La Minería en España: Historia y Evolución
La minería es una actividad muy antigua en nuestro país. Existen restos arqueológicos que atestiguan la presencia de minas en la Edad del Bronce y el tráfico de algunos minerales metálicos por parte de griegos, cartagineses y fenicios.
Otros intentos históricos de explotación del subsuelo en la antigüedad datan de la época romana, en la que destacaron minas como las de Cartagena, Carucedo (Lugo) y Almadén. Posteriormente, durante la Edad Moderna, la actividad más importante se desarrolló en las minas americanas de plata, aunque también se explotaron el mercurio de Almadén, el alumbre (sulfato doble alumínico-potásico, para tinte y medicina) en Mazarrón y el hierro en el País Vasco.
La Minería Contemporánea y la Industrialización
Fue a lo largo del siglo XIX cuando se inició la minería contemporánea. Las necesidades de las fábricas impulsaron la búsqueda de yacimientos y la explotación de nuevas minas: el plomo en la región de Murcia, la plata en Guadalajara, el cobre en Riotinto (Huelva), etc. Asimismo, se intensificó la exportación del hierro vasco y del carbón asturiano y leonés hacia los países del noroeste de Europa, que los empleaban en su propia industrialización. De esta forma, España actuaba como una especie de colonia que vendía sus propias materias primas sin utilizarlas.
A lo largo del siglo XX, la actividad minera se fue complementando con un mayor número de industrias de transformación. Sin embargo, a esas alturas, nuestro país ya dependía del exterior para satisfacer la demanda de las principales materias primas y energéticas que requería una sociedad industrializada.
Tipos de Explotación Minera en España
Explotación de Minerales No Metálicos
Los minerales no metálicos constituyen un recurso más abundante que los minerales metálicos. No obstante, su producción es menor que la demanda existente en el mercado. Destacan dos minerales principales:
- La potasa, utilizada en medicina y en la fabricación de fertilizantes, con yacimientos en Navarra y Barcelona.
- La sal común, que se obtiene en minas (sal gema) como las de Cantabria, o bien mediante la evaporación del agua del mar en las salinas. En España hay importantes salinas en la costa: Alicante, Almería, Cádiz, Mallorca, etc.
Igualmente, se explotan otros minerales como la sepiolita, el caolín (variedad de arcilla que se emplea en la porcelana) y otras sales.
Explotación de Rocas Industriales
Las rocas industriales suponen alrededor del 60% del valor de la producción minera española. Es el único sector de la minería que satisface la demanda interna y genera exportaciones.
La constitución geológica de nuestro país permite la utilización de una gran variedad de materiales. La roca más importante es la caliza, que se explota en Alicante, Valencia, etc., pero cuya producción es absorbida por la demanda interna. Otras rocas abundantes son el granito de las canteras gallegas y del Sistema Central, la pizarra, el yeso, el mármol y la arcilla. También destaca la utilización de arenas volcánicas en Canarias (picón) y la extracción de áridos en las graveras fluviales. Todos estos materiales se utilizan directamente en la construcción o se emplean en la fabricación de cemento, cerámica, ladrillos, pavimentos, etc.
Explotación de Minerales Metálicos
Los minerales metálicos son aquellos que se utilizan para la obtención de metales: hierro, plata, cinc, mercurio, plomo, etc.
La constitución geológica es la responsable de la formación y distribución de los yacimientos minerales en el subsuelo, concentrados en dos zonas principales: una franja al norte, en la Cordillera Cantábrica, y otra al sur, en Sierra Morena y los Sistemas Béticos. Ambas se relacionan con los intensos procesos de mineralización magmática ocurridos durante la orogenia herciniana, y con diversos cambios en la composición de las rocas que tuvieron lugar durante los plegamientos alpinos.
Los minerales metálicos más importantes son:
El Hierro
Se concentra fundamentalmente en Vizcaya, en la margen izquierda del río Nervión. La explotación histórica de este mineral permitió el desarrollo de la industria pesada en la zona. Sin embargo, incluso antes de la crisis y la reconversión industrial de los años ochenta del siglo XX, la producción no alcanzaba la demanda de la industria y ya se importaba en grandes cantidades.
El Cinc
Se utiliza para recubrimientos y en numerosas aleaciones industriales. Destacan las minas de Reocín (Cantabria).
El Mercurio
Se extrae del cinabrio. Las minas de Almadén (Ciudad Real), explotadas desde la época romana, han convertido a España en uno de los principales productores mundiales de este mineral (actualmente se tiende a frenar su explotación debido a su toxicidad, según la normativa de la UE).
El Plomo
Ha tenido una explotación tradicional en las minas de La Carolina (Jaén), en Sierra Morena. Sin embargo, la gran fracturación del terreno dificulta enormemente su extracción.
La Pirita
Es un mineral sulfuroso imprescindible, ya que, tras su tratamiento, permite la obtención de diversas materias primas como cobre, plomo, cinc, hierro, etc. También es la base de la producción de azufre, que se utiliza en la fabricación de ácidos, de fertilizantes y de caucho. El 80% de la pirita de España se encuentra en el suroeste (Huelva, Sevilla, etc.) y supone una importante reserva de azufre a nivel mundial.
El Oro
Se extrae asimismo de las piritas y del lavado de arenas auríferas, como es el caso de las minas de Belmonte de Miranda (Asturias).
Otros minerales importantes son el estaño, el volframio y el uranio, cuyos yacimientos se localizan asociados al antiguo bloque paleozoico.
La Minería Española en la Actualidad: Retos y Perspectivas
En la actualidad, el sector minero en España se caracteriza por:
- El agotamiento de algunos yacimientos, explotados desde hace mucho tiempo.
- Las dificultades de extracción del mineral debido a las características tectónicas de fracturación y a la gran profundidad a la que se encuentran las vetas.
- La falta de grandes capitales nacionales que permitan la constitución de grupos empresariales fuertes.
- Los altos costes de extracción que imposibilitan la competencia con países del Tercer Mundo.
En España, la cantidad de mineral extraído ha ido aumentando de forma continua en el último medio siglo. Sin embargo, la producción minera apenas aporta el 0,5% del PIB y no cubre la demanda interna.
Aun así, se trata de un sector económico importante, lo que ha llevado a diversos intentos de planificación en los últimos treinta años. Las últimas décadas se han caracterizado por un continuo proceso de reconversión de la minería, que ha supuesto una gran pérdida de empleos y un descenso en el número de minas abiertas en España. A pesar de ello, apenas se han podido mitigar los efectos de la prolongada crisis.
A esto hay que añadir que, la mayoría de las veces, las explotaciones mineras se ubican en lugares con pocas posibilidades de desarrollo y generan la dependencia económica de pueblos y comarcas enteras, como sucedió en el caso de las cuencas asturiana y leonesa. En consecuencia, se crean graves problemas y conflictos sociales de difícil solución.
Por eso, a pesar de la tradición histórica de la minería y del aumento de la producción, la balanza comercial española, considerada de forma global, es deficitaria en cuanto a recursos minerales. Solo hay algunas excepciones, como el mercurio y las rocas industriales. Hay dos factores fundamentales que influyen en esta situación: por un lado, la escasez de hidrocarburos en el subsuelo de nuestro país y, por otro, que la exportación se reduce a unos pocos productos.