El Siglo XIX: Contexto Histórico
La Revolución Francesa, las Guerras Napoleónicas que azotaron Europa y la crisis interna de los sistemas del Antiguo Régimen provocaron la pérdida de la fe en la Razón. Como reacción, apareció una nueva sensibilidad: la exaltación de las pasiones, la intuición y la libertad imaginativa. Por otro lado, la difusión de la Revolución Industrial generó la aparición de dos clases sociales antagónicas: la burguesía industrial y el proletariado.
A la vez, surgió el movimiento obrero y aparecieron movimientos sociales que luchaban por los derechos de los trabajadores. El sufragio universal se iría generalizando hasta llegar a la consecución de la democracia en el siglo XX. Por otro lado, las revoluciones liberales burguesas de la primera mitad del siglo XIX irían poniendo los pilares del sistema político liberal. En la segunda mitad del siglo XIX se produciría la Segunda Revolución Industrial.
Pintura Romántica
El Romanticismo es más un modo de vida que un sistema de pensamiento, que se rige por dos principios básicos: el predominio de la imaginación y la sensibilidad, y la defensa del individualismo. Desde el punto de vista artístico, no podemos hablar de un estilo único, ya que el Romanticismo rechaza las reglas, sino de rasgos comunes en los artistas románticos: el arte se hace espontáneo y subjetivo.
Se puso de moda el mundo medieval. La pintura fue la manifestación artística que tuvo mayor desarrollo, ya que permitía expresar los sentimientos de forma plástica. Se apostó por el color, y hubo un gran interés por el dinamismo de la composición, las formas y la expresión. En este entorno, el paisaje cobró una relevancia especial. Otros temas comunes fueron las ruinas de iglesias y los cementerios a la pálida luz de la luna.
Pintores Franceses
Los pintores franceses se distinguieron por el reportaje de los acontecimientos contemporáneos y el exotismo oriental. Eugène Delacroix resume ambas tendencias y se erigió en portavoz del pintor romántico: bohemio, seguro de sí mismo y partidario de la mancha de color. En La matanza de Quíos, rinde homenaje a los colonos griegos.
En La Libertad guiando al pueblo, exalta la revolución parisina que facilitó la llegada al poder de la burguesía liberal. Théodore Géricault es otro de los pintores románticos destacados. Sintió una gran atracción por la muerte, así como por la investigación y el estudio de las enfermedades y de los cadáveres.
El Impresionismo
El punto de arranque de este movimiento se encuentra en la tradición paisajista que propugnó la pintura al aire libre. Obras como Desayuno sobre la hierba rompieron con la estética anterior y consiguieron escandalizar a la crítica. También influyeron algunos pintores realistas como Corot, Courbet o Millet. El contexto histórico de los pintores impresionistas es la Francia de las revoluciones liberales y la Comuna.
El ferrocarril ofreció una nueva visión del mundo. La cámara fotográfica se generalizó y la química se perfeccionó, desarrollándose pigmentos variados y de mayor calidad. El crecimiento de la ciudad fue constante y acelerado en el último tercio del siglo XIX, influyendo también en este contexto. La denominación de «impresionistas» procede del título del cuadro de Monet, Impresión, sol naciente (Impression, soleil levant).
Características del Impresionismo
- Teoría de los colores: Fundamentalmente existen tres colores primarios (amarillo, rojo y azul) y tres complementarios (violeta, verde y naranja). La mezcla de dos colores primarios da como resultado el color complementario del tercer primario.
- Plasmación de la luz: Los objetos solo se ven en la medida en que la luz incide sobre ellos.
- Apariencias sucesivas: Un mismo tema es pintado repetidas veces, sin más cambio que los matices de iluminación.
- Coloración de las sombras: Las sombras dejan de ser oscuras y se reducen a espacios coloreados.
- Pincelada suelta: Prefieren la mancha pastosa y gruesa.
- Técnica al aire libre (en plein air): Los pintores huyen de los talleres para pintar en el campo.
Entre los pintores más sobresalientes destacan Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir y Camille Pissarro.
Claude Monet
Claude Monet es el paisajista por excelencia del grupo y uno de los maestros que mantuvo mayor fidelidad al movimiento impresionista. Su pasión por la atmósfera le condujo a diferentes ambientes europeos. Una consecuencia de esta ambición estética fue el serialismo. Sus series más conocidas son las referidas a la Fachada de la catedral de Ruán.
El Postimpresionismo
Se incluyen una serie de pintores en este periodo que, si bien no forman un grupo en el sentido clásico, contribuyen de forma decisiva a las transformaciones artísticas del siglo XX. Entre 1886, año en el que tuvo lugar la última exposición impresionista, y 1907, año en el que se presentó Las señoritas de Aviñón —obra que significó el lanzamiento del cubismo—, se desarrolla la obra de estos autores postimpresionistas.
Los postimpresionistas son importantes porque abrirán el camino a las vanguardias del siglo XX. Así, Paul Cézanne será el precursor del cubismo. Paul Gauguin insistirá en la arbitrariedad en el empleo de los colores y la vuelta al primitivismo de las formas, anticipando el movimiento nabi. Vincent van Gogh destacará por su expresionismo a través del color y de la pincelada pastosa, y Henri de Toulouse-Lautrec optará por la temática social y los ambientes sórdidos.
Paul Cézanne
Paul Cézanne alcanza la madurez pictórica a los 50 años. Su concepción pictórica no descansa exclusivamente en la mirada. Este desarrollo mutuo de los sentidos y la reflexión en el cuadro le llevan a forjar su credo artístico. El cubismo está a la vuelta de la esquina. La simplificación de la naturaleza en líneas perpendiculares y diagonales, donde la pincelada de color tiene volumen y peso, es característica de su obra. Un ejemplo destacado es su serie Los jugadores de cartas.
Vincent van Gogh
Vincent van Gogh es el artista del siglo XIX que mayor entusiasmo ha provocado en nuestra sociedad actual. Apasionado, sensible y con una salud mental frágil, solo logró vender un lienzo en vida. La cadena de desengaños amorosos que sufre ahonda en el pesimismo de su estado de ánimo. Ante un nuevo infortunio, intenta salir de la crisis espiritual. Cultiva una temática social, a base de tonos oscuros y grises. Van Gogh fija su residencia en París.
La Arquitectura del Siglo XIX
El interés se centra en el exterior, como medio de encauzar el desastre urbanístico producto del crecimiento urbano debido a la Revolución Industrial. De ahí la importancia de las remodelaciones urbanas de la segunda mitad de siglo. El primero de los historicismos será el neogótico, que coincide cronológicamente con el Romanticismo. El eclecticismo tuvo interés a lo largo del siglo y se inspira en la Antigüedad clásica, el Renacimiento y el Barroco, como la Ópera de París de Garnier.
La Arquitectura de los Nuevos Materiales
A finales del siglo XIX, la Revolución Industrial ofrece posibilidades técnicas y plantea nuevas necesidades que posibilitarán la aparición de una arquitectura muy diferente. Las vigas de hierro y los grandes paneles de cristal darán lugar a estructuras articuladas y a un concepto nuevo de espacio, que se pueden considerar una revolución frente a la arquitectura tradicional.
Los ingenieros cursaban su carrera en escuelas o universidades técnicas, mientras que los estudiantes de arquitectura acudían a una Academia. Hacia mediados del siglo XIX, en la Inglaterra victoriana, se iniciaba una arquitectura basada en la ingeniería. El hierro permitía también una construcción rápida debido a su fácil ensamblamiento. En los primeros treinta años del siglo, en Gran Bretaña, se construyeron numerosos puentes de hierro.
La Escuela de Chicago
La relevancia de la Escuela de Chicago tuvo como causa desencadenante el desastroso incendio que cruzó el río y destruyó gran parte del centro de la ciudad. La reconstrucción de la ciudad permitiría erradicar los materiales de construcción inflamables. El elemento crucial de ese momento fue el rascacielos. La Escuela de Chicago tiene especial relieve debido a dos razones principales: la creación del rascacielos como alternativa funcional y el hecho de que, por primera vez, fueron los arquitectos quienes emprendieron la renovación y no solo los ingenieros.
El Modernismo
La reacción contra los historicismos y la frialdad neoclásica desarrollados durante el siglo se hace cada vez más patente. La burguesía comienza a desarrollarse en España; el Modernismo nace de minorías sociales. Este movimiento ornamental rompe con el pasado historicista y decora el fin de siglo con obras refinadas. Sus características definitorias fueron su esteticismo refinado y renovador, y la línea sinuosa. La manifestación más importante del Modernismo es la arquitectura, que reacciona frente a los historicismos académicos.
Antonio Gaudí
Antonio Gaudí, arquitecto catalán, es considerado una de las mentes más creativas de la arquitectura contemporánea. Destaca su afinidad política con el partido de la Lliga Regionalista y sus profundas creencias religiosas. En 1878 se diploma por la Escuela de Arquitectura de Barcelona. El neomudéjar domina en la Casa Vicens, mientras que el neogótico está presente en el Palacio Episcopal de Astorga. Estas obras despiertan la admiración del empresario Eusebi Güell, que se convertiría en el gran cliente de Gaudí.
Gaudí construye en el barcelonés Paseo de Gracia edificios emblemáticos. Todos estos trabajos fueron el laboratorio experimental para un proyecto titánico que le ocupó íntegramente su vida y que dejó inacabado: el templo expiatorio de La Sagrada Familia, una catedral fantástica, emblema de la pujante y cosmopolita Ciudad Condal. En ella, sobre un esquema gótico, emplea arcos parabólicos.