El reinado de Alfonso XIII, regeneracionismo político y la semana trágica

 El reinado de Alfonso XIII: la crisis de la Restauración (1902-1903 fue un período convulso en la Historia de España. En él se produjo la crisis del Sistema de Cánovas por la propia crisis del Turno de Partidos y de los propios partidos Conservador y Liberal en sí. Paralelamente se reforzaba la oposición republicana, nacionalista y especialmente, los movimientos obreros, al tiempo que la sociedad y economía experimentaban los primeros indicios de modernización.Como respuesta a esta crisis, el sistema respondió con una tímida línea reformista a principios de siglo y con un cierre del sistema político después. Por su parte, el Rey Alfonso XIIIintentó sustituir el inoperante juego político por un sistema autoritario sustentado por los militares. Eso le costó su trono.

Regeneracionismo y revisionismo político.  Los primeros años del reinado de Alfonso XIII, entre 1898 y 1912 están marcados por el Regeneracionismo desde el poder, Se trata de un serio intento de reformar el Sistema de la Restauración desde dentro y adaptarlo a las nuevas demandas sociales, especialmente de los movimientos obreros moderados. Sin embargo, no cambió lo fundamental pues fue incapaz de abrir el sistema político y hacerlo más participativo (los protagonistas del Revisionismo fueron Maura y Canalejas).La primera manifestación del Revisionismo Político fue la “revolución desde arriba” del gobierno conservador de Maura. Lo más importante de esta revolución desde arriba fue una tímida reforma de la legislación laboral que mejoraba algo la condición de los obreros. Más importante fue la creación del Instituto Nacional de Previsión (1908), germen de la seguridad social, pero que no empezó a tener resultados tangibles hasta 1919. La única reforma política fue la Ley de Reforma Electoral de 1907 que en su artículo 29 concedía automáticamente el escaño en las circunscripciones en que se presentara un solo candidato. Lejos de solucionar el fraude electoral, lo único que hizo fue “maquillarlo”. El Partido Liberal de Canalejas llevó a cabo un regeneracionismo político de mayor alcance entre 1910-1912: nuevas leyes laborales, la eliminación del impuesto de consumos, la Ley del Candado (que limitaba la creación de nuevos conventos e instituciones religiosas) y sobre todo, la Ley de Reclutamiento (1912), que eliminaba el Soldado de Cuota, aunque no acababa con las discriminaciones respecto al servicio militar. Estas reformas se vieron truncadas por el asesinato de Canalejas en 1912. Las crisis de 1909 y 1917 La Semana Trágica de Barcelona (1909) fue la primera crisis grave que sufrió el Sistema de la Restauración tras la Guerra de Cuba (1898). Esta sublevación no respondía a ninguna ideología concreta, sino que fue una explosión de descontento popular motivada por el paro en el sector textil y el embarque de los soldados destinados a Marruecos en el puerto de Barcelona. Entre los amotinados había anarquistas, republicanos y catalanistas que tomaron las calles de la ciudad durante una semana. Una de las manifestaciones de estos desórdenes fue la violencia contra la iglesia y la quema de conventos, tan irracional como espontánea. Estos ataques muestran cómo las clases bajas urbanas identificaban a la Iglesia con el orden constituido y con los intereses de las clases dominantes. Sin embargo, la quema de conventos fue vista en la católica España como un signo de barbarie y desorden público. La respuesta del gobierno de Maura contra la Semana Trágica fue el uso de la fuerza, e incluso una represión exagerada (como el caso del juicio y ejecución del anarquista Ferrer Guardia), lo cual le costó perder el poder. De este modo, en la Semana Trágica de Barcelona estallaron a la vez todos los conflictos latentes en el Sistema de la Restauración ante la opinión pública y comenzó la lenta ruina de dicho sistema político. 

La Semana Trágica y el asesinato de Canalejas (1912) no sólo pusieron fin al período del Revisionismo Político desde el poder sino que abrió un nuevo período (1912-1923) en el que se manifestó la crisis de los Partidos del Turno y el propio Turno de Partidos como lo había diseñado Cánovas. La crisis de los partidos del turno (Conservador y Liberal) se debió a que no eran partidos de masas y, por tanto, dependían demasiado de líderes como Cánovas, Sagasta o Canalejas. Cuando éstos desaparecieron, la falta de liderazgo produjo luchas internas por el poder. Al mismo tiempo entró en crisis el sistema del turno que permitía la alternancia pactada entre el Partido Conservador y Liberal. A partir de 1909, y a raíz de la Semana Trágica, el Partido Conservador se vio obligado a dejar el poder por la presión internacional y de la oposición. También destaca el desarrollo de los partidos nacionalistas, especialmente de los catalanistas. Entre éstos se siguió desarrollando el nacionalismo catalán conservador en torno a la Lliga Regionalista de F. CambóEspaña no participó en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), aunque la opinión pública española se dividió entre aliadófilos y germanófilos, sin embargo, la guerra tuvo efectos económicos y sociales muy importantes en España. Durante la guerra, España pasó a ser suministradora de materias primas y alimentos a los contendientes, lo cual hizo aumentar mucho las exportaciones. Esto tuvo un efecto expansivo sobre la economía, pues mejoró la balanza comercial. Sin embargo, el aumento de la demanda exterior provocó un ascenso generalizado de los precios. Mientras tanto, los beneficios obtenidosno se repartieron adecuadamente, ni se produjo un ascenso paralelo de los salarios. Consiguientemente, las clases bajas perdieron poder adquisitivo y aumentó el descontento y la conflictividad social (afiliaciones a los sindicatos, huelgas).