los elementos que desencadenarán la acción.