El Pórtico de la Gloria: Tesoro Escultórico del Románico en la Catedral de Santiago

Ficha Técnica del Pórtico de la Gloria

Nombre: Pórtico de la Gloria

Fecha: Construido hacia 1188 (finales del siglo XII)

Ubicación/Localización: Portada occidental de la Catedral de Santiago de Compostela (A Coruña, Galicia), que comunica con las naves principal y laterales.

Autores: Fue encargada por el rey Fernando II de León al Maestro Mateo, quien contó con la colaboración de otros escultores (taller). Realizada en granito y mármol; originalmente policromada, aunque esta ha ido desapareciendo con el tiempo.

Estilo: Escultura románica española. Presenta un complejo programa iconográfico centrado en la Redención de la humanidad. Conserva en parte la policromía original.

Descripción Iconográfica y Estilística

Se estructura en tres arcos que coinciden con las naves de la iglesia. Acoge más de doscientas esculturas que rellenan todos los elementos arquitectónicos (característico horror vacui románico).

Arco Central: La Gloria y el Juicio Final

El parteluz y las columnas de la derecha hacen referencia al Nuevo Testamento. En el primero se representa la Santísima Trinidad y la genealogía humana de Cristo (su naturaleza humana, simbolizada por el árbol de Jessé). Sobre ellos, en posición sedente, el apóstol Santiago (que acoge al peregrino) sirve de intermediario entre la tierra y la gloria. En las restantes columnas de la derecha, y bajo un ángel con la inscripción “Isti sunt triumphatores, facti sunt amici Dei”, se encuentran los apóstoles, San Pablo, los otros evangelistas y San Juan Bautista, el precursor.

En el tímpano central se representa La Gloria (naturaleza divina de Cristo) y a Cristo Juez mostrando las llagas, en el contexto del Juicio Final. El gran Cristo en Majestad está sentado en su trono, pero muestra las llagas de la Pasión. Lo enmarcan los cuatro evangelistas, en actitud de escribir, con sus respectivos animales simbólicos (Tetramorfos). A ambos lados, cuarenta pequeñas figuras representan a la Iglesia triunfante, es decir, a los salvados. Desde el gran arco abocinado que cobija el tímpano, los veinticuatro ancianos del Apocalipsis interpretan alabanzas a Dios con sus detallados instrumentos musicales. Sobre el dintel central, ocho ángeles portan los instrumentos de la Pasión: la columna, la cruz, la corona de espinas, los clavos, la lanza, los látigos, etc. Estas figuras representan el cumplimiento de la promesa de redención y, a la vez, nos trasladan al fin de los tiempos, tema que se desarrolla en el resto de la portada. Detrás del parteluz, a nivel del suelo, se encuentra la figura arrodillada del Maestro Mateo, en actitud humilde y mirando hacia el altar.

Arco Izquierdo: El Antiguo Testamento y la Promesa Mesiánica

Este arco presupone el pecado original y se centra en la promesa mesiánica de redención. En él se representan aquellos que la reciben: Adán y Eva, Noé, Abraham, Moisés, David y las doce tribus de Israel. En las columnas, y bajo un ángel con la inscripción “Prophetae praedicaverunt nasci Salvatorem de Virgine Maria”, aparecen los profetas y otros personajes del Antiguo Testamento como Moisés, Isaías, Daniel, Jeremías, Judit y Ester. En un plano inferior se sitúa la escena del sacrificio de Isaac, prefiguración de la muerte de Cristo.

Arco Derecho: El Juicio Particular y el Destino de las Almas

Este arco contiene al arcángel San Miguel acompañado por los justos. Hacia el exterior, se sitúa la representación del infierno o del purgatorio, con figuras monstruosas que atormentan a los pecadores, simbolizados por sus vicios característicos.

El lenguaje iconográfico de la portada nos muestra un mensaje de esperanza en la salvación. Se abandona el miedo románico al Dios Juez en favor de la imagen de Cristo como Redentor. El apóstol Santiago aparece como intermediario entre la tierra y el cielo, recibiendo al peregrino con un rostro amable y acogedor. Esta obra ejerció una notable influencia en la escultura de catedrales posteriores, como las de Orense, Tuy y Chartres.

Rasgos Formales y Técnicos

  • Predomina el altorrelieve.
  • La composición se organiza en torno al eje central, el Salvador. Todas las figuras están dispuestas de manera simétrica y ordenada en torno a la figura central, que sigue el principio de tamaño jerárquico habitual. La composición es cerrada y estática, respondiendo al tema representado. Esta unidad se acentúa con la disposición de los ancianos en la arquivolta principal, quienes están dispuestos en sentido radial y en altorrelieve, en posturas variadas, lo que confiere una unidad compositiva integrada en el tímpano.
  • En cuanto al tratamiento anatómico, el movimiento y la expresión de las figuras, se observa una búsqueda del naturalismo, una perfección en la talla, una elegancia en el detalle y una serenidad casi clásicas.
  • Las figuras presentan un movimiento con naturalidad y expresan ya sentimientos humanos. Hablan y se relacionan entre sí; ya no están meramente yuxtapuestas. Esto se aprecia especialmente en las estatuas de los profetas, donde el Maestro Mateo, poseedor de una gran maestría técnica, ha sabido imprimir vida a los bloques de piedra mediante la expresión y la consecución de un tratamiento naturalista de los pliegues de los ropajes. Buscando el volumen de las formas y rompiendo con la rigidez y el frontalismo característicos de etapas anteriores, logra formas más humanas. El propio Cristo ya no porta el libro ni bendice de forma hierática, sino que enseña las llagas; esto supone un atisbo de humanización, mostrando que Cristo sufrió en la cruz. Ya no es solo el Dios todopoderoso, sino que se introduce un sentimiento y una sensibilidad nueva que culminará en el arte Gótico.

Conclusión: Trascendencia del Pórtico de la Gloria

La importancia del Pórtico de la Gloria radica fundamentalmente en dos aspectos:

  • Por un lado, en la nueva concepción religiosa que transmite. Aunque aún se mantiene el tono apocalíptico del Románico, se privilegia la figura del Cristo de la Pasión sobre el Cristo Juez. Se incide en la naturaleza humana de Cristo mediante la representación del árbol de Jessé, entre otros elementos. En resumen, predomina el mensaje misericordioso sobre el amenazante.
  • Por otro lado, se aprecian claramente las nuevas tendencias estilísticas de finales del siglo XII. Se observa un mayor naturalismo en los cuerpos, en sus volúmenes, en los rasgos faciales, y en el tratamiento de los cabellos y de los pliegues. Un ejemplo paradigmático en este sentido es la majestuosa figura de Santiago que preside el parteluz. Además, los personajes se humanizan de un modo impensable en el Románico pleno: los apóstoles conversan entre sí, los ancianos afinan sus instrumentos e incluso algunas figuras sonríen, con un gesto que anuncia ya la llegada del primer Gótico.